Majid Khan liberado de Guantánamo a una nueva vida en Belice; los otros 20 que han sido aprobados
para ser liberados, pero continúan detenidos deben ser ahora la prioridad de Biden
6.2.23
Andy Worthington
Traducido por El Mundo no Puede Esperar 19 de febrero de 2023
Majid Khan, fotografiado en Guantánamo en el 2022.
|
Felicidades a Majid Khan, el ex prisionero de Guantánamo
que está comenzando una nueva vida en Belice, país en la costa de América
central, antes conocida como la Honduras británica, cuando, por más de un
siglo, estuvo bajo control británico.
Khan, de ahora 42 años, pasó casi la mitad de su vida
en custodia estadounidense y fue, por la mayor parte de ese tiempo, uno de los
prisioneros más profundamente aislados en el mundo de la “guerra contra el
terror”. Es el primero de los 16 detenidos de “alto valor” en Guantánamo en ser
liberado, el sexto bajo el presidente Biden y el primero de estos seis en ser
reubicado en un tercer país.
Secuestrado en Karachi, en marzo del 2003, Majid Khan
desaparición en la red global de “sitios negros” de la CIA por tres años y
medio — cuando su familia no tenía idea alguna de su paradero — hasta que el
presidente Bush anuncio, en septiembre del 2006, que era uno de los 14
detenidos de “alto valor” transferido desde las prisiones secretas de tortura
de la CIA a Guantánamo.
En octubre del 2007, después de una larga lucha por
parte de sus abogados en el Centro de Derechos Constitucionales (Center for
Constitutional Rights), que habían tomado su caso, Khan fue el primero de los
detenidos de “alto valor” en reunirse con abogados, cuando el siguiente largo
camino de su encarcelamiento comenzó, a través de esfuerzos de negociación con
un acuerdo en el sistema de juicio de comisión militar.
Como explicó en una
declaración en octubre del 2021 “les comuniqué que estaba dispuesto a decir
la verdad y a cooperar…para hacer lo correcto. Tomé una decisión temprana sobre eso y me iba a hacer responsable por
lo que hice. No iba a dejar que Guantánamo fuera el último capítulo de mi vida”.
Cuando, lo que Khan hizo surgió de las sombras de
Guantánamo, resultó que había crecido en Baltimore, pero que en el 2002,
afectado por la muerte de su madre, había sido abordado de manera oportunista
para ser reclutado por miembros de al-Qaeda en Pakistán, conoció a Khalid Sheikh
Mohammed, la supueste mente maestra detrás de los ataques del 11/9 y fue
mensajero de dinero a Tailandia que fue usado en un ataque terrorista.
Desde el momento de su captura, sin embargo, como
expliqué en un artículo
en noviembre del 2021, Khan estuvo profundamente arrepentido de sus
acciones, aunque, como explica en su declaración de octubre del 2021, “mientras
más cooperaba y les decía, más me torturaban”.
Eventualmente, en Guantánamo, su arrepentimiento y
voluntad para cooperar, llevó a un acuerdo de culpabilidad negociado, que, en
recambio, llevó a su eventual liberación. En febrero del 2012, como lo
describió, “me declaré culpable de todos los crímenes de los cuales era
culpable” y también estuvo de acuerdo con “cooperar con las autoridades
estadounidenses para incluir a fiscales e investigadores, ambos para los casos
de comisiones y para casos federales, civiles y criminales.
Como resultado de su acuerdo negociado, sin embargo,
Khan “tuvo que soportar largos años de confinamiento solitario en Guantánamo,
para añadir a sus largos años de confinamiento solitario en los “sitios
obscuros” de la CIA, como expliqué en octubre del 2021. “He estado solo por
casi una década. No tengo nadie con quién platicar, excepto por los ocasionales
guardias amables, el FBI, algún pájaro, iguanas y gatos que llegan a visitarme”
así como algún militar senior que “pasó tiempo platicando conmigo y
monitoreándome”, quien “fue instrumental en mi decisión de cooperar”.
La audiencia de sentencia de Khan finalmente se llevó
a cabo en octubre del 2021, cuando le permitieron dar una declaración que cité
antes, que publiqué en dos partes aquí y aquí. Fue la primera vez que un detenido de “alto valor” había
podido hablar abiertamente acerca de la tortura en “sitios negros” — y en
Guantánamo — y no solo escandalizó al mundo; también asqueó a siete de diez
oficiales militares involucrados en su sentencia, quienes le dieron la mínima
permitida — 26 años — pero recomendaron clemencia.
Al final, como había sido claro al momento de su
acuerdo negociado, su sentencia fue cerrada a diez años — a 19 desde su captura
inicial — pero, aunque gobiernos estadounidenses sucesivos habían tenido diez
años para prepararse para su liberación, las negociaciones que requerían que se
encontrara un tercer país preparado para ofrecerle un nuevo hogar parecieron
empezar después de que terminara su sentencia.
Para dejar claro por qué se necesita un tercer país,
es porque no era seguro para él que regresara a Pakistán y porque las
previsiones insertadas por los republicanos en la Ley Nacional de Autorización
de Defensa, bajo el presidente Obama, renovada anualmente, evitan que cualquier
detenido de Guantánamo sea liberado en Estados Unidos o, de hecho, venir al
territorio por cualquier motivo.
Es, gracias al gobierno de Belice, que ha aceptado darle un nuevo hogar a Majid Khan — y a su esposa e hija que él jamás ha visto
porque nació después de su captura — que lo alcanzarán pronto y también a sus
abogados y a los oficiales del Departamento de la Defensa que negociaron su liberación
— particularmente a la ex embajadora Tina Kaidanow, designada el agosto pasado como
Representante senior de asuntos de Guantánamo “responsable de todos los asuntos
pertinentes con la transferencia de detenidos de la bahía de Guantánamo a
terceros países”.
En los medios
locales, en respuesta a las cuestiones acerca de quién está apoyando
económicamente a Khan, el ministro exterior Eamon Courtenay, “explicó que el
gobierno estadounidense está cubriendo la cuenta para el nuevo hogar de Khan,
que estará amueblado, con un coche de su elección, además de equipo de
comunicación incluyendo una computadora portátil y un teléfono”.
Contrastando la liberación de Majid Khan con el continuo abandono de otros 20 hombres aprobados para ser liberados
Mientras es completamente apropiado que el gobierno estadounidense cubra la cuenta por
mantener a Khan, por dos razones — primero, porque es el tipo de cuidado que
tradicionalmente se le extiende a un testigo que cooperó, pero también, para
proteger futuros acuerdos negociados, sus obligaciones deben ser cubiertas en
su totalidad — el otro lado verdaderamente vergonzoso es que, mientras que
Khan, quien arrepentido y cooperando, fue convicto de terrorismo, otros
veinte hombres aprobados para ser liberados de Guantánamo jamás acusados de
algún crimen (de los 34
prisioneros todavía en la prisión), siguen ahí porque su
aprobación no vino a través de medios legales, sino de un proceso puramente
administrativo (principalmente las Juntas de
Revisión Periódicas, un proceso establecido bajo el ex presidente Obama).
El pasado mes de junio, destacando el contraste entre Majid Khan y
estos veinte hombres, sus abogados del Centro por los Derechos Constitucionales
(Center for Constitutional Rights) le pidieron al tribunal ordenar su
liberación, algo que los otros 20 hombres no pueden hacer. Como declaré
en su momento, “Cuando sus abogados explicaron, en su presentación, que “la
pronta transferencia de Guantánamo al término de su sentencia es algo requerido
por ley”, también contrastaron su situación con la de los otros veinte hombres
aprobados para liberación, a través de un proceso de revisión gubernamental de
alto nivel, que no es legalmente obligatorio y requiere ‘discreción y gracia’
por parte de las autoridades”.
“Discreción y gracia” no es un sustituto de ley, por supuesto, pero es
todo lo que estos veinte hombres pueden esperar mientras se preguntan si algún
día serán liberados, porque, sin el peso de la ley detrás de ellos, el sentido
de urgencia viene removido de las negociaciones del gobierno con sus países o,
como con Majid Khan, con terceros países que deben ser encontrados y que estén
preparados para ofrecerles un nuevo hogar.
Como expliqué en una
publicación de Facebook hace tres días “hasta que sean liberados, el
mensaje que el gobierno de Estados Unidos le está enviando a estos veinte
hombres, y al mundo, es que es más fácil reubicar de Guantánamo a alguien
convicto de terrorismo pero evidentemente arrepentido, que reubicar alguien que
jamás ha sido acusado de algún delito”.
Esta no es la primera ocasión que la liberación de un prisionero de Guantánamo en conexión con las comisiones militares ha destacado
cómo prisioneros menos importantes tienen menos derechos que aquellos acusados.
La primera vez fue en noviembre del 2008, cuando Salim Hamdan, quien había sido
un chofer para Osama bin Laden en Afganistán, fue liberado
después de un juicio de comisión militar, mientras que la mayoría del resto
de la población de la prisión — más de 250 hombres en ese momento — continuaron
a estar detenidos sin cargos. Como resultado, en los años intermedios, mientras
un puñado de prisioneros fueron acusados, con acuerdos negociados aceptados y
liberados, otros prisioneros insignificantes rogaron
por ser acusados sólo para que pudieran hacer lo mismo, aunque siempre
fue en vano.
En conclusión, entonces, la liberación de Majid Khan,
aunque bienvenida y justa, especialmente después de su largo e injustificado
abuso y tortura, en otras maneras simplemente destaca el abismo de injusticia
que es la parte intrínseca de la naturaleza rota de Guantánamo — que, aunque
las comisiones militares están irremediablemente rotas en relación a los
juicios de hombres acusados de los crímenes más atroces, cuando se trata de
aquellos que pueden ser acusados de crímenes menores, los acuerdos negociados
continúan en ruta en Guantánamo, mientras que aquellos que son tan
insignificantes que no pueden ser acusados para nada
siguen sin derechos como lo estaban cuando Guantánamo abrió e, incluso
cuando fueron aprobados para ser liberados a través de un proceso de revisión
de alto nivel gubernamental, no tienen garantía alguna de cuándo, si es que
algún día, serán eventualmente liberados.
Algunos
reportes sobre la liberación de Majid Khan han sugerido que,
inminentemente, dos de estos 20 hombres — los hermanos Rabbani, Ahmed y Abdul
Rahim — pronto serán liberados en Paquistán (y una recaudación de fondos
para su reintegración ya fue lanzada por la organización 3DC del ex director de
Reprieve Clive Stafford Smith). Esto, nuevamente, es una noticia
bienvenida, pero no será de consuelo para los otros 18 hombres a menos que
reciban garantías concretas de que el gobierno también está trabajando en
asegurar su liberación.
Para regresar a Majid Khan, finalmente, estoy publicando la
declaración que hizo a su liberación, puesta a disposición por sus abogados
en el CCR, en la cual hace un resumen de sus horrores pasados y sus esperanzas futuras.
Majid Khan, fotografiado en
Belice, después de su liberación, por by Carol
Rosenberg del New York Times.
|
La declaración de Majid Khan acerca de su liberación de Guantánamo
Me llamo Majid Khan y soy una persona real. Soy un ser humano. Soy un hombre musulmán, y en primer lugar
quiero agradecer a Dios por liberarme.
Cuando me capturaron y me hicieron desaparecer en los centros clandestinos de la CIA hace veinte años,
pensé que mi vida había terminado. Era joven, estaba solo y muy asustado.
Estaba seguro de que nunca volvería a ser libre ni a ver a mi familia. Nadie
sabía dónde estaba, ni lo que me había sucedido; ni siquiera si estaba vivo.
Era un fantasma, un muerto andante. La CIA quería que continuara así para
siempre. De hecho, cuando me torturaban, a menudo deseaba la muerte para
escapar del terror y el dolor. Pero no morí. Dios me protegió. Sobreviví. Soy
un sobreviviente. Estaba destinado a vivir.
Hoy siento que renací. He vuelto a formar parte del mundo. Soy un hombre libre. Estoy comenzando una nueva vida
en un nuevo país y una nueva cultura. Todo es nuevo para mí y tengo mucho que
aprender. Estoy un poco conmocionado, porque he estado esperando mucho tiempo
para ser libre y apenas puedo creer que finalmente ha sucedido. También me doy
cuenta de cuánto tiempo he perdido y lo que necesito compensar. Lo que es más
importante, pronto veré por primera vez a mi hija, que nació después de mi
captura, y me reuniré con mi esposa y mi familia después de veinte años. Estoy nervioso, pero también emocionado.
Me han dado una segunda oportunidad en la vida y tengo la intención de aprovecharla al máximo. Lamento
profundamente las cosas que hice hace muchos años, y he asumido la
responsabilidad e intentado repararlas. Sigo pidiendo perdón a Dios y a las
personas que he herido. Me arrepiento sinceramente. El mundo ha cambiado mucho
en veinte años, y yo también lo he hecho. Les prometo a todos ustedes,
especialmente al pueblo de Belice, que seré un miembro de la sociedad
productivo y respetuoso de la ley. Gracias por creer en mí; no los
decepcionaré. Mis acciones hablarán más fuerte que mis palabras.
Estoy seguro de que algunos de ustedes aún tendrán preguntas sobre mí, quién soy, qué hice y qué me sucedió
durante los últimos veinte años. Todo lo que puedo decir es que es posible que
se presente una ocasión, en algún momento del futuro, para que responda esas
preguntas y explique mi pasado en mayor detalle. Pero me preocupa que si hago
demasiado hincapié en los últimos veinte años, no podré concentrarme plenamente
en mis próximos veinte años. Cuanto antes deje atrás el pasado, antes podré
avanzar. Mi objetivo es avanzar y aprovechar al máximo el resto de mi vida. Mi
lema ahora es en vivir y dejar vivir.
Con el tiempo, quiero trabajar y comenzar un negocio. No quiero ser una carga para nadie. Quiero iniciar un
negocio inmobiliario, o tal vez un negocio de restaurante o camión de comida.
Soy muy buen cocinero y me encantaría dar a conocer la comida paquistaní a
todos en mi nuevo país. También quiero que mi hija reciba educación y que mi
esposa y nuestra familia hagan amigos en nuestro nuevo hogar.
Sin embargo, hoy y en el futuro inmediato, realmente necesito tomarme un tiempo para descansar y recuperarme de
lo que he pasado, con la ayuda de mi familia, a la que he extrañado mucho.
Comprendo que puedo enfrentar algunos desafíos al adaptarme a la vida después de
Guantánamo. Es posible que a veces no sea fácil, así que les pido paciencia y
comprensión. También pido privacidad para mi familia y para mí. Les ruego que
no se pongan en contacto conmigo directamente; comuníquense a través de mis
abogados y sus representantes de RR. PP.
Me gustaría a terminar agradeciendo a todas las personas que me ayudaron a llegar a donde estoy hoy.
Quiero agradecer especialmente al gobierno de Belice y al ministro de
Relaciones Exteriores, Sr. Courtenay, por aceptarme. También quiero agradecer a
Ian Moss y a todos aquellos en el Departamento de Estado de los EE.UU. que
trabajaron en mi transferencia, por su dedicación y esfuerzos. Y me gustaría
agradecer a todos mis abogados, tanto civiles como militares, por su compromiso
inquebrantable conmigo durante los más de 15 años pasados. En particular, Wells
Dixon y Katya Jestin me han defendido desde el principio y me han apoyado hasta
el final. Les estoy muy agradecido a ellos y a todos los que han luchado por la
justicia y la responsabilidad en Guantánamo.
¡Hazte voluntario para traducir al español otros artículos como este! manda un correo electrónico a espagnol@worldcantwait.net y escribe "voluntario para traducción" en la línea de memo.
E-mail:
espagnol@worldcantwait.net
|