Por qué Wikileaks es bueno para la democracia
Bill Quigley 06 de diciembre de 2010
"La información es la moneda de la democracia" Thomas
Jefferson
Desde el 11-S, el gobierno estadounidense, ya fuese con el presidente Bush o
con Obama, ha dicho una y otra vez al público estadounidense que sus "secretos
de estado" no deben ser compartidos con los ciudadanos. El candidato Obama
prometió reducir los secretos de estado, pero el presidente Obama continuó con
la tradición de Bush. Los tribunales, el congreso y los aliados internacionales
de EE.UU. se han plegado a la escalada secretista del ejecutivo
estadounidense.
Etiquetando decenas de millones como documentos secretos, el gobierno
estadounidense ha creado un enorme vacío informativo. Pero la información es el
alma de la democracia. La información sobre los gobiernos contribuye a una
democracia salubre. La transparencia y la rendición de cuentas de los cargos
públicos son dos elementos esenciales de un buen gobierno. Igualmente, "una
falta de transparencia gubernamental y de rendición de cuentas socava la
democracia y da alas al cinismo y a la desconfianza", según declara el informe
Harris de 2008 encargado por la Association of Government Accountants.
En ese vacío informativo se adentró el soldado raso Bradley Manning, quien,
según Associated Press, fue capaz de derrotar "los sistemas de seguridad del
Pentágono no usando más que un CD de Lady Gaga y un lápiz de memoria". Manning
presuntamente envió la información a Wikileaks, una organización sin ánimo de
lucro especializada en la publicación de información filtrada. Wikileaks, a su
vez, compartió estos documentos con otros medios de comunicación de todo el
mundo, incluyendo el New York Times, y publicó la mayor parte en su
página web.
A pesar de las investigaciones criminales puestas en marcha por los Estados
Unidos y otros gobiernos, no es claro que organizaciones como Wikileaks puedan
ser perseguidas en los Estados Unidos si nos atenemos a la Primera Enmienda.
Recuérdese que según ésta, el "Congreso no hará ley alguna con respecto a la
adopción de una religión o prohibiendo el libre ejercicio de dichas actividades;
o que coarte la libertad de expresión o de la prensa, o el derecho del pueblo
para reunirse pacíficamente, y para solicitar al gobierno la reparación de
agravios."
Algunos políticos, rojos de furia, denuncian que esta filtración equivale a
terrorismo y que pone en riesgo la vida de personas inocentes. Muchos de estos
mismos políticos no obstante autorizaron el equivalente del bombardeo de
saturación de Bagdad y de otras ciudades iraquíes, el sacrificio de miles de
vidas de soldados y civiles así como los ataques de aviones no tripulados en
áreas civiles de Afganistán, Pakistán y Yemen. Su rabia hacia un documento
descargado, del que desconocemos aún su verdadero alcance, es como poco
sospechosa.
Todo el mundo, incluyendo a Wikileaks y los medios de comunicación que están
dando a conocer los documentos filtrados, espera que ninguna vida se pierda por
la publicación. Y hasta donde sabemos, ése parece ser justamente el caso: los
periódicos del grupo McClatchey informaron el 28 de noviembre que oficiales
estadounidenses habían reconocido que hasta la fecha no tenían ninguna prueba de
que "la [anterior] publicación de documentos condujese a la muerte de
alguien."
Los Estados Unidos han estado marchando en la dirección equivocada durante
años, clasificando millones de documentos como secretos. Wikileaks y el resto de
medios de comunicación que informan de estos llamados secretos avergonzarán a
mucha gente, sí. Wikileaks y el resto de medios de comunicación harán que muchos
líderes se sientan incómodos, sí. Pero la vergüenza y la incomodidad son un
pequeño precio a pagar si queremos una democracia más saludable.
Wikileaks tiene el potencial para robustecer la transparencia y la rendición
de cuentas en los EE.UU. Y eso es bueno para la democracia.
Bill Quigley es el director de Centro para los Derechos
Constitucionales y profesor de derecho en la Universidad de Loyola de Nueva
Orleans.
Traducción para www.sinpermiso.info
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