¡Libertad ya para las 27 de #Hutto! Mujeres inmigrantes que solicitan
asilo encaran represalias por huelga de hambre
18 de noviembre de 2015 | Periódico Revolución |
revcom.us
El 28 de octubre, 27 mujeres que solicitan asilo iniciaron una huelga de
hambre por las pésimas condiciones, el tratamiento abusivo y el pésimo cuidado
médico en el Centro Residencial T. Don Hutto en Taylor, Texas, cerca de Austin.
Se dice que la huelga de hambre está creciendo en la facilidad de 500 camas.
Una mujer dijo que decidió protestar después de que la dieron repetidas veces
leche pasada y comida apenas cocinada o cruda. Otros han descrito hostigamiento
y humillaciones de parte del personal y poco o nulo tratamiento médico y
psicológico. Las mujeres se han comprometido que no comerán hasta que estén
fuera del centro de detención. Hutto es el único centro de detención de
inmigrantes femeninos de Estados Unidos. Es una de más de 22 centros de
detención con fines lucrativos que la Corrections Corporation of America (CCA)
tiene en Texas, y que maneja otros en otras partes del país.
Hay informes de represalias de parte de las autoridades carcelarias contra
las que protestan, a la vez que niegan que la huelga de hambre esté en curso. La
hija de una de las huelguistas dijo que la represalia contra su mamá fue la de
trasladarla a una prisión masculina y encerrarla en un calabozo. “Lo único que
ella quería es sobrevivir y regresar a su familia” en Texas. Las mujeres que
detienen en Hutto “no son animales, son seres humanos”.
Por lo menos dos de las iniciadoras de la huelga han sido trasladadas a un
centro de detención remoto en Pearsall, Texas, donde la mayoría de los detenidos
son hombres; y una de ellas está en aislamiento solitario. Seis otras están a
punto de ser trasladadas.
Grupos que velan por los derechos humanos piden alto a las represalias y que
se las ponga en libertad. “Vinieron a nuestro país buscando amparo, pero en vez
las hemos encarcelado”, dijo Cristina Parker, directora de Grassroots
Leadership, de Austin.
Esta huelga le sigue a la huelga de mujeres y niños inmigrantes en Karnes,
Texas, este mismo año. (Ver “80
mujeres en el centro de detención de inmigrantes de Texas lanzan huelga de
hambre”). Además, por lo menos 54 surasiáticos, de Bangladesh, Pakistán y
Afganistán, detenidos en El Paso, Texas, realizaron una huelga de hambre de una
semana a mediados de octubre. Y se dice que desde el 30 de octubre, más de 300
hombres iniciaron una huelga de hambre en otro centro de detención con fines
lucrativos de Adelanto, California.
Bob Avakian, "¿Por qué viene gente de todo el
mundo?"
Además de la huelga, se publicaron 17 cartas de las mujeres detenidas en
Hutto. Una escribió: “Decidimos llevar a cabo la ayuna porque somos mujeres que
han entrado por segunda vez en Estados Unidos. Y no nos dan la oportunidad de
quedarnos para defender nuestro caso por poder quedarnos aquí en Estados
Unidos”.
Hutto y otros centros, anteriormente conocidos como centros de detención
“familiares”, fueron transformados después de que un tribunal federal de Los
Ángeles condenó el tratamiento de niños en esas facilidades y ordenó que cambios
se cumplieran antes de fines de octubre. Jeh Johnson, secretario de Seguridad
Nacional, describió lo que están haciendo a las mujeres detenidas que serán
deportadas como “la transformación de estos centros de detención en centros de
procesamiento donde los individuos puedan ser procesados e investigados en vez
de ser detenidos por periodos prolongados”.
Eso es pura mierda. Quienes solicitan asilo no deben estar detenidos sino
puestos en libertad, recibiendo atención cariñosa y vivienda, y en la medida
posible, reunificándose con las familias en Estados Unidos. En vez, muchos están
detenidos por meses, y algunos más de un año, antes de ser deportados al
infierno del que se fugaron. La detención de estas mujeres —víctimas de
violencia, terror y maltrato horroroso a manos de los gobiernos del Triángulo
Norteño de Centroamérica (Honduras, Guatemala, El Salvador) y el sur de México
en su búsqueda desesperada del asilo— es en sí un crimen.
Al Jazeera citó a alguien de la comunidad que ha visitado a las mujeres
durante los últimos dos años: “Las mujeres tienen miedo y han visto que a unas
las regresan a la muerte segura”. Otra mujer que participa en la huelga
escribió: “Me estoy muriendo de desesperación, de esta injusticia, de esta
crueldad”. Una guatemalteca que ha estado detenida desde el diciembre será
deportada a pesar de que perjudica gravemente a sus dos hijas nacidas en Estados
Unidos.
El horror de la crisis de refugiados en Centroamérica
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR)
publicó un informe en octubre que dice: “Las dramáticas crisis de refugiados que
estamos observando en el mundo hoy en día no están limitadas al Medio Oriente o
a África. Estamos viendo otra crisis de refugiados que se desarrolla en las
Américas”. El informe de ACNUR, “Mujeres en fuga” descubrió que más de
66.000 niños viajaron con sus familias o solos desde los países del
Triángulo Norte de Centroamérica a Estados Unidos en el 2014. Y desde el 2008,
la cantidad de personas que solicitan asilo en Estados Unidos ha incrementado
cinco veces.
El informe describe el horror que tienen que vivir las mujeres de esos países
que solicitan asilo. El Salvador, Guatemala y Honduras son primero, segundo y
séptimo respectivamente en el mundo en nivel de homicidio femenino, según el
informe. Las entrevistas que el ACNUR realizó con 160 mujeres obligadas a
fugarse de esos países describen horrorosas experiencias de violación, asalto,
extorsión y amenazas.
El preámbulo del informe del ACNUR dice: “Las mujeres en particular son el
blanco de violencia que se basa en género”. Una de las entrevistadas dijo: “Todo
te afecta porque allá la mujer no vale nada. Es como si tu vida no valiera nada.
Violan. No hay límite. No hay autoridad. No hay nadie que los pare”.
Todo esto es el resultado de décadas de dominio estadounidense de la región.
En los años 1980, Estados Unidos apoyó y guió a gobiernos genocidas pro
estadounidenses que masacraron a cientos de miles de campesinos para suprimir
las luchas de liberación respaldadas por la Unión Soviética, el principal rival
imperialista de Estados Unidos en ese entonces. A eso se suma el tratado
económico impuesto por Estados Unidos, el CAFTA, que permitió mayor intervención
imperialista en las economías centroamericanas. Eso creó en esas economías
sectores sumamente lucrativos para el capital internacional, y dejó a una enorme
cantidad de campesinos sin ninguna manera de ganarse la vida. Las pandillas y la
violencia pandillero han llenado el vacío — y la deportación desde Estados
Unidos a pandilleros centroamericanos a esos países ha atizado las llamas.
Ahora, un elemento clave de la estrategia estadounidense es pagarle a México
más de $80 millones para lanzar lo que llaman el Plan Frontera Sur,
desencadenando una feroz represión de centroamericanos que entran a México.
(Para más sobre esto, ver “Regresando
a migrantes al infierno mediante la subcontratación”). A la vez, a los que
llegan a Estados Unidos les tratan como criminales y los encierran, y encaran el
terror de que los regresen al infierno del que se fugaron valientemente, y a
menudo a su muerte.
Todos tienen que apoyar a estas valientes mujeres que arriesgan la salud y la
vida con esta valiente huelga de hambre. Que se cumplan sus justas demandas, y
que se las libere inmediatamente. Y tenemos que luchar para que se ponga en
libertad a todos los indocumentados que luchan para poner fin a su
criminalización.
¡ALTO a la satanización, criminalización y deportación de los
inmigrantes y a la militarización de la frontera!
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