EXCLUSIVA: Una carta abierta desde la bahía de Guantánamo
El preso 244, Abdul Latif Nasser, nos cuenta su historia
|
Esquire
21 de julio de 2020
Traducido del inglés para El Mundo no Puede Esperar 29 de julio de 2020
A principios de este año, publicamos la historia de dos hombres llamados Latif Nasser. Uno es un periodista en una
búsqueda por su propio nombre, que encontró a otro hombre llamado igual,
detenido indefinidamente sin juicio en el centro de detención en la bahía de
Guantánamo, una de las prisiones más infames del mundo.
Después de la creación del podcast de Nasser llamado The Other Latif (El otro Latif),
el foco de atención destacó el caso del prisionero 244. Aquí, él habla por
primera vez:
La siguiente es una carta abierta de ISN 244, Abdul Latif Nasser, escrita exclusivamente para Esquire Middle East.
***
Mi abogado me dice que la gente ahora sabe mi nombre. Supongo que eso le gana al ser un número. Por los últimos
dieciocho años en la bahía de Guantánamo, he sido ISN 244. Ahora existe un
podcast de mi vida, El otro Latif. Por supuesto, tuvieron que hacerlo sin mí.
Ni siquiera se me permite escuchar mi propia historia.
Hace tres años, mi liberación fue unánimemente aprobada por seis agencias de inteligencia federales encargadas de
mantener a los Estados Unidos seguros. Concluyeron que yo no era “ninguna
amenaza para los Estados Unidos ni sus aliados de coalición”, como he mantenido
todo este tiempo. Pero después, antes de que pudiera ser enviado a casa, a
Marruecos, Donald Trump fue elegido presidente electo con la promesa de que no había
“más liberaciones en Gitmo”.
El tiempo transcurrido desde que fui aprobado para ser liberado ha sido el más difícil. Antes, yo experimentaba un
profundo aislamiento de haber estado en confinamiento solitario por años, el
miedo de morir en una huelga de hambre y la impotencia de ser alimentado
forzosamente. Pero hay algo particularmente doloroso acerca de saber que tu
libertad está en manos de un hombre que no te dejará ir.
Después de que Trump se convirtiera en presidente, perdí mi deseo de dormir, comer o hacer cualquier cosa aparte de
encerrarme en mi celda y llorar amargamente. Por primera vez en mi vida, me
odiaba, detestaba todo en este mundo y no soportaba hablar con nadie. Estaba al borde de perder mi mente.
Por tres meses, me mantuve despierto de noche. Solo aprendí a dormir nuevamente después de leer un libro acerca de
Napoleón. Cuando fue exiliado en Elba, también sufrió insomnio, así que tomó un
pedazo de tierra y lo convirtió en un jardín. Trabajaba la tierra todos los
días hasta que se cansaba tanto que necesitaba dormir.
Comencé a hacer algo parecido. Me ejercito, leo y practico mi vocabulario hasta que quedo exhausto.
Esta es, también, mi manera de resistirme: no puedo hacer nada acerca de mi captividad, pero me puedo mantener
ocupado e intentar estar sano. Existen pequeñas crueldades sin razón alguna que
parecen diseñadas para mantener la hostilidad entre prisioneros y guardias. Muchos
detenidos no se cuidan porque solo lograrían alargar su sufrimiento. Yo me niego a ceder.
Leer me ha ayudado. He aprendido tanto acerca de otras culturas en los últimos años. Cuando lees una historia, te sumerges
en distintas mentes y comienzas nuevamente. Hay un dicho que me gusta: “no
puedes poner tu mano en una olla con adhesivo sin que algo se pegue”. Es lo
mismo cuando comienzas a aprender acerca del mundo.
Los libros también me ayudan a experimentar acerca de las cosas que he perdido. Disfruto los libros acerca del
amor, las relaciones y la moral. Existen tantas cosas que no puedo
experimentar, pero en los libros tienes posibilidades infinitas. Extraño a mi
familia terriblemente y hubiera querido tener la oportunidad de tener una
familia propia. Por lo menos puedo experimentar algo de esto a través de las historias.
Trato de hacer lo mejor con mis relaciones con otros prisioneros, ya que solo nos tenemos a nosotros
mismos. Disfruto, especialmente, mis conversaciones con Saifullah Paracha, el
detenido más viejo en Guantánamo. Pasamos fines de semana platicando en el
patrio de recreación con tazas de café instantáneo.
Una mañana, señaló que nadie estaba despierto todavía. “El patio está completamente vacío, excepto por dos
locos”, dijo. ¿Qué más podemos hacer sino reír?
¿Cómo se verá mi vida desde afuera? ¿Qué hace con eso la gente que escucha mi historia? Incluso el presidente Trump cree
que es “de locos” que el gobierno gaste $13 millones de dólares cada año para
mantenerme aquí. Soy un tipo de Marruecos que ha sido ya autorizado para ser
liberado desde hace tiempo, por el ejército y los servicios de inteligencia.
¿Entonces qué está evitando que tome su propio consejo y me envíe a casa?
Arrancarle a alguien su libertad, negarle un juicio, reducirlo a la desesperación…estas son violaciones de
derechos básicos como ser humano. Espero que los lectores recuerden eso cuando
piensen en mí, aquí, atrapado en una historia que no puedo leer, escuchar o
controlar, esperando por un final feliz que nunca llega.
Suyo,
Abdul Latif Nasser
¡Hazte voluntario para traducir al español otros artículos como este! manda un correo electrónico a espagnol@worldcantwait.net y escribe "voluntario para traducción" en la línea de memo.
E-mail:
espagnol@worldcantwait.net
|