“Mi mejor amigo y mi hermano”: el perfil del prisionero de Guantánamo Khalid Qasim,
por Mansoor Adayfi
Khalid Qasim en un dibujo encargado por
sus abogados en Reprieve.
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Andy
Worthington
7 de marzo de 2020
Traducido del inglés para El Mundo no Puede Esperar por Sergio Rey Godoy 15 de agosto de 2020
Hoy estamos deleitados de publicar un nuevo artículo escrito por el exprisionero de Guantánamo Mansoor
Adayfi sobre su amigo Khalid Qasim, quien es uno de los 40 hombres que aún
siguen en la prisión de la Bahía de Guantánamo en su última iteración bajo
el mandato de Donald Trump — un lugar sin esperanza, sin sentido y cruelmente
aún en existencia tras 18 años desde su creación.
Para intentar dar luz a la continua injusticia de Guantánamo — y a
la terrible situación de los hombres aún presos — fue un placer, hace dos semanas, promover una exhibición del arte de
los prisioneros en la Escuela de Derecho CUNY de Nueva York en un artículo
titulado “Humanizando a los silenciados y maltratados: el
arte de los prisioneros de Guantánamo en la escuela de derecho CUNY en Nueva
York”. La exhibición fue formalmente inaugurada el 19
de febrero y escribí
sobre su inauguración aquí, pero mi artículo inicial se centró en el
trabajo de tan solo un prisionero cuyo arte había sido previamente expuesto en la
inauguración oficial durante mi visita a EE.UU. en enero para exigir el cierre
de la prisión en el aniversario de su apertura.
El prisionero es Khalid Qasim (también identificado como Khalid Qassim o Khaled Qassim) y mientras
escribía mi artículo me di cuenta de que Mansoor Adayfi había
publicado un mensaje en Facebook diciendo “Mi mejor amigo y mi hermano
Khalid Wassim, 18 años tras las rejas en Guantánamo sin cargos ni juicio. ¿Qué
es suficiente para Trump?”.
Había seguido la historia de Mansoor en Guantánamo, incluyendo su
análisis en septiembre de 2015 a modo de una revisión de su libertad
condicional, la
Junta de Revisión Periódica, la cual aprobó
su libertad, seguido de su
reasentamiento en julio de 2016 en Serbia, que ha permanecido como hogar
para los prisioneros que no podían ser repatriados de forma segura o, como en
el caso de Mansoor, cuyo país natal, Yemen, fuese considerado inseguro.
La foto de Twitter de Mansoor Adayfi.
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En 2017 me sorprendió
gratamente ver que Mansoor, quien había aprendido inglés en Guantánamo,
escribió un poderoso y conmovedor artículo “En nuestra prisión en el mar” sobre
la vida en Guantánamo, que fue publicado en el New
York Times y que fue subsecuentemente usado como la introducción a la
primera exhibición del arte de los prisioneros de Guantánamo “Oda al mar: arte de la Bahía de
Guantánamo” en la Universidad de Justicia Penal John Jay de Nueva York, que
duró desde octubre de 2017 hasta enero de 2018 y que incluyó algo del arte de Khalid.
Mansoor y yo subsecuentemente empezamos a hablar, y en septiembre de 2018, después de que
hubiera escrito
ese post de Facebook describiendo a Saifullah Paracha, el prisionero más
mayor de Guantánamo, como “un padre, hermano, amigo y profesor para todos
nosotros”, le escribí para preguntarle si estaría interesado in escribir más
sobre Saifullah para “Cerrar Guantánamo” — y estuve encantado cuando dijo que
sí. Ese artículo, "El noble padre, hermano y amigo de todos en Guantánamo””
fue publicado en octubre de 2018 y fue un gran honor para todos nosotros poder publicarlo.
Y además, después de ver el reciente post de Mansoor sobre Khalid Qasim, un compañero yemení, le pregunté
si tenía algo que comentar sobre Khalid para mi artículo, y me sorprendió y me
alegró cuando, un día más tarde, me envió un artículo entero, el cual está
publicado aquí abajo, y el cuyo he editado solo por encima. El artículo de
Mansoor explica claramente su amistad con y su admiración por Khalid, también
revelando sus talentos, compasión, habilidades de liderazgo y el similar
respeto que le tienen los prisioneros y el personal.
Desafortunadamente, aunque tiene habilidades de liderazgo — siendo, por ejemplo, el líder del bloque como
lo era Khalid — y está sin dudas bien recibido en el terreno por los guardas y
sus comandantes, es menos favorable con aquellos de rango más alto en la cadena
de poder, quienes parecen estar obsesionados en entender que cualquier habilidad
de liderazgo es un indicador de que el prisionero en cuestión es una amenaza
para la seguridad de EE.UU. y debe mantenerse prisionero.
¿Cómo vamos a aceptar entonces que Khalid — quien nunca fue más que un soldado de infantería talibán
en Afghanistan y cuya benevolente vida nunca ha sido tan impresionante en Guantánamo
— continúe preso 18 años y tres meses desde su captura y 17 años y diez meses
desde su llegada a Guantánamo?
24 años en el momento de su captura, ahora tiene 43, y no quiere nada más aparte de que hacer que su largo
e injusto encarcelamiento sin cargos ni juicio acabe de una vez.
Si estás de acuerdo — especialmente después de haber leído el conmovedor tributo de Mansoon — por
favor, compártelo y ayúdanos a continuar a publicitar estas historias de
hombres que siguen encerrados en Guantánamo sin siquiera estar en absoluto involucrados
con ningún movimiento terrorista en este año de elecciones. Para 2021
desesperadamente necesitamos el tipo de liderazgo en los EE. UU. que reconocerá
la injusticia de continuar manteniendo preso a hombres como Khalid sin cargos
ni juicio, y la necesidad de cerrar Guantánamo de una vez por todas.
Por favor, siéntete libre también de hacer una
donación a la recaudación de fondos para ayudar a Mansoor a escribir en Serbia.
– Andy Worthington
Mejor amigo y hermano
De Mansoor Adayfi
“Nos gusta que Khalid represente a todos los detenidos. Habla como un poeta cuando habla de
parte de los detenidos y es un hombre con el que es fácil entenderse”.
Oficial en cargo del Campamento 6 y Comandante de la Marina, 2010.
“¡Aquí está nuestro Soundcloud! Adoro tu voz, me saca de este mundo y me lleva al mío
propio”, una guardia mujer.
“Si quieres que las cosas se hagan de la mejor manera posible y de una forma creativa, Khalid
es vuestro hombre”, Omar, un antiguo preso de Guantánamo.
“Hermanos, por favor tratad bien a Khalid, no preguntéis mucho sobre él. Él no sabe cómo decir
no”, Suhail, un preso de Guantánamo.
Mi hermano y mi mejor amigo, Khalid Qasim. Le conocí por primera vez en 2002, Campamento 1, Bloque
Golf. La situación en el campo era infernal, miedo a lo desconocido,
interrogatorios intensivos, tortura y confusión. Necesitas que alguien te
asegure que estarás bien. Las palabras “estarás bien” no eran suficientes.
Khalid tiene su propia creativa forma de decirte que todo va a ir bien, y
estarás bien gracias a su bella voz y como canta. Empezó cantando canciones en
el recinto, y esas palabras, su ritmo y su bella voz, nos trajeron esperanza y
nos transportó a otro mundo que no es Guantánamo. En un abrir y cerrar de ojos
era bien conocido como Khalid “el Cantante”.
Khalid “el Cantante”
Khalid es una persona cariñosa. Quiere hacer que todos se sientan bien y felices, y siempre intenta
hacer nuestras vidas menos miserables en prisión, ya sea cantando, con su
sentido del humor, con poesía, con ensayos, o con su pintura. Además de cantar
en árabe, aprendió a cantar en inglés, ruso, pastún, urdu y persa. Hace que
todas las nacionalidades (48 nacionalidades) que están detenidas en Guantánamo
se sientan felices y que conecten consigo mismo. Este es el toque especial de Khalid.
Tuvimos una noche en una semana en la que cantamos y contamos historias y compartimos nuestras culturas
entre nosotros, como hombres de todo el mundo, y esa noche Khalid cantó para
todos nosotros en diferentes idiomas. Escuchar su canto fue bonito, podía ver
cómo cambió la situación, cómo los detenidos le llamaban desde otros bloques
para que cantara para ellos. Podía ver cómo esos detenidos le amaban cuando
cantaba en sus idiomas. Incluso los guardias le querían y le admiraban. Algunos
le llamaban “la Estrella”. También les gustaba escucharle cantar, especialmente
en inglés.
En poco tiempo Khalid era uno de los detenidos más famosos en nuestro mundo de Guantánamo. La
administración del recinto a veces le castigaba por cantar, pero Khalid nunca
abandonó. Cuanto lo transportaron a confinamiento solitario como castigo, él
seguía cantando allí.
En confinamiento solitario estábamos en cajas hechas de acero — oscuras, frías, alumbradas, calurosas,
ruidosas, llenas de insomnio y de hambre. Aquí la bella voz de Khalid nos
liberaba cada día y nos contaba que había esperanza. Algunos detenidos
intentaban reunirse en la zona de recreo para pedirle que cantase para ellos. Siempre
estaba ocupado haciendo feliz a los otros.
Su magnífica cara y su amabilidad, su bella voz y su creatividad atraían a todos hacia él.
Khalid el profesor
Khalid empezó pronto con la poesía, con los ensayos y con las novelas cortas, dependiendo de su memoria, y
comenzó a apuntar cosas tan pronto como tuvo la oportunidad de tener lápiz y
papel. Aprendió inglés y ganó fluidez en lo hablado y en lo escrito. Se hizo un
buen escritor en árabe y en inglés.
Khalid es un buen profesor con paciencia. Después de aprender inglés, aprendió a enseñar. Me dio clases de
inglés cuando empecé a aprender y siempre me motivaba. Daba clases en árabe y
en inglés, de poesía, de composición, de fútbol, de canto y de pintura. Enseñó
tanto a los detenidos como a los guardias. Un guardia al que llamábamos “el
estudiante de Khalid” o “el niño de Khalid” aprendió árabe durante nueve meses
con Khalid y empezó a hablarnos en árabe. Él me enseñó a jugar al fútbol. Esta
es una larga y divertida historia, pero mejor en el final.
Khalid el jugador
Después de acabar nuestra huelga de hambre en 2010, nos transportaron al Campamento 6 a los bloques de vida
comunal. Mis hermanos empezaron a jugar al fútbol y cada grupo buscaba a un
buen jugador para poder ganar el partido. Cuando Khalid jugó su primer partido
metió siete goles. Los presos y los guardias que estaban viendo el partido
empezaron a ovacionarle. Los guardias siempre apostaban en nuestros partidos y
en nuestros jugadores. Khalid tenía su propio equipo y era el capitán. Ganó
muchos torneos y tenía muchos fans entre los presos, los guardias y el personal
del campo. Los guardias de la marina decían “¡Tío! Este es un crack. Cuando
toca la pelota su juego parece una melodía”.
Jugar al fútbol en Guantánamo era nuestro “Juego de Tronos” y era muy competitivo entre los
presos. Había muchos equipos y buenos jugadores, y cada uno tenía sus fans. Y
había muchas lesiones también, pero no muy graves.
Khalid el líder
En 2010 en el Campamento 6, el recinto comunal, cada bloque tenía un líder. Khalid era el nuestro. Al Comandante de la
Marina en cargo del Campamento 6 (el oficial en cargo) le caía bien Khalid y siempre
intentaba resolver problemas mediante él por su buen inglés, su entendimiento y
gracias a cómo manejaba la situación.
Y como otros presos que hablan inglés, Khalid siempre hace de traductor entre los presos y los guardias,
el personal del recinto y con el personal médico. Esto no es un trabajo fácil
de hacer porque toma mucho tiempo y energía.
Khalid el artista
Khalid empezó a hacer arte pronto, incluso antes de que las clases de arte empezaran. No recuerdo haberle
visto ir a clase de arte. Él tenía un don y era un artista talentoso. Empezó a
usar papel y lápiz, su arte es muy caro y conmovedor. Khalid hablaba
hermosamente sobre su trabajo. Le daba la mayoría de sus obras a los
prisioneros, al personal del campo y a los guardias. No le gustaba rechazarles.
Yo siempre le reprochaba que debería quedarse sus obras, pero este es Khalid,
una persona amable quien ama hacer feliz al resto.
Un ejemplo del arte de
Khalid Qasim, literalmente hecho de Guantánamo (de la grava en el patio de
recreo) conmemorando la muerte de los tres hombres en Guantánamo en junio de 2006. |
Sin embargo, Khalid es un hombre ambicioso quien tiene bellos sueños e ideas sobre cómo empezar una
familia y graduarse en Literatura Inglesa y Arte. Trabaja mucho en Guantánamo
para prepararse para la universidad y para construir su vida antes de
marcharse. Desafortunadamente, la administración tomó lo poco que tenía. Le
quitaron el portátil de la clase y frenaron su arte sobre irse de Guantánamo.
No sé qué está intentando la administración privando a sus hombres de aprender. No sé qué tipo de hombres
quieren que sus presos sean cuando eventualmente abandonen Guantánamo. Espero
que el gobierno de EE. UU. Entienda que necesita ayudar a los hombres de ahí a
prepararse antes las dificultades a las que se enfrentarán tras Guantánamo.
Desde mi experiencia, no puedo escapar de Guantánamo. Me enfrento a
dificultades y a adversidades cada día, pero aprender inglés en Guantánamo me
ha ayudado en mi vida diaria.
Echo muchísimo de menos a Khalid. Vivimos juntos durante años y desarrollamos un fuerte vínculo de
hermandad y amistad.
Rezo a Alá para apresurar la puesta en libertad de Khalid y la de los otros hombres reclusos allí.
Mansoor Adayfi
Belgrado, Serbia
21 de febrero, 2020
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