La Raza
Publicado el 07-28-2006
También tomarían huellas a residentes La
medida sería aplicada al entrar al país tras hacer un viaje al exterior
Maribel
Hastings Corresponsal de La Opinión
Washington, D.C.— El Departamento de Seguridad Interna (DHS) anunció una
propuesta para ampliar el programa US-Visit, que al presente incluye sólo a
extranjeros, que obligaría a todos los residentes permanentes que salen de
Estados Unidos a someter sus huellas digitales en puertos de entrada a su
retorno a este país.
La Unión Americana para las Libertades Civiles
(ACLU) por su parte indicó a La Opinión que la propuesta de ampliación
"contraviene la ley que ya excluye a los residentes permanentes del programa
US-Visit".
"El DHS está malinterpretando la ley prevaleciente que
excluye a los residentes legales", dijo a La Opinión Tim Sparapani, asesor
legislativo de ACLU. Los cambios sólo podrían hacerse "enmendando el estatuto y
no a través de regulaciones", indicó.
Y mientras se anuncia otra medida
administrativa enfocada en seguridad, la reforma migratoria integral permanece
estancada y el liderazgo republicano de la Cámara Baja anunció ayer que
conducirán una veintena de audiencias en 12 estados en agosto durante el receso
del Congreso. Los demócratas consideran las audiencias como un mecanismo
republicano para "matar" la reforma en año electoral. Muchos republicanos
apuestan a que evidenciar "mano dura" en la frontera los ayudará en los comicios
de noviembre.
El presidente de la Cámara Baja, Dennis Hastert
(R-Ilinois), dijo ayer que el pueblo pide fronteras seguras antes que otra cosa
y que una alternativa sería reducir los cruces ilegales en 85% a 90%, previo a
considerar otras medidas como planes de trabajadores temporales.
Por
otra parte, y en una audiencia ante el Congreso, el secretario de Seguridad
Interior, Michael Chertoff, aceptó que sería imposible tener un control total de
la frontera, pero que se han evidenciado progresos en impedir el ingreso de
indocumentados.
En la audiencia de un panel de asignación de fondos,
Chertoff apuntó al alza en las detenciones de inmigrantes no mexicanos como
señal de progresos en el control fronterizo, pero congresistas de ambos partidos
dijeron que dudan de que todo el personal y la tecnología disponibles
contribuyan a evitar la porosidad de la frontera, no sólo ante indocumentados en
busca de trabajo, sino de potenciales terroristas.
Precisamente, el
argumento de muchos republicanos de la Cámara Baja para oponerse a la reforma
migratoria integral es que antes debería controlarse la frontera en su
totalidad, algo considerado imposible.
Chertoff reiteró la importancia
de una reforma integral con un plan de trabajadores temporales, porque deportar
a millones de indocumentados será "astronómicamente caro".
Entre tanto,
Anna Hinken, portavoz del programa US-Visit, explicó a La Opinión que la
propuesta de ampliar el programa que al presente sólo aplica a extranjeros para
incluir a residentes permanentes tiene el fin de "mejorar la seguridad de
Estados Unidos, porque no queremos tomarnos ningún riesgo, sobre todo ante el
uso fraudulento de las tarjetas verdes [green cards]".
El programa
abarcaría "a todas las personas que tengan una tarjeta verde, que salen de
Estados Unidos, ya sea de vacaciones, y reingresan al país".
Se trata,
agregó, de ocho a 12 millones de personas, y se calcula que un millón de esos
salen anualmente de Estados Unidos, explicó.
La medida no incluiría a
los mexicanos que sólo poseen la tarjeta de cruce fronterizo (border crossing
card) ni a la mayoría de los canadienses que vienen como turistas. Pero Hinken
dijo que sí abarcaría a cualquier mexicano o persona de otra nacionalidad que
posee tarjeta de residente, que sale de Estados Unidos y que reingresa por algún
puerto de entrada (mar, tierra o aire).
Hay un periodo de 30 días para
comentarios del público antes de que los cambios se hagan efectivos, si así
ocurriera.
Sparapani indicó a La Opinión que el DHS ni siquiera ha
puesto en práctica debidamente el programa US-Visit que desde 2004 ha recopilado
huellas y fotografías digitales de 61 millones de extranjeros que han ingresado
a Estados Unidos. El programa, dijo Sparapani, no lleva un seguimiento de quién
sale. Por lo tanto, añadió, es poco sabio ampliar un programa que ni siquiera
funciona adecuadamente al presente. © La Opinión
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