Apoyemos a Bradley Manning, valiente informante
del ejército.
15 Julio 2010 Debra Sweet
Traducido del inglés por El Mundo No Puede Esperar 3 de septiembre de
2010
El ejército de EE.UU. tiene bajo custodia en una prisión en Kuwait a Bradley
Manning y según se dice, sin acceso a su abogado. El ejército le acusa de
ser responsable de filtrar un video llamado “Asesinato colateral” y de hacerlo
llegar al mundo a través de Wikileaks. Es probable que le juzgue un consejo de
guerra.
No es necesario decir que los soldados que aparecen en el video, sin
mencionar a los mandos que entrenaron las tropas y que ordenaron la masacre, se
encuentran en libertad, sin un interrogatorio, sin ni siquiera una
investigación.
World Can’t Wait ha proyectado “Asesinato colateral” en diferentes edificios,
en institutos y delante de grandes grupos de gente. Por ejemplo, incluso entre
las personas que “saben” lo mala que es la ocupación de EE.UU., el vídeo renovó
su indignación y su dedicación para terminar con la guerra. Tampoco debemos
olvidar el papel de la gente valiente del ejército que delató estos crímenes y a
los medios de comunicación alternativos como wikileaks.org que expusieron la verdad al
público.
“Por lo que he oído hasta ahora de Assange (cofundador de Wikileaks) y
Manning (oficial del ejército)... me parecen dos héroes”, Daniel Ellsberg,
que filtró los Papeles del Pentágono, que provocaron por sus contenidos que se
ampliase la oposición a la Guerra de Vietnam.
World Can’t Wait pide a todo el que quiera el fin de las guerras, que
apoye a Bradley Manning. Ver: http://bradleymanning.org
(Gracias a couragetoresist.org por los gráficos y las citas)
La declaración “Crímenes son crímenes” se extiende.
La declaración “Crímenes son
crímenes- no importa quien los cometa” es el tema de The Humanist en
su número de julio/agosto, y sabemos de lectores de esta publicación que están
donando fondos para que la declaración llegue a todas partes. En cualquier
momento, puede haber un nuevo vídeo de Wikileaks sobre Afganistán, que
supuestamente mostraría a los EE.UU. o la OTAN matando a 140 civiles en mayo de
2009, así que se incrementa la necesidad de hacer llegar este mensaje lejos.
Sugerid publicaciones que conozcáis o con las que colaboréis y que puedan
difundir la declaración.
Desde mayo, World Can’t Wait ha publicado la declaración en The New
York Review Books, The Nation, The Humanist y Rolling Stone online, por un
coste total de 20.000 $, llegando a más de un millón de lectores.
Estoy contento de informaros de que el total de esta cantidad se logró
gracias a esta carta, a nuestros fans en Facebook, y a los lectores de estas
publicaciones. Hemos conocido cientos de nuevos interesados. Puedes confiar en
que World Can’t Wait está orgulloso de tu apoyo. La gente comprometida te
lo agradece.
El juicio por los arrestos de la marcha del 20 de marzo en la Casa Blanca,
termina con tres condenas y tres liberaciones
El lunes, pasé el día en la Corte Superior del DC apoyando a los 6 activistas
antibélicos por los cargos del los arrestos del 20 de marzo en la Casa Blanca
mientras protestaban por el séptimo aniversario de la invasión de Irak. Elaine
Brower y Matthis Chiroux fueron declarados culpables en un juicio sin jurado por
“desacato a la autoridad”. LeFlora Cunningham-Walsh fue declarada culpable de
“cruzar la barrera policial”. John Gold, Cindy Sheehan y Jim Veeder fueron
declarados no culpables de cruzar la barrera policial.
Lee los informes, mira las fotos
y los vídeos de la protesta del 20 de marzo del 2010 en el DC.
Existen cuestiones legales que afectan a las condenas que serán supuestamente
dadas. En el curso de una marcha pacífica autorizada, en la que se depositaron
ataúdes de cartón simbólicos enfrente de los edificios de la oficinas de
veteranos y de Halliburton, los manifestantes colocaron también una docena de
ataúdes enfrente de la Casa Blanca, en la conocida como “zona de la tarjeta
postal”, en la que se permite la entrada de los turistas, pero no de las
protestas políticas.
La acusación reprodujo un vídeo de la policía, en el que el jefe de las
fuerzas especiales, el teniente Beck, aparece anunciando de forma apenas audible
por las trompetas, que el permiso de la protesta había sido rechazado, y que
todo aquel dentro de una arbitraria línea policial entre una cinta amarilla y
los portabicicletas tenía que irse. La policía ya tenía una barrera continua de
esos portabicicletas y de policías situada enfrente de la verja de la Casa
Blanca con suficiente espacio de seguridad para “proteger a unas personas y
propiedades”, que nadie estaba intentando atacar.
¿Dónde estaba la emergencia o la situación peligrosa a la que se refería en
el juicio la acusación y que supuestamente daba el permiso a la policía para
retirar la autorización a la protesta? ¿Dónde estaba la amenaza para la zona?
Elaine Brower, que testificó en defensa propia, habló de años de oposición a las
guerras a las que su hijo fue enviado. Explicó que se acostó al lado de los
ataúdes simbólicos pidiendo el fin de estas guerras ilegítimas que han afectado
tan adversamente a aquellos familiares de militares que estaban a su lado aquel
día, llorando por las muertes de sus hijos. Argumentó que si los turistas pueden
tomar fotos sin problemas un minuto antes, ¿por qué no pueden las protestas
políticas estar allí un minuto después?
Cindy Sheehan, en un podio hasta los topes, contó sus esfuerzos para parar
estas guerras después de que su hijo Casey muriera: muchos kilómetros de
caminatas, miles de charlas y entrevistas, su programa en la radio, e incluso un
intento de llegar al Congreso, solo para que al final hubiera un nuevo Congreso
demócrata y que el presidente refuerce la guerra in Afganistán. Estos activistas
hicieron lo correcto al hacer visible su protesta no violenta, un paso más allá
de lo que el gobierno arbitrariamente permite, y además rechazaron aceptar
cualquier oferta de un “acuerdo con el fiscal” en el juicio. Los seis defendidos
se levantaron juntos en solidaridad para exigir que sus derechos fueran
escuchados y que todos los cargos fueran desestimados. Desafortunadamente, el
resultado final fue que tres de ellos resultaron culpables y tres quedaron
libres.
Ese sábado de marzo por la tarde, Elaine y Matthis pidieron a muchos de los
manifestantes que se encontraban allí que se uniesen a su improvisada acción de
tumbarse en la acera enfrente de la Casa Blanca. Si se hubieran unido cientos de
personas, no hubiera habido arrestos ni se hubiera producido la situación en la
que seis manifestantes fueron arrestados por “interrupción del tráfico”,
golpeados y puestos sobre suelo de cemento en tortuosas condiciones por más de
50 horas. Dado que la máxima pena para las infracciones era de multa económica,
y no cárcel, el gobierno estaba claramente enviando el mensaje de que tales
protestas serían más peligrosas. ¡Ninguno de ellos hubiera debido ser
condenado!
Disentir, decir la verdad y arriesgarse a denunciar porqué estas guerras
continúan, gracias al gobierno de Bush, escalando en el “cambio”, es lo que
deberíamos hacer como resistencia, debe ser nuestra misión. Mientras los actos
del “La paz de la acción” atrajeron a muy poca gente la semana pasada, aplaudo a
Cindy y a los que vinieron a protestar. También aplaudo a aquellos que fueron
condenados y que rechazaron negociar con el gobierno la reducción de sus penas y
que en último momento permitió desestimar los cargos de tres personas.
Necesitamos más de estos.
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