Ex prisión manejada por la CIA emerge como nuevo frente en la saga legal de
Guantánamo
Abogados defensores han estado visitando el
Campamento 7, que fue vaciado hace un año. Lo que queda sigue siendo
clasificado, pero dicen que lo que vieron es perturbador.
Por Carol Rosenberg
The New York Times
Abril 21, 2022
Traducido del inglés por El Mundo No Puede Esperar 30 de abril de 2022
El teniente coronel Chantell Higgins, es un abogado en
el cuerpo de la marina que representa dos prisioneros en la bahía de
Guantánamo. “¿Cómo es esta una celda aceptable para alguien que lleva detenido
tanto tiempo?”, dijo de las celdas del Campamento 7. Crédito... Jared Soares para The New York Times
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BAHÍA DE GUANTÁNAMO, Cuba — su mera existencia era
secreta al principio. El Campamento 7 hospedaba detenidos considerados por la
administración de Bush como extremistas islámicos más buscados del mundo.
Todos eran llevados ahí desde prisiones de la CIA. Incluía
a cinco hombres acusados de ayudar a planear los ataques del 11/9 del 2001 y un
palestino conocido como Abu Zubaydah, la primera persona sujeta a
un régimen de tortura que la agencia llamó “interrogación mejorada”.
Ahora desértica, sus ex ocupantes se mudaron al
complejo principal de la prisión en Guantánamo, esta instalación se ha
convertido en el frente en una batalla legal enredada que arrastra dos décadas
desde los eventos que llevaron a la creación de la prisión.
Sosteniendo que las condiciones del Campamento 7 estaban
por debajo del promedio y excedían en lo perturbador, abogados para los hombres
detenidos ahí entre el 2006 y el 2021 están inspeccionando el sitio. Están
intentando armar el caso de prisioneros que estuvieron ahí, a veces en
confinamiento solitario, para que reciban sentencias reducidas o desestimen la
pena de muerte si son condenados.
Los abogados defensores también quieren que todo lo
que dijeron los hombres cuando estuvieron ahí — ya sea en las interrogaciones
con el FBI o cuando fueron grabados en secreto — sea excluido de sus casos
porque, dicen, el lugar era indistinguible de sitios negros en el extrajeron
en donde fueron torturados en custodia de la CIA.
Han estado usando las visitas para recopilar
evidencias, incluyendo fotografías del decadente sitio de detención y la
presencia de expertos para que ofrecieran valoraciones. Algunos de los abogados
dicen que es demasiado pronto para saber cómo utilizar el material, incluyendo
las fotografías, que son consideradas clasificadas. Pero dicen que las visitas,
muchas veces con los prisioneros que representan, pueden ayudar a construir
relaciones entre prisioneros y abogados estadounidenses a quienes les paga el
Departamento de Defensa para representarlos.
Fiscales en los juicios de crímenes de guerra
argumentan en contra de los esfuerzos de la defensa. En el caso del 11 de
septiembre, que actualmente se encuentra en negociaciones
de alegatos, un fiscal describió las declaraciones que los acusados dieron
al FBI como evidencia clave. La posición de los fiscales es que, una vez que los
prisioneros de la CIA fueron llevados a Guantánamo, cualquier cosa que hayan
dicho en las interrogaciones o a otros prisioneros fue de manera voluntaria así
que se puede usar en el juicio.
Susan Hensler, abogada defensora, visitó el Campamento 7 por dos horas el último mes con su cliente, un
iraquí acusado de crímenes de guerra. Lo describió como “escalofriante” y
“parecido a ser sepultado”.
La Sra. Hensler, el prisionero, que usa silla de ruedas y otros miembros de su equipo se metieron en su ex
celda y jalaron la puerta para que casi cerrara. “Fue como ser enterrado vivo”,
dijo, definiéndola como “claramente una facilidad hecha para explotación”.
Un prisionero de pie en la puerta del patio de
recreación en 2019 en el principal complejo de la prisión de la bahía de
Guantánamo, a donde fueron trasladados los detenidos del Campamento 7 después
de su cierre. Crédito Doug Mills/The New York Times.
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No le permitieron explicar más, incluso aunque los prisioneros ya no están, algo
acerca del lugar sigue clasificado. Los equipos legales que han realizado
visitas en meses recientes fueron permitidos describir sus impresiones, pero no
de manera específica.
Ni el ejército ni los voceros de la CIA discuten las condiciones. El gobierno
estadounidense ha consistentemente rechazado decir cuánto costó el Campamento
7, qué contratista lo construyó o qué hace su diseño tan especial, añadiendo al
misterio
Ninguna fotografía del lugar ha surgido, mismo que se
encuentra escondido en las colinas lejos de las casas tipo suburbano, la
escuela K-12 y el McDonald’s para los 6,000 residentes de la base de 45 millas
cuadradas. Después de que, sin aviso, el presidente George W. Bush George W. Bush
suddenly announced anunció
repentinamente en septiembre del 2006 que la CIA había transferido a 14
“detenidos de alto valor” de sitios secretos en el extranjero a Guantánamo, le
tomó al ejército otro año reconocer que habían sido segregados de los 450
detenidos que ya estaban ahí.
“Desapareces de la faz del mapa en Campamento 7”, dijo
Alka Pradhan, quien representa a Ammar al-Baluchi, uno de
los acusados en el caso del 11 de septiembre y sobrina del Sr. Mohammed.
La Srta. Pradhan pasó menos de tres horas ahí y se dio
cuenta de que “el aislamiento es opresivo”.
El testimonio de la corte muestra que la CIA controló
la prisión por un periodo de tiempo no divulgado y puso guardias que eran
civiles en uniforme militar, aparentemente contratistas de la Agencia.
Ella dijo que el aislamiento, la fuerza de guardias
clandestina y otras condiciones hacen que el último remanente del programa
de sitios negros de la CIA, que, desde el 2002 al 2006 detuvo a más de 100
prisioneros en Afganistán, Polonia, Tailandia y otros países.
Peticiones de financiamiento en los últimos años dio
un sentido efímero de un lugar cuya infraestructura se estaba deteriorando tan
rápidamente que se estaba convirtiendo en un lugar peligroso para la unidad
especial de guardias de la armada que trabajaban ahí como el Equipo Especial Platinum.
Para el 2013, oficiales militares senior describían el
lugar como un fracaso reforzado por arreglos temporales. Se había movido de sus
cimientos. Algunas puertas no cerraban o abrían. Los techos no podían sostener el
agua de la lluvia. Con el tiempo, los deshechos
humanos se desbordaban del sistema de aguas residuales a través de las celdas y
los pasillos.
“Sistemas eléctricos, mecánicos y de comunicación
segura dentro de las instalaciones estaban estresados y en riesgo de falla”,
dijo el ejército en una solicitud de 69 millones de dólares en el 2018 para
construir un nuevo centro. El staff estaba “en riesgo” debido a “las
ineficiencias experimentadas en la propia separación, reclusión y control de
ocupantes”. Una solicitud de financiamiento para el siguiente año puso el costo
en $88.5 millones y dijo que el complejo necesitaba otros 74
guardias.
En lugar de eso, el Comando Sur, en consulta con las agencias de inteligencia,
decidieron mover a los hombres al complejo principal de detenidos en Guantánamo.
Los comandantes han dicho que consolidar a todos los prisioneros en un solo
lugar, conformado de dos edificios adyacentes, sería más eficiente en cuanto a costos.
La operación de detención emplea a 1,500 soldados y
civiles, dijo el vocero de la prisión, el mayor Dustin W. Cammack. El mismo
número de staff que tenía antes de la consolidación el 4 de abril del 2021.
“Se siente como si hubiera un elemento de
impredecibilidad construido en la prisión en Guantánamo, por diseño, que es su
propia forma de tortura” dijo Christine Funk, abogada criminal defensora. La
Sra. Funk usa una mascada en la cabeza cuando se reúne con su cliente en
Guantánamo. Crédito Erin Schaff/The New York Times
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Christine Funk, abogada criminal defensora, visitó el sitio con el prisionero malayo que representa como emplead
del Pentágono.
“Se siente como si hubiera un elemento de impredecibilidad construido en la prisión en Guantánamo, por diseño, que es su
propia forma de tortura” dijo. “Nunca he visto algo parecido”.
Su cliente, Mohammed Farik Bin Amin, estuvo detenido
por 14 años y medio en el Campamento 7 sin cargos. Sólo fue recientemente
procesado en un caso
de bombardeo en el sureste de Asia que no tiene fecha de juicio.
“He estado adentro y afuera de prisiones en Minnesota
por más de 30 años”, dijo la Sra. Funk. “He visto todo, desde mínima, hasta
media, hasta máxima seguridad. Me quedaría en cualquiera de ellas antes de
hacerlo en esa prisión de Guantánamo”.
Los jueces militares hasta ahora han rechazado emitir
una orden de preservación sobre la propiedad. Algunos de los sistemas de
inteligencia más secretos ya no están, pero el deterioro ha empeorado.
Los abogados reportaron ver víboras, carcasas de
tarántulas, heces de roedores y moho negro. En distintas visitas, los equipos
han tenido que pasar por o alrededor de charcos de agua que viene de secciones
rotas del techo. A los reporteros les ha sido negado un acceso similar.
“Tuve un pensamiento muy oscuro cuando entré a la
celda de Farik”, dijo la teniente coronel Chantell M. Higgins, una abogada
naval para dos ex prisioneros de la CIA — el Sr. Bin Amin y Abu Zubaydah, cuyo verdadero nombre es Zayn al-Abidin Muhammed Husayn.
“Aunque lleva detenido desde el 2002, jamás ha sido acusado de algún delito. Mis pensamientos fueron, ‘¿Cómo es esta una celda aceptable
para cualquiera que ha estado detenido por tanto tiempo’”, dijo Higgins?
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