La toma de posesión de Obama: las esperanzas de una nación, las necesidades de un imperio
Jueves, 22 de enero de 2009
Dennis Loo
Barack Hussein Obama es el nuevo presidente estadounidense. Bush y Cheney
lucieron terriblemente pequeños y dispépticos ese día, Cheney sobre todo, pues
estaba en silla de ruedas, habiendo dañado la espalda levantando cajas de
documentos ultra secretos de la Casa Blanca durante su último día en el poder.
Por lo visto, los empleados no eran de suficiente confianza para mover esas cajas
para quien tenía en su oficina una caja fuerte tan alta como un hombre.
Millones fueron a presenciar, y otros cientos de millones quedaron clavados
a la tele, en celebración del fin de los años Bush/Cheney – un adiós muy, muy
merecido al régimen despreciado que demoraba por tanto tiempo - y el comienzo
del gobierno de ese “hombre negro flaco con el nombre raro,” como Obama se ha
llamado.
El domingo antes de la toma de posesión, un concierto titulado “Somos Uno”
se celebró delante del monumento a Lincoln, con la participación de las
estrellas Bruce Springsteen, U2, Stevie Wonder, Usher, Beyoncé, René
Fleming, John Mellancamp, y otras.
Ese zorro Pete Seeger, de 89 años, puesto en la lista negra durante los
años 1950 y excluido de programas televisivos durante décadas, volvió a la
letra original a la oda de Woodie Guthrie a la gente estadounidense, acompañado
por Springsteen en un final apasionado. Mellancamp cantó “Casas Rosadas,” su
mirada sardónica a la experiencia estadounidense para gente trabajadora.
Bueno, hay gente y más gente
Qué saben ellos, qué saben, qué saben
Que van a trabajar en algún rascacielos
Con vacaciones allá por el Golfo de México
Ay, sí
Y hay ganadores y hay perdedores
Pero ellos no son nada del otro mundo
Porque el hombre simple paga lo emocionante, nena, paga las cuentas
Y las píldoras que matan
Ay, pero ¿ no es América así
¿No es América algo que ver, nena?
¿No es América la patria de los libres, sí?
Casitas rosadas para ti y para mí, Ooooh
- John Mellancamp, “Casas rosadas”
Había ahí una gran muralla alta que trató de pararme;
El letrero pintado decía “propiedad privada”;
Pero al revés, pues no decía nada;
Ese lado se hizo para ustedes y para mí.
- Woody Guthrie, “Esta tierra es su tierra”
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Quizás más que los eventos del martes, el concierto "Somos Uno"
del domingo ilustra el terreno complicado en que Obama tendrá que actuar. Por
un lado están las esperanzas de una nación, quizás nunca más elevadas que con
este hombre que tiene una apariencia tan "Otro" en comparación con la
pandilla saliente y los previos cuarenta y un presidentes (pues Grover
Cleveland fue presidente en dos mandatos no consecutivos), y la pura alegría
evidente en las caras del público. Los artistas que actuaron para Obama el
domingo --en unos casos interpretando canciones que, si se den cuenta ahora o
no, subrayan las diferencias que tienen con él-- llegarán a captar eso más
agudamente en los meses y años venideros, puesto que, como siempre es el caso
con los artistas, representan la vanguardia de las esperanzas y los sueños de
las masas que Obama aprovechó tan hábilmente para ganar la presidencia en este
tiempo de crisis nacional.
Por otro lado, quienes dirigen las cosas en realidad han encargado a Obama
de preservar, proteger y llevar adelante ciertas necesidades del imperio
estadounidense. Si la verdad se revelara en hechos, el juramento de nuevo
presidente diría: “Yo, Barack Hussein Obama, juro solemnemente que preservaré,
protegeré y defenderé el imperio estadounidense.”
Como dijo en 1935 el mayor general Smedley Butler, quien fue durante su
vida el infante de la Marina más decorado de la historia estadounidense, y a
quien unos industrialistas estadounidenses trataron de reclutar para encabezar
un golpe de estado fascista contra [el presidente] FDR, pero con el resultado
de que Butler denunció el complot:
"Pasé 33 años y cuatro meses en el servicio activo y durante ese
período ocupé la mayor parte de mi tiempo como matón de lujo para las grandes
empresas, Wall Street y los banqueros. En breve, fui un mafioso, un gángster
para el capitalismo. En 1914 ayudé a hacer que México, y en particular Tampico,
fuera un lugar seguro para los intereses petroleros estadounidenses. Ayudé a
hacer de Haití y Cuba lugares decentes para que los chicos del Banco City
National obtuvieran beneficios allá. Ayudé en el expolio de media docena de
repúblicas centroamericanas en beneficio de Wall Street. De 1902 a 1912 ayudé a
purificar Nicaragua para la compañía internacional banquero de los hermanos
Brown. En 1916 llevé la luz a la República Dominicana para los intereses
azucareros estadounidenses. En 1903 ayudé a hacer de Honduras un buen lugar
para las compañías frutícolas estadounidenses. En China en 1927 ayudé a que la
petrolera Stándard Oil hiciera sus negocios sin molestias. Mirando para atrás,
podría haberle dado unos consejos a Al Capone. Lo mejor que él logró hacer fue
hacer sus negocios sucios en tres distritos. Yo los hice en tres
continentes."
¿Adónde van las cosas? ¿Puede Obama mantener unido al centro, o serán
demasiado fuertes las fuerzas centrífugas?
* * *
La senadora Dianne Feinstein, anfitriona de la investidura, dio la
bienvenida al evento promocionándolo como una pacífica transferencia del poder
basada en el derecho de la gente a elegir a sus líderes. Lo que no mencionó es
la imposibilidad de que la elección de líderes, aun cuando cuentan todos los
votos, sea en sí "la democracia", porque eso significaría que los
votantes realmente no tienen una voz sobre lo que pasa de una elección a la
otra. Resulta más extraño cuando se considera que en 2007 ella anunció que los
demócratas, ahora de nuevo en control del Congreso, no harían nada en cuanto a
las máquinas de votación electrónica (tan fáciles de piratear) al menos hasta
2010: se trataba de las mismas máquinas chuecas que les dieron la Casa Blanca a
Bush y Cheney de forma ilegítima en 2004, habiéndoles ya conferido la Casa
Blanca ilegítimamente en 2000.
El reverendo Rick Warren, que en público ha descrito a los gays como
equivalentes a pedófilos que toman parte en actos parecidos a la bestialidad,
dio la invocación, sin mostrar ninguna ironía evidente al entonarle a Dios que
estamos “unidos en nuestro compromiso con la libertad y la justicia para
todos.”
Y luego, después de que el presidente de la Suprema Corte John Roberts
tropezó con el muy corto juramento del nuevo presidente, vino el muy esperado
discurso inaugural del presidente. Unos expertos habían previsto anteriormente
que partes de este discurso se grabarían en mármol algún día en la capital. Con
tales expectativas para una persona que había pronunciado llamados tan
conmovedores para "el cambio" durante la campaña y después de ser
nominado, su discurso inaugural no tenía retórica elevadísima ni contenido
inspirador. Quizás por carecer de la agilidad aliterada de Theodore Sorensen,
el principal escritor de discursos para Kennedy (“pagar cualquier precio,
soportar cualquier carga”), el discurso de Obama resultó bastante apagado. Los
expertos han aventurado varias explicaciones: está tratando de minimizar las
expectativas, está hablando francamente a la población estadounidense, respeta
nuestra inteligencia y por eso nos habla sobriamente sobre la situación. Como
dijo Bob Schieffer de la red CBS, lo que es más notable de este discurso no es
lo que dijo, sino quién lo dijo. Por decir verdad, si Obama no hiciera más que
pararse en el podio y levantar los brazos ante los presentes, el público habría
respondido con sonrisas encantadas y aplausos felices.
Obama se ve constreñido menos por las limitaciones de su escritor de
discursos de veintisiete años y su propio lenguaje que por la naturaleza de la
crisis del imperialismo estadounidense y el papel que él puede desempeñar y que
desempañará como su líder político principal.
Usó la palabra "cambio", que invocó incesantemente durante la
campaña, sólo una vez: “el mundo ha cambiado, y debemos cambiar con él.” En esa
línea el cambio no es el elemento principal, sino más bien la respuesta que se
requiere ante el elemento de vanguardia: el hecho de que el mundo ha cambiado y
tenemos que enfrentarnos a eso.
Usó la palabra “esperanza” tres veces, dos veces al citar el discurso de
George Washington en su final: “en la profundidad del invierno, cuando
solamente la esperanza y la virtud podrían sobrevivir,” “con esperanza y
virtud, déjenos hacerle frente una vez más a las corrientes heladas y soportar
las tormentas que vengan,” y una vez aquí: “En este día, estamos reunidos
porque hemos elegido la esperanza sobre el miedo, y la unidad de nuestro propósito
sobre el conflicto y la discordia.”
Obama nos exhorta (y aquí yo no podía más que pensar en las películas de
Frank Capra como “El Sr. Smith va a Washington” y “Es una vida maravillosa”) a:
“reafirmar nuestro espíritu duradero y elegir nuestra historia mejor.” Existe
un “debilitamiento de confianza por todo el país – un miedo persistente de que
la decadencia de Estados Unidos sea inevitable.” No es el discurso de Jimmy
Carter que se refiere a la "desazón moral", pero dista mucho de ser el
discurso sobre “la mañana en Estados Unidos” de Reagan.
Vale la pena hacer un poco de análisis de dos frases. Primero, debemos
analizar el “debilitamiento de confianza” en Estrados Unidos. Si los
estadounidenses sienten menos confianza en las guerras imperialistas, entonces
la disminución de esa confianza es algo bueno. Por supuesto, hay gente en este
país que se deleita con la dominación estadounidense sobre otros países y
“nuestro estilo de vida”, por los cuales Obama dice que no pediremos perdón:
con menos del 5 % de la población del mundo, EEUU consume el 25 % del
combustible fósil no renovable, produce un porcentaje igual de sustancias
químicas responsables por el calentamiento global, y encarcela el 25 % de la
población presa del mundo. Sí, somos el #1 en muchas categorías de las cuales
no debemos sentir nada orgullosos.
¿Qué Estados Unidos justo y qué planeta sostenible existirían si el estilo
de vida estadounidense, con su huella de carbón desmesurada, no se
dejara atrás con las demás cosas “que eran de niño?”
“[N]uestros días de mantenernos en nuestros trece, de proteger intereses
estrechos y aplazar decisiones desagradables - ese tiempo seguramente se acabó.
A partir de hoy, debemos levantarnos, quitarnos el polvo, y comenzar de nuevo
el trabajo de rehacer a Estados Unidos.”
“Proteger intereses estrechos,” “aquellos que prefieren una vida de ocio a
trabajar, o que sólo buscan los placeres de riqueza y fama” son reprimendas muy
suaves para gente de la calaña de Enron, Madoff, Wall Street, las corporaciones
de Estados Unidos, y el Congreso y la Casa Blanca que les dieron carta blanca y
ahora han vendido el futuro de las generaciones venideras para rescatar a esos
magnates ladrones de los tiempos modernos.
En un tiempo cuando decenas de millones sienten en su vida diaria el dolor
y las consecuencias de las políticas neoliberales de desatar "el libre
mercado" mediante la desregulación, la privatización, y la
desindustrialización, Obama nos dice que la cuestión no radica en “si el
mercado es una fuerza para el bien o para el mal.” ¿De veras, no es eso? ¿Está
seguro? Comparen esa crítica suave de Obama contra el sistema que nos ha
llevado al borde de la catástrofe, con la franca admisión del ex presidente del
Banco de la Reserva Federal Alan Greenspan de que su fe en el principio del
mercado fue un error.
¿Cómo ayudarán esa situación el trabajo duro y el sacrificio, a menos que
sea a expensas de la clase trabajadora y las clases medias de este país, y no a
expensas de aquellos que beneficiaron del rescate financiero que ambos Obama y
McCain apoyaron?
“Nuestra nación está en guerra, contra una red de violencia y odio de gran
alcance.” El 11 de septiembre, por lo horrible que fue, y hasta suponiendo que
no fuera obra de fuerzas oficiales, no es comparable, lo siento, a la continua
carnicería que nuestro gobierno ha desatado en su nombre. Más de un millón de
iraquíes ha muerto, en un país que no tuvo nada que ver con los ataques del 11
de septiembre. Decenas de miles de estadounidenses han muerto en el combate o
al suicidarse después (dieciocho suicidios por día según la Administración de
Veteranos). Los afganos siguen muriendo en ataques estadounidenses y habrá más
muertes a medida que Obama cambia el foco de la guerra de Irak a Afganistán y
Pakistán. Irán está en las miras de la nueva administración, y los palestinos
no recibieron ningún apoyo del presidente electo Obama cuando Israel los estaba
masacrando en las últimas semanas.
Esa guerra contra el terror es una guerra DE terror. Es una guerra para el
imperio. Es una guerra que debemos repudiar. Obama dice que “Somos Uno” y se
podía ver el sentido de unidad en todas partes en los últimos días. Muchos
creen que el sueño de Martin Luther King ahora se ha realizado. Pero menos de
tres semanas antes de que el primer presidente negro tomara posesión del cargo,
la policía asesinó a sangre fría a otro hombre negro: Oscar Grant, ejecutado
por la espalda mientras estaba boca abajo en una estación de Bart de Oakland.
Obama quiere que se le unamos en su intento de fusionar los deseos
legítimos de la nación a las necesidades del imperio imperialista. Para
realizar esa hazaña difícil, apela a la población a trabajar mucho, sacrificar
y unirse. Los activistas de El Mundo no Pueden Esperar, Veteranos por la Paz,
Arresten a Bush, Código Rosado y otros que tomaron las calles de Washington,
D.C., en los días antes e incluso el día de la inauguración relataron que
decenas de miles de personas pidieron con entusiasmo que se les tomara la foto
junto a pancartas que decían “Arresten a Bush,” “De Gaza a Guantánamo, paren
las guerras interminables de terror y tortura”, “Procesen a los criminales de
guerra Bush y Cheney.”
Obama habla de una era de responsabilidad. Bueno, eso lo acepto. Para
empezar, responsabilicemos de crímenes de lesa humanidad a los criminales de
guerra con quienes usted compartió el podio el martes. Si usted hace eso, Sr.
Obama, significará por supuesto que tendrá que repudiar la cooperación y la colusión que él y el resto de la dirección
del Partido Demócrata le extendieron al gobierno de Bush durante ocho años,
entonces le aplaudiré y le daré una palmada en la espalda. Si no lo hace,
entonces habrá que condenarle como hipócrita y como el presidente que selló el
destino de la nación al apartar la vista frente a la tiranía y al desacato a
las leyes de parte del titular del cargo público más alto del país.
* * *
El Servicio Secreto ha apodado “la Bestia” al coche blindado en que Barack
y Michelle Obama viajaron durante una parte de la caravana de investidura,
debido a su tamaño, sus chapas blindadas y otros detalles de alta tecnología,
como la capacidad de manejarse aun si los neumáticos se han pinchado. Al mirar
el avance lento de la "Bestia" por la avenida Pensilvania, cuando los
locutores de NBC comentaron que el mantenimiento del vehículo es difícil porque
los baches de las calles de Washington, D.C., crean problemas para el blindaje,
y los locutores de Noticias Fox mencionaron que "la Bestia" despide
gases nocivos de diesel, yo no podía menos que verlo como una metáfora para el
imperialismo estadounidense. Fortificado. Blindado. Paredes y ventanas gruesas.
Pero anda lento y con dificultad, y lo ponen en peligro cuestiones cotidianas
como los baches.
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