La noche más oscura y la verdad en apariencia
(Truthiness)
Dennis Loo 15 de enero de 2013
Traducido del inglés por El Mundo No Puede Esperar 2 de marzo de
2013
¿Qué es lo importante, lo que quieres que sea verdad, o lo que es verdad?
Truthiness (NT: la cualidad de exponer conceptos que uno desea que
sean verdad, en vez de exponer los hechos) es “lo que yo digo es lo correcto, y
(nada) de lo que otro diga podría ser cierto. No es sólo que siento que es
verdad, sino que siento que es verdad. No sólo es un atributo emocional, sino un
atributo egoista.” Stephen Colbert.
La versión de la caza de Osama bin Laden de La noche más oscura es un
ejemplo perfecto de “truthiness” y de la degradación de la verdad. Los cineastas
de La noche más oscura se quedan entre dos aguas en la cuestión de la
verdad. La película no abre con los créditos y el título. Al contrario, muestra
la siguiente línea, con letras blancas en fondo negro: “Basado en relatos de
primera mano de sucesos reales.” A continuación, se emiten grabaciones reales de
personas atrapadas en el World Trade Center el 11 de septiembre. La siguiente
escena se indica en la pantalla que sucede dos años más tarde, es un detenido
siendo torturado por agentes de la CIA. Los créditos no aparecen hasta que la
película ha terminado. Todo esto está diseñado para dar la impresión de una
veracidad periodística o de documental.
El espectador medio sentado en el cine verá, por supuesto, que los cineastas
no se han tomado muchas libertades con respecto a la verdad. Sin embargo, están
equivocados al hacerlo. Es más indignante, la directora Kathyrn Bigelow y el
guionista Marc Boal decidieron, por razones desconocidas, presentar la tortura
como el medio por el que los EEUU encontraron a bin Laden, evidentemente una
representación falsa comparada con la crónica histórica efectiva.
Bigelow y su estudio, Sony Pictures, afirman que excluir la tortura del
relato habría sido falsificar la historia. En respuesta a la película, que ha
sido aclamada por la mayoría de los críticos como una obra maestra y la mejor
película del año, sin embargo, bastante gente ha descrito la película, por el
contrario, como una apología indignante de la tortura (Alex
Gibney, Glenn
Greenwald, Jane
Mayer, Naomi Wolf,
el actor David
Clennon, yo
misma y otros) y la Senadora Diane Feinstein, Carl Levin y John McCain
escribieron una carta
de protesta. Sony respondió a la controversia publicando esta
declaración:
“La Noche Más Oscura no defiende la tortura. No incluir esta parte de la
historia hubiera sido irresponsable e inexacto. Apoyamos totalmente a Kathryn
Bigelow y Mark Boal, y respaldamos esta extraordinaria película. Nos indigna el
que cualquier miembro responsable de la Academia usara su posibilidad de voto en
la Academia de Artes y Ciencias Cinematográfica (AMPAS por sus siglas en inglés)
como una plataforma para llevar su propia agenda política. Esta película debería
ser evaluada como libre de partidismo.
“Castigar el derecho de expresión de un artista es aberrante. Esta comunidad,
más que ninguna otra, debería saber lo reprochable que eso es. Mientras
respetamos totalmente el derecho de cada uno a expresar su opinión, esta
actividad realmente es una afrenta a la Academia y a la libertad de expresión
creativa. Debería haber una oposición a este intento de censurar uno de las
mejores películas de nuestro tiempo.”
“Como dijo Kathryn Bigelow de manera tan apropiada al principio de esta
semana: La representación no es apoyo, y si lo fuera, ningún artista podría
entonces reflejar prácticas inhumanas; ningún autor podría entonces escribir
sobre ellas; y ningún cineasta podría ahondar en los aspectos complicados de
nuestro tiempo. Creemos que los miembros de la Academia juzgarán la película en
sus verdaderos méritos y se desconectarán de esta retórica equivocada y mal
enfocada.”
Amy Pascal Co-Presidente de Sony Pictures Entertainment
Bigelow, Boal, y Sony han representado así las críticas a su película como
censura y se han envuelto ellos mismos en la bandera de la libertad de
expresión. Pero la oposición que su película ha desatado no tiene nada que ver
con la censura y definir sus críticas como censoras es deshonesto. La gente que
se opone a la tortura quiere que la tortura se enseñe al pueblo estadounidense.
La buena película Expediente Anwar del 2007, por ejemplo, protagonizada
por Jake Gyllenhaal, Meryl Streep, y Reese Witherspoon, enseñaba la tortura y
fue apreciada por aquellos de nosotros que admiramos películas bien hechas y nos
oponemos a la inmoralidad e ilegalidad de la tortura. Nos hubiera gustado más
que los críticos hubieran apreciado la película
en vez de vapulearla (por razones políticas fundadas o no) como hicieron,
ayudando por tanto a hacer de la película un fracaso comercial. Lo que La
Noche más oscura hace, al contrario que Expediente Anwar, es usar la
tortura como una parte integral para impulsar la historia hacia adelante de una
manera engañosa. En La noche más oscura sin la tortura no se hubiera
encontrado a bin Laden. Decir que La noche más oscura no defiende la
tortura es como decir que Titanic no es una película sobre un barco llamado
Titanic que se hunde.
La defensa de Bigelow y Boal
Bigelow y Boal han llamado “absurda” a la crítica de que su película hace
apología de la tortura.
¿En que se basan para decir esto? Esto es lo que Boal dijo. He citado en
anteriores artículos aquí
y aquí
esto (y otras declaraciones suyas) pero quiero repetir este pasaje porque quiero
abordar su
comentario aquí desde unos cuantos ángulos adicionales:
“La película muestra que el tipo fue torturado mediante el submarino, él no
cuenta nada y hay un ataque. Muestra que el mismo detenido les da algo de
información, que era nueva para ellos, delante de un almuerzo civilizado. Y
después muestra al personaje (Jessica Chastain) volver a la habitación de
investigación, y toda esa información ya está allí, de otros detenidos que no
han sufrido coerción. Esto es lo que sale en la película, si realmente la ves
como una película y no como una rampa de despegue para un discurso
político.”
Si has visto la película (e incluso si no la has visto pero piensas con
detalle lo que Boal dice y lo que otros que han visto la película cuentan sobre
este incidente), su explicación es notablemente a) superficial, b) engañosa, y
c) descaradamente falsa. Es alucinante que el principal guionista de la película
no pueda, o no describa con precisión, lo que sale en su propia película en
escenas clave.
Como apunté en artículos previos, para aceptar su explicación de que la
película no representa que es la tortura la que da la pieza clave de la prueba
(el nombre del mensajero de bin Laden) tienes que ignorar que a) el hecho de que
Ammar fue torturado largo y tendido antes del “almuerzo civilizado” y b) el
hecho de que Dan, el interrogador, le dice durante el almuerzo que si no coopera
con ellos y les dice lo que quieren, puede colgar a Ammar del techo otra vez. En
otras palabras, Ammar les da lo que quieren (la identidad del mensajero) gracias
a la tortura y a la amenaza de más.
Más adelante en la película, un detenido interrogado por Maya hace que el
impacto de la tortura tal como se representa en la película sea otra vez muy
evidente. Después de decirle que ha sido torturado antes y que no quiere más, le
dice: “Pregúntame algo y responderé.”
Más tarde, en la escena en la habitación de investigación donde, según Boal,
Maya descubre que otros detenidos dieron el nombre del mensajero, aunque no
mientras eran “coaccionados,” Boal afirma que Maya aprende así (y
presumiblemente el espectador) que la tortura de Ammar no fue necesaria después
de todo. Aún así, cada uno de los detenidos, excepto quizás uno, y hay un buen
número de ellos a los que ve en cintas de vídeo dando el nombre del mensajero,
habían sido claramente torturados antes de que dieran el nombre del mensajero.
Todos estaban encadenados y en diferentes estados de estrés y agotamiento
extremo. Pero incluso si la falsa caracterización de Boal de esta escena fuera
verdad y esos detenidos no hubieran sido coaccionados, entonces su argumento de
que maya descubre que la tortura no era necesaria en ningún caso funciona si
ella estaba pensando que habían torturado de hecho a Ammar para dar el nombre
del mensajero y se da cuenta de que esto era innecesario. Por lo que Boal se
está todavía contradiciendo a sí mismo de otra manera. En la primera parte de su
argumento admite que Ammar no fue torturado. ¿En cuál Sr. Boal? Su defensa,
brevemente, está más allá del absurdo desde principio a fin.
Incluso en otra escena de la película, la actitud de los autores hacia la
tortura y la detención indefinida se enfatiza aún más. Mientras la CIA está
intentando convencer a algunos contactos de la Casa Blanca de que han encontrado
la guarida escondida de bin Laden y después de que los representantes de la Casa
Blanca les respondan que la CIA no tiene ninguna prueba convincente de que bin
Laden está en esa casa, uno de los oficiales de la CIA entra en cólera, “Sabes
que perdimos la capacidad de probarlo cuando perdimos el programa de
detenciones, ¿a quién se supone que voy a preguntar: a algún tipo en Guantánamo,
rodeado de abogados?” En otras palabras, no podemos conseguirte la información
directa que quieres porque nos tienes con las manos atadas.
Para el típico espectador que no sabe la verdad sobre los sitios negros de la CIA,
que no sabe que durante Bush y Obama la rendición
fue y ha sido mantenida, y que la sola idea de que los detenidos están “rodeados
de abogados” es ridículo, tendría que pensar, si el resto de escenas de la
película no te convencieron, que ir tras los “enemigos” detenidos usando
cualquier medio a tu disposición, incluyendo especialmente la tortura, es
necesario. Tendrías que llegar a la conclusión de que el programa de
detenciones-sitios negros fue útil para encontrar el escondite de bin Laden, y
que los detenidos no eran mantenidos en ningún otro sitio más que en Guantánamo,
y que la tortura no estaba siendo utilizada allí o cualquier otro lugar. Y
estarías equivocado en todo esto.
Pero según los comentarios de los autores, a pesar de esas escenas y del arco
narrativo de la película, estarías loco si pensaras que La noche más oscura
está promoviendo el uso de la tortura. Bigelow, Boal y Sony Pictures están
diciendo de manera efectiva, “¿A quién vais a creer, a mí o tus ojos que
mienten?”
Lo que genera otra pregunta: ¿Cómo pueden Bigelow y Boal ofrecer tales
explicaciones pobres y falsas?
Mi conclusión es que están tan confiados en que sus insignificantes
refutaciones funcionarán como de que sus falsas representaciones en la película
funcionarán también: en otras palabras, lo que sea verdad no importa. En su
cabeza lo que importa es lo creíble: la apariencia de verdad. Y hay una
abundante evidencia para apoyar su jugada en los honoríficos concedidos a la
película por críticos y buena parte de Hollywood, por lo menos hasta ahora, a
menos que las denuncias sobre sus mentiras se hagan más grandes, más fuertes y
se extiendan más.
Antes de citar algunos ejemplos de cómo “truthiness” está funcionando por
ahora, un comentario preliminar: su habilidad para escabullirse con falsedades
disfrazadas de verdad periodística se ha facilitado por la noción muy extendida
de que la verdad es una pendiente resbaladiza y que la interpretación, más que
la prueba sólida, es lo que constituye la verdad. Tal como escribí en el
prefacio de mi libro, Globalización
y la demolición de la sociedad:
Una de las fuerzas más peligrosas que están en marcha en el mundo hoy, tal
vez la más peligrosa, es el asalto a la verdad que viene de la derecha y de
algunos elementos de la izquierda, fortalecidas por el creciente poder de los
cada vez más concentrados medios de comunicación, publicidad, relaciones
públicas y propaganda del gobierno, que emanan de los dos grandes partidos
políticos, todos tratando de convencernos de lo que es cierto independientemente
de lo que sea verdad. Este ataque a la realidad, en ciencia, razón, y en la
Ilustración está íntimamente conectado a los acontecimientos en la economía y la
política... La globalización y su expresión política, el neoliberalismo, no
podría continuar existiendo y prevalecer sin la degradación del significado de
verdad.
El otro factor en juego aquí es que gente que debería saber más, por ejemplo,
Michael
Moore, (i) se están cegando en su
respuesta a La noche más oscura por un deseo equivocado, ya sea de
defender la película simplemente porque la protagonista es una mujer y está
dirigida por una mujer y/o por el deseo de sentirse bien con Obama. Su
equivocación o rechazo de llamar a La noche más oscura una película
pro-tortura es como poco profundamente decepcionante y como mucho una traición
vergonzosa a sus principios.
¿Una película apolítica?
El portal E! Cita a Jessica Chastain, que hace de Maya en La noche
más oscura diciendo,
“Se dan cuenta (aquellos que han visto la película) de que no es una película
propagandística y que no tiene una agenda. Sólo intenta mostrar este momento de
la historia con la máxima exactitud posible.”
No creo que se pueda poner a Chastain al mismo nivel de responsabilidad o
entendimiento de su papel en la película, como se debería poner al director y
guionista. Creo que la cita de lo que Chastain dijo en realidad quiere decir:
que ella no cree que salga en una película propagandística y que la película no
intenta imponer una agenda, y que sólo se intenta ser fiel al curso de los
acontecimientos. Está equivocada y que ella llegue a esa conclusión significa
que está extremadamente mal informada sobre la historia real que está
supuestamente representando.
Propaganda, Política, Arte, Verdad
Esto nos lleva a preguntas más amplias como qué es la propaganda, qué es ser
político, qué es el arte, y qué significa que la historia y los hechos sean
ciertos en relación a ser políticos. Hay un número de nociones equivocadas sobre
estos asuntos y hace falta alguna clarificación.
Primero, la película no es históricamente precisa. Es una representación
falsa, maligna y perversa de la historia. Se exagera su falsedad porque afirman
que es periodística - “Esta película esta basada en testimonios de primera mano
de sucesos reales.” Sería más precisa si la película hubiera sido comercializada
como algo que viene del Archivo de Historia de Dick Cheney, o de los vídeos de
reclutamiento de los sótanos de la CIA porque conforma la mutilada visión del
mundo preferida por Cheney y la CIA.
Segundo, ¿cómo se podría hacer una película sobre el evento más politizado de
los últimos tiempos, el 11 de septiembre, y la principal obsesión política, la
Guerra contra el Terror, y no ser político? ¿Cómo se podría hacer una película
que trata la tortura y los incidentes terroristas y no ser político? No es
posible y cualquier conectado a la película que afirme otra cosa está o bien
confundiendo o no entiende lo que es la política.
Incluso si dejamos a un lado la politización sin parangón de los asuntos que
se enseñan en la película, es importante apuntar que nunca ninguna película es
apolítica, no importa cuál sea el tema. Incluso una película sobre la búsqueda
de otros planetas y de los orígenes del universo, o sobre osos polares, o
insectos puede escapar de la política. Todo lo que hacemos es político, no
político en el sentido de “Soy republicano” o “soy demócrata”, sino político en
el sentido de que la política tiene que ver con la prioridad que le damos a qué
es más o menos importante hacer si se tienen recursos limitados. Cómo vemos el
mundo y nuestro sitio y el de los otros en él es inherentemente político e
ideológico.
Además, haciendo una película, escribiendo un libro o un artículo, en la
creación de una canción o un poema, cuando elijes lo que vas a leer, ver, en lo
que vas a gastar tu tiempo, empezar una conversación o no, sobre lo que hablas y
cómo, en qué gastas tu dinero y qué haces con lo que compras y cómo lo tiras,
cómo tratas a otra gente y a aquellos del otro género o nacionalidades, y así;
todas esas son decisiones políticas, pienses o no en ellas como políticas. Si
elijes dejar el motor encendido mientras estás aparcado, eso es una decisión
política, incluso si la gente que lo hace no está conscientemente tomando una
decisión política: No me voy a preocupar sobre mi contribución al calentamiento
global y voy a dejar el motor encendido, incluso si no voy a ningún sitio.
Ninguno de nosotros puede escapar de hacer elecciones políticas y tomar
decisiones sobre lo que vamos a hacer cada minuto del día. Tenemos que elegir
porque no podemos hacerlo todo, poner atención a todo, entenderlo todo en
múltiples maneras constantemente. Esas son decisiones políticas.
Cuando Bigelow y Boal decidieron que iban a representar la tortura en su
película, tenían que decidir cuál sería la función de la tortura en la película.
Tenían que decidir cómo iban a representar a la CIA (como héroes u otra cosa).
Tenían que decidir cómo iban a representar a los musulmanes (como villanos u
otra cosa). Tenían que decidir qué escenas se incluirían y cuáles se quitarían.
Esas son decisiones políticas.
Tercero, decir que todo es inherentemente político no es lo mismo que decir
además que la verdad no existe porque cada uno tiene su manera de ver las cosas.
Este es un asunto complicado que necesita de aclaración para desarrollarlo
apropiadamente (puede llevar hasta un libro), por lo que me voy a centrar en
responderlo aquí tan concisamente como sea posible. Empecemos con la cuestión de
la relación entre la diversidad de los puntos de vista de los individuos y la
existencia de una realidad objetiva y real. La gente, es verdad, tiene su propia
y peculiar manera de ser, escribir, y hablar, pero el rango de visiones que
existen es limitado. O sea, todas las opiniones existen en un limitado espectro
y se puede dividir en un relativamente pequeño número de opiniones. Eso es
porque somos seres sociales y nuestras opiniones individuales no se originan
realmente en nosotros sino en los grupos a los que pertenecemos, o con los que
nos identificamos, o a los que aspiramos, y esos grupos a su vez ocupan una
posición particular relativa a los componentes clave del asunto en cuestión.
A su vez, los grupos tienen una relación específica con las palancas claves
de poder y distribución de recursos en la sociedad. Cuál es tu grupo de interés
varía dependiendo a qué grupo pertenezcas. Si eres un miembro del 1%, y amas tu
dinero más que la justicia, [II], tu
grupo tiene un interés material en mantener tu posición de superioridad sobre
los recursos y los medios por los que se obtienen y distribuyen los recursos.
Tienes un interés material en que las palancas de poder permanezcan en las manos
de tu grupo y en que este poder no se distribuya de otra manera (por ejemplo que
se trate al petróleo como un recurso compartido en vez de algo de propiedad
privada). Si eres parte del 47% de los de abajo, al contrario, tus intereses de
grupo están en conflicto con aquellos del 1% y tu grupo estaría mucho mejor si
pudiera penetrar la niebla de engaño, desinformación, y uso de la fuerza
ejercido por el 1% sobre tu grupo y el resto del 99%. Lo que es una ventaja para
el 1%, ocultando las razones verdaderas para las decisiones políticas y
económicas, es una desventaja para el resto de la sociedad a la que se perjudica
con esas acciones.
El arte no puede escapar de ser político, por lo que la pregunta a un trabajo
artístico no es si está o no haciendo una declaración política sino qué
declaración está haciendo y si es cierta o no. ¿Es cierta la historia que cuenta
La noche más oscura en el sentido que se ajusta con justicia a los
eventos históricos? ¿Se consiguió la identidad del mensajero de bin Laden con
tortura? La respuesta a ambas preguntas es claramente no. Por lo que la
declaración política que hace La noche más oscura es falsa y malévola en
este caso porque intenta convencer a la gente de que deberían apoyar que se
comentan crímenes de guerra, tales como la tortura. Esta ofensa es mucho más
seria ya que la gente detrás de esto está afirmando de manera deshonesta que no
están haciendo lo que precisamente están haciendo. Esto queda claro, además de
que está muy claro en la película, por las respuestas de algunos de los
espectadores con los que han hablado algunos activistas al salir de la película
y que dicen que la película les convenció de que la tortura era necesaria.
El arte no se evalúa únicamente, o incluso principalmente, basándose en lo
que el artista intentaba hacer conscientemente. Incluso si se pudiera enseñar
que los que hicieron la película creen sinceramente que han creado una película
apolítica y que no pretendían apoyar la tortura, y que los comentarios de
Bigelow de querer hacer una película que ensalza a la CIA hace que sea imposible
llegar a tal conclusión, el arte es principalmente evaluado en sus cualidades y
su impacto.
Si Bigelow y Boal estuvieran realmente contra la tortura...
Si Bigelow y Boal no pretendían defender la tortura, entonces la respuesta
argumentada de cerca, apasionada desde los cuatro costados, dentro y fuera de la
industria de que lo que de hecho se ve en la película es una defensa de la
tortura, tendría que llevar a cualquier cineasta sincero a llevar a cabo un
examen de su película para encontrar qué es lo que hay en la película que lleva
a la gente a esta conclusión. Si verdaderamente están en contra de la tortura, y
en shock de que alguien pudiera llegar a la conclusión de que su película está
defendiéndola, entonces no sería muy difícil para ellos corregir el problema,
sin ni siquiera tener que modificar la película. Podrían, por ejemplo,
fácilmente revisar la secuencia al comienzo de la película y sustituir el
“basado en un relato de primera mano de eventos reales” con algo como “Esto es
una obra de arte, no de periodismo, y mientras muchos de los eventos que se
muestran están basados en eventos reales, se han tomado ciertas libertades
artísticas para representar esos sucesos. La tortura siempre es un crimen de
guerra y no apoyamos su uso.” Después de todo, ¿hay algo más importante que ser
acusado de apoyar la tortura? En vez de hacer esto tan simple, Bigelow y Boal
ofrecen una y otra vez falsas declaraciones sobre lo que hay en la película, de
dónde vienen sus críticas, y lo que pretendían. El hecho que hayan respondido
así a sus críticas dice mucho de sus intenciones reales y la naturaleza real de
la película.
¿Qué es la tortura? ¿Cuál es su propósito?
La tortura es una forma de terror, aplicada a un individuo, diseñada para
aterrorizar a todo un pueblo. El propósito de la tortura no es recoger
inteligencia, que es por lo que los torturadores torturan a menudo gente que
saben sin duda que son inocentes y que no saben nada útil. El propósito de la
tortura es convencer al pueblo de que aquellos que están torturando no se
amilanarán ante nada y harán cualquier cosa para mantenerse arriba, y que tú
deberías temer que tú o tus seres queridos sean las próximas víctimas de su
injustificada brutalidad elegidas aleatoriamente. Esto es lo que los
inquisidores españoles hacían a aquellos sospechosos de herejía y es la
Inquisición española, por cierto, quienes inventaron la técnica del submarino.
La tortura no se diseñó para extraer la verdad. Se diseñó para coaccionar a la
gente a hacer “confesiones” que por tanto “prueban” la necesidad de la tortura y
prueba quién está al mando.
Hay diversas definiciones de la palabra “propaganda,” alguna de las cuales no
son peyorativas, pero la más común y la que Chastain usa es esta: “Información,
especialmente de naturaleza sesgada o engañosa, usada para promover o publicitar
una causa política particular o punto de vista.” Según esta definición tan común
del término, La noche más oscura es claramente propaganda ya que usa no
sólo información sesgada o engañosa, sino información relevante escandalosamente
falsa como elemento central de la narración para la película, para la política
pública más relevante y de alto nivel desde 2001, y por tanto promueve la idea
de que es permisible torturar a la gente y, de hecho, aquellos que lo hicieron
son héroes. Como Bigelow lo describe en el estreno
de la película:
“Les quiero emocionar y quiero que sepan que esta es la historia, que en
cierto modo está detrás, saben, de todo el grupo de inteligencia que encontró a
este hombre. Esos son individuos increíblemente valientes, individuos dedicados
que sacrificaron mucho para completar esta misión.”
¿Qué es la realidad? La división que hace bostezar.
El debate en torno a La noche más oscura subraya la división entre
aquellos que creen que la realidad es lo que tú crees frente a aquellos que
sostienen que la realidad es algo que existe independiente de nuestra
consciencia. Este conflicto entre visiones confrontadas de realidad y verdad no
es más que una diferencia filosófica escolástica que no tiene consecuencias
reales en el mundo. Es un debate filosófico central que tiene implicaciones
mundiales de dimensiones cruciales.
El primer grupo, aquellos que piensan que la realidad es lo que crees que es,
tiene varios nombres: “basados en la fe,” fundamentalistas, relativistas,
postmodernos, solipsistas, etc; para los que la verdad es únicamente una
cuestión de interpretación personal (lo que es verdad es lo que yo elijo que sea
verdad). O, la verdad es lo que viene en los textos sagrados como la Biblia, el
Corán, etc; o por las autoridades, seculares o religiosas, que se supone tienen
un acceso especial a la verdad.
En el segundo grupo, los empiristas, el mundo existe independientemente de
nuestra existencia y nuestra consciencia de él. El empirismo es la perspectiva
de la Ilustración.
El empirismo es la fundación para la ciencia, la visión de la evidencia
empírica (hechos, pruebas físicas, datos, cosas que puedes medir, etc)
constituye nuestro mundo y son los materiales que usamos para examinar la
validez de nuestra hipótesis y teorías sobre lo que pasa, lo que es real y como
funcionan las cosas.
En nuestros tribunales, por principio tienes que probar que alguien es
culpable mediante el uso de las pruebas, lo bastante fuertes como para
constituir las bases para que una conclusión esté más allá de la duda razonable.
No es suficiente, o al menos no lo era hasta que la llamada “guerra contra el
terror” apareció, apenas acusar a alguien para convertirlo en culpable; se tenía
que probar usando datos empíricos y un argumento fuerte y convincente basado en
evidencias empíricas (los hechos) que hacían razonable y respaldaban el
argumento en vez de socavarlo. Esta forma de jurisprudencia representó un avance
crucial sobre anteriores sistemas de “justicia” en los cuales el rey podía
detener, torturar y/o colgar a cualquiera porque era el rey. En los principios
en juego antes de la Carta Magna, que tiene cerca de 900 años, el poder
gubernamental estaba sin control ni límites en su ejercicio: el gobierno podía
hacer lo que quisiera, a quien quisiera hacerlo. El miedo y la superstición
reinaba en vez de la razón y la evidencia. La noche más oscura refleja el
resurgir de los discursos basados en el miedo diseñados para hacer caso omiso de
principios legales del debido proceso que se hizo histórico como control frente
al ejercicio sin reglas del poder por parte de las autoridades. Tanto Bush como
Obama nos han llevado por esta traicionera carretera de la suspensión del debido
proceso y la culpabilidad
por acusación.
Debido proceso y ciencia, en otras palabras, van de la mano. La falta de
debido proceso, tiranía, superstición y fe anti-racional, y un razonamiento que
apela únicamente a la autoridad (por ej. Los textos sagrados o la “revelación”)
también van de la mano.
La ventaja de ser un empirista es que hay maneras por las que podemos decidir
entre versiones conflictivas de la verdad mediante verificación empírica. En
esto se basa la ciencia: la verdad existe y puede ser determinada a través de
evidencia empírica y que la evidencia viene de un mundo que existe objetivamente
en vez de algo creado y mantenido subjetivamente. Sin esta manera independiente
de verificar, ninguna versión de la verdad puede ser seleccionada como superior
a otra. Cualquier creencia, la noción por ejemplo de que en realidad estamos
soñando el mundo y que el mundo no tiene existencia independiente de los sueños,
es tan verificable y “verdad” como cualquier otra en ausencia de un criterio
independiente.
Un escritor en el Huffington Post llamado G. Roger Denson ha escrito
dos artículos sobre La noche más oscura. El primero titulado: El
relato de La noche más oscura de la tortura verificado por el fichero mediático
de legisladores y oficiales de la CIA. El segundo titulado “Kathryn
Bigelow de La noche más oscura falsamente caracterizada por Naomi Wolf como la
propagandista nazi Leni Riefenstahl.” En el consiguiente debate, todavía
activo, al hilo de sus artículos, en una respuesta a mí dice: “La noche más
oscura no muestra tortura INDISCRIMINADA. No enseña que poblaciones enteras
sean el objetivo. Ni muestra ataques con aviones no tripulados (sic). Estas
rellenando tu falta de argumentos con noticias generales sobre la guerra en
Afganistán porque no puedes encontrar ningún hecho documentado que contradiga lo
que se cuenta en la película. Ahórranos todas tus especulaciones salvajes y
desorientadas (sic). No merecen la pena,”. En respuesta, dije que en parte, su
comentario sobre “la tortura INDISCRIMINADA” me recuerda al comentario del
ex-republicano Akin sobre “la violación legítima.” (Mientras escribo esto, mi
respuesta todavía no ha sido publicada en el Huffington Pos, por lo que
no puedo decir a ciencia cierta que el moderador lo publicará.)
Aparentemente, según el Sr. Denson, existe la tortura DISCRIMINADA (ha dicho
antes:
“Esa fue la razón de la tortura aplicada a Ammar: para salvar vidas”) y existe
la tortura INDISCRIMINADA.
Su comentario abre la caja de Pandora: Denson ha afirmado desde el principio
que La noche más oscura no defiende el uso de la tortura y que de hecho
muestra abiertamente a la gente la realidad de la tortura de manera que verán
que es mala, sin embargo aquí asegura que la tortura se usó en Ammar para
“salvar vidas” y por tanto, no fue tortura INDISCRIMINADA sino presumiblemente
tortura JUSTIFICABLE.
Alguien debería decirle que según la Convención de Ginebra, la Carta de
Naciones Unidas, y la ley internacional, la tortura es tortura. Lo he intentado,
pero parece que no he conseguido que lo entienda. Tal vez esto explica la
ceguera de Bigelow, Boal, Sony Pictures y Denson sobre la película: tal vez para
ellos, si los agentes de EEUU usan la tortura, no es en realidad tortura y por
tanto por eso pueden decir sin pestañear que la película no apoya la
tortura.
La noche más oscura es un microcosmos de un conflicto más amplio que
se está dando a escala mundial hoy, alcanzando desde el nivel personal e
individual a niveles globales. Tal como escribí en el prefacio a mi libro, La Globalización
y la demolición de la sociedad:
Una de las fuerzas más peligrosas que están en marcha en el mundo hoy, tal
vez la más peligrosa, es el asalto a la verdad que viene de la derecha y de
algunos elementos de la izquierda, fortalecidas por el creciente poder de los
cada vez más concentrados medios de comunicación, publicidad, relaciones
públicas y propaganda del gobierno, que emanan de los dos grandes partidos
políticos, todos tratando de convencernos de lo que es cierto independientemente
de lo que sea verdad. Stephen Colbert apodó satíricamente esta tendencia a
degradar la verdad como “truthiness” (la apariencia de la verdad. [III] Este ataque a la realidad, a la
ciencia, a la razón, y a la Ilustración está íntimamente conectado al desarrollo
de la economía y la política, que son el eje central de este libro. La
globalización y su expresión política, el neoliberalismo, no podría continuar
existiendo y prevalecer sin la degradación del significado de verdad.
La gente adora al presidente porque acierta en sus decisiones como líder,
incluso si los hechos que lo respaldan no parecen existir. Es el hecho de que
lleva la razón lo que es muy atractivo para cierto sector del país. Realmente
siento una dicotomía en la población estadounidense. ¿Qué es lo importante? ¿Lo
que quieres que sea verdad, o lo que es verdad? … Truthiness es “Lo que
yo digo es lo correcto, y (nada) de lo que otro diga podría ser cierto.” No es
sólo que siento que es verdad, sino que siento que es verdad. No hay únicamente
una cualidad emocional, sino una cualidad egoista. (regresa)
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