La guerra sucia en Irak
Dahr Jamail Global Research 17 de Julio de 2009
Traducido del inglés para Rebelión por Beatriz Morales
Bastos
El viernes 12 de junio Harith al-Obaidi, dirigente del Frente Iraquí del
Acuerdo, el mayor bloque sunní en el Parlamento, fue asesinado de un tiro 1 a
la salida de la mezquita cinco minutos después de que diera un sermón condenando
al gobierno de Maliki por violar derechos humanos. Obaidi, que era un líder del
movimiento de oposición al gobierno y tenía un fuerte apoyo tanto en el bloque
sunní como en el chií leal al clérigo Muqtada al-Sadr, fue durante mucho tiempo
abogado de derechos humanos y un crítico incondicional del primer ministro
iraquí Nuri al-Maliki.
Sólo el día antes Obaidi había ofrecido un discurso en el Parlamento pidiendo
la dimisión de altos cargos en el gobierno por su relación con violaciones de
los derechos humanos en Irak. Además, en el barrio en el que estaba la mezquita
donde había dado el sermón había varios checkpoints, lo que suscita la pregunta
de cómo un hombre armado podía haber llegado hasta la mezquita sin ser
detectado.
Tras el asesinato Maliki ha ordenado la creación de un comité para investigar
la muerte de este influyente abogado de derechos humanos. El día después de
Obaidi fuera asesinado Maliki llegó incluso a asistir a su funeral 2.
Ambos actos se podrían considerar cortinas de humo de la complicidad de
Maliki (y posiblemente hasta de Estados Unidos). Las acciones estadounidenses en
Irak desde la invasión han dado muestras de favorecer la creación de un Estado
cliente en Irak siguiendo líneas similares a las de Egipto, Jordania, y
Colombia. En todo caso, un elemento esencial de esta ecuación parecen ser unas
fuerzas paramilitares y/o militares que responden del jefe de Estado respaldado
por Estados Unidos (y lo apoyan).
Seamos claros: desde que Maliki fue investido Estados Unidos lo ha apoyado
como dirigente de Irak. En enero de 2005 yo estaba en Bagdad para las elecciones
que formaron un Parlamento iraquí y que después eligió al primer primer ministro
bajo la ocupación estadounidense; este hombre era Ibrahim al-Jaafari. Jaafari no
acataba exactamente la línea estadounidense/británica en Irak, así que no pasó
mucho tiempo antes de que la secretaria de Estado estadounidense Condoleezza
Rice y su homólogo británico se apresuraran a acudir a Bagdad para dejar las
cosas claras 3. Justo después de su visita Jaafari salió y Maliki entró. Este
proceso no tuvo nada de democrático.
En un reciente artículo titulado “Los nuevos escuadrones de la muerte en
Irak” escrito para The Nation 4 por
el periodista independiente Shane Bauer se nos proporciona una visión desde
dentro del puño de acero de Maliki en la forma de las Fuerzas de Operaciones
Especiales de Irak.
Bauer escribe: “Las Fuerzas de Operaciones Especiales de Irak (ISOF, en sus
siglas en inglés) son probablemente el mayor equipo de fuerzas especiales creado
nunca por Estados Unidos y está libre de los muchos controles que la mayoría de
los gobierno utilizan para frenar a semejantes fuerzas letales. El proyecto
empezó en los desiertos de Jordania nada más tomar las tropas estadounidenses
Bagdad en abril de 2003. Ahí las Fuerzas Especiales del Ejército estadounidense,
o “Boinas Verdes”, adiestraron a varios iraquíes la mayoría de ellos de 18 años
sin experiencia militar. La brigada resultante fue un sueño de los Boinas Verdes
hecho realidad: una unidad mortífera, de elite y encubierta equipada
completamente con material estadounidense que podría operar durante años bajo
mando estadounidense y no estaría bajo la responsabilidad de los ministerios
iraquíes ni del proceso político normal. Las ISOF cuentan al menos con 4.564
agentes, con lo que aproximadamente tiene el mismo tamaño que las Fuerzas
Especiales del Ejército Estadounidense en Irak. Documentos del Congreso indican
de que hay planes de doblar en los “próximos años siguientes” el número de
ISOF”.
Según Bauer, las Fuerzas Especiales Estadounidenses fueron transmitiendo poco
a poco el control de las ISOF a los iraquíes en 2007, pero no están bajo el
mando de los ministerio de Defensa o Interior, sino que “los estadounidenses
presionaron al gobierno iraquí para que creara un nuevo organismo a nivel de
ministerio llamado Oficina Anti-terrorista”, escribe Bauer. “Establecida por un
decreto del primer ministro, Nuri al-Maliki, esta Oficina responde directamente
de él y manda a las ISOF independientemente de la policía o del ejército. Según
el decreto de Maliki, el Parlamento iraquí no tiene influencia en las ISOF y
sabe poco de su misión”.
Ha consecuencia de ello se han producido una incalculable cantidad de
crímenes motivados políticamente. Durante años se ha estado deteniendo y
asesinando regularmente a los miembros de al-Sahwa (la milicia sunní creada por
Estados Unidos a la que Maliki se había opuesto desde el principio). El pasado
agosto las ISOF hicieron una redada en el complejo del gobierno provincial en
Diyala respaldados por helicópteros US estadounidenses y detuvieron a un miembro
del principal partido politico sunní de Irak. En diciembre las ISOF detuvieron a
más de 30 funcionarios del ministerio del interior que se creía eran oponentes
del Partido Dawa de Maliki. En marzo las ISOF detuvieron a un dirigente del
Sahwa.
Michael Knights, miembro del Instituto Washington y director de su programa
de Irak, le dijo a Bauer que él creía que el gobierno de Maliki había
desarrollado una “cultura del control directo” y que las personas que dirigen
las ISOF a nivel regional “son elegidas personalmente entre los leales o
familiares de Maliki. Me recuerda a Sadam…. El primer ministro quiere ser
reelegido y no hay muchas limitaciones a su capacidad para atacar a sus
oponentes políticos, como ha estado haciendo [su gobierno] con los sadristas
desde hace años”.
Así, está preparado el escenario para un baño de sangre indefinido por todo
Irak. Una ojeada somera a la semana que va del 6 al 13 de junio nos ofrece
varios ejemplos de esta guerra sucia. Porque es un guerra sucia ya que es seguro
que los oponentes a Maliki así como la ocupación y el Sahwa van a responder en
especie a todo violencia que los visite.
El 8 de junio murió un hombre armado cuando atacaba un checkpoint en Faluya y
el mismo día 5 se capturó a cinco “sospechosos”. Al día siguiente dos policías
resultaron heridos en un atentado en Faluya, una bomba bici hirió a otros siete
y se detuvo a otros seis “sospechosos” más en los alrededores de la ciudad 6. El
10 de junio asistió a la detención por parte de la policía de la provincia de
Diyala en tres operaciones diferentes de cinco personas “pertenecientes a
diferentes grupos armados” en los alrededores de Baquba7.
Vale la pena recordar que desde hace mucho tiempo las razones esgrimidas por el
gobierno de Maliki para detener a los miembros de Sahwa han sido que
“pertenecían a grupos armados” o que habían participado en operaciones de la
resistencia en contra de las fuerzas de la ocupación. El 12 de junio se detuvo a
dos policías en Mosul en relación a un ataque a los estadounidenses en febrero,
mientras que hombres armados asaltaron la casa de un oficial del ejército
iraquí8 en Balad Ruz, mataron a su hija de 17 años e hirieron a su
mujer.
En resumen, fue otra semana típica en el Irak ocupado con 95 iraquíes muertos
y otros 176 heridos. Al menos dos soldados estadounidenses murieron en Irak y
otro murió al colgarse en el patio de su casa natal al no haberse recuperado de
haber visto a “su sargento saltar en pedazos. Vio los cuerpos de la mitad de los
hombres de su sección destrozados. Las cabezas cortadas y los miembros
cortados”.
La ocupación estadounidense de Irak ha matado por lo menos a 1.320.110
iraquíes9 y al menos a 4.312 US soldados10
y, como siempre, no parece haber muestras de que vaya a acabar.
Notas:
Enlace con el original: http://www.globalresearch.ca/index.php?context=va&aid=14330
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