Cuidado con Nashville
TIM CHÁVEZ
NASHVILLE, Tennessee.— Ya no es mi Nashville. Es Guantánamo, y Abu Ghraib.
Hemos replicado la tortura de agua que usó esta nación contra los cautivos sin
recurso judicial que almacenamos al borde de la isla cubana y los varios grados
de degradación por los que obligamos a pasar los prisioneros iraquíes.
A la señora Juana Villegas la torturaron literalmente este mes en el
Departamento del Sheriff del condado de Davidson aquí en Nashville en lo que
daba a luz a una hija.
Con esposas en la muñeca y la pierna le asieron a la barra de la cama en el
hospital durante mucho del parto, la restringieron con garras que le pelaban la
piel de las piernas cuando iba al baño y, lo peor de todo, el departamento del
alguacil le negó el uso de una bomba de pecho para alimentar a su recién nacida
y aliviar el dolor de sus senos.
La bebita, separada de su madre, desarrolló niveles peligrosamente altos de
un químico en la sangre que culmina en una enfermedad infantil.
Mientras tanto, Villegas, de 33 años, se encontraba bajo la vigilancia en
persona del departamento del alguacil, incluyendo a un centinela masculino que
la vigiló mientras se cambió del sobretodo de la cárcel a ropa de hospital. Las
enfermeras que la atendieron salieron de su cuarto de hospital llorando.
Villegas, una inmigrante indocumentada de México, fue detenida tres días antes
de dar a luz. Le acusaron de operar un vehículo sin licencia de conducir y de
manejar descuidadamente.
La ley estatal reconoce como pena suficiente de la comparecencia futura de
una persona ante un tribunal de infracciones de tránsito. No obstante, a pesar
de contar con una matrícula, de tener el registro del vehículo, y tres hijos
ciudadanos, Juana Villegas pasó siete días bajo la custodia del Sheriff.
Lo irónico fue que durante el fin de semana del Cuatro de Julio, Nashville
auspició un episodio de tortura, el cual prohíbe las Naciones Unidas. No existe
nada en la legislación estatal ni federal que requiera que Villegas, inmigrante
sin documentos a quien ordenaron ser deportada una vez antes, recibiera
tratamiento tan sin misericordia. Lo que llevó a que el departamento la tratara
de forma tan inhumana fue la política y lo partidario de un solo hombre, el
sheriff Daron Hall.
En Nashville y en el condado de Davidson han sido deportadas más de 3,600
cabezas de familia en los pasados 14 meses. Más de 1,500 seres humanos que están
en este país legalmente fueron detenidos y sometidos a interrogatorios durante
horas por parte del Departamento del Sheriff . Las autoridades del orden en 57
comunidades de todo el país tienen ahora el poder de hacer cumplir las leyes
federales de inmigración.
Nashville se considera una ciudad progresista. Es cuna de Vanderbilt
University y un sinfín de otras instituciones de educación superior. Los
demócratas, o lo que pasa por demócrata en la región del sur, dominan aquí lo
político. Sin embargo, lo que está transcurriendo sólo vuelve a fortalecer la
imagen de un pequeño pueblo del sur dominado por el alguacil. Por virtud del
programa de deportación 287g, al Sheriff se le permite torturar a mujeres
embarazadas, con autorización del Departamento de Seguridad Interna. Amnistía
Internacional nota que sólo tres estados prohíben el tipo de trato que tuvo que
sufrir Villegas.
A prisioneras mujeres enfermas y embarazadas las atan con cadenas a camas de
hospitales por todo Estados Unidos, reporta la organización. Dado lo que le
ocurrió a Villegas, Amnistía Internacional tendría que poner bajo "vigilancia" a
Nashville. Los servidores públicos como el alcalde de Nashville, Karl Dean,
representante en el Congreso, Jim Cooper, y gobernador de Tennessee, Phil
Bredesen —todos demócratas— no han reaccionado frente a este ultraje. Habría que
avisarles que nuestros lugares turísticos resultarán mucho menos atractivos
hasta que pidan cancelar el programa 287g.
Sólo los estados de California e Illinois cuentan con leyes que prohíben la
tortura de mujeres encinta bajo custodia legal. Recientemente Wisconsin ha
mejorado su política del Departamento de Correccionales. Hay mucho trabajo por
hacer en otros estados también.
Por tu propio bien, aléjate de Nashville. Ya no me pertenece a mí ni a nadie
más. Es de los que crean y mantienen políticas públicas fundamentadas en la
intolerancia y de quienes huyen de la responsabilidad del servicio a todo el
público ocultándose tras la cobardía del silencio.
Tim Chávez contribuye con Hispanic Link News Service y es columnista del
periódico Nashville Tennessean. www.politicalsalsa.com.
timchavez787@yahoo.com.
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