Un momento para el valor ¡Alto al masivo espionaje de Estados
Unidos!
25 de junio de 2013 | Periódico Revolución |
revcom.us
Lo siguiente es una transcripción de un discurso de Andy Zee, el
vocero de Libros Revolución-Nueva York, en la velada "NO SEREMOS CÓMPLICES" en
Cooper Union en la Ciudad de Nueva York el 19 de junio de 2013, poco después de
las denuncias de la vigilancia masiva del gobierno estadounidense:
Hace casi 11 años muchos de nosotros nos reunimos en esta misma sala en "Una
noche de conciencia — No en nuestro nombre" en contra de los crímenes que inició
el régimen de Bush. Nosotros juramos en ese momento: "Que no se diga que en
Estados Unidos nos quedamos callados cuando el gobierno declaró una guerra sin
límites e instituyó severas medidas represivas... El presidente Bush declara: 'O
están con nosotros o están en contra'. Nosotros respondemos: no permitiremos que
hable por el pueblo estadounidense; no entregaremos la conciencia ni el derecho
a cuestionar a cambio de falsas promesas de seguridad".
(Vídeo en inglés, gran archivo, puede que tarde en
cargarse.)
Esas palabras tocan una fibra profunda estos días cuando el régimen de Obama
ha codificado, desarrollado y llevado a alturas criminales aún más obscenas los
crímenes de guerra del régimen de Bush, arrogándose el derecho de ser juez,
jurado y verdugo. Han expandido dramáticamente un vengativo estado policial que
ataca cruelmente a aquellos que, obligados por la conciencia, denuncian la
injusticia. Obama ha impuesto el Acta de Espionaje de 1917 más que la totalidad
de todas las otras administraciones. Bradley Manning, después de meses de
tortura, está atrapado en un proceso, en el que mucho está en juego, que se
parece increíblemente a Alicia en el país de las maravillas; Julian Assange está
rodeado y confinado en la embajada de Ecuador en Londres; y Edward Snowden se
mantiene escondido1 mientras sigue diciendo las verdades, por ejemplo cuando
denunció con el escarnio apropiado la justificación que ofreció la NSA [Agencia
de Seguridad Nacional] por su vigilancia masiva contra todo el mundo. Snowden
planteó astutamente la pregunta: "¿Así que potencialmente podemos
denunciar a un terrorista potencial que tenga el potencial de
matar a menos estadounidenses que nuestra propia policía?"
Dennis Loo en "No seremos cómplices" Cooper Union, 19 de
junio de 2013.
Las acciones de Edward Snowden ponen al descubierto la extensísima tecnología
represiva, y además el poder que puede tener incluso una sola persona que actúe
de acuerdo a su conciencia para desafiar y cambiar el panorama político entero.
La realidad es que este sistema depende de las personas, un sistema que a diario
pulveriza a la humanidad, desde los campos de muerte de Afganistán y Pakistán
hasta las fábricas de muerte de Bangla Desh. Las personas son el talón de
Aquiles del sistema. Nosotros en Estados Unidos tenemos la responsabilidad de
despertar y dinamizar ese poder latente de la gente, a la vez que ir contra la
autoridad así como contra las ideas y manera de pensar de la gente que
justifican los grandes crímenes en nombre de proteger el privilegio —
que paralizan la conciencia y las aspiraciones políticas de aquellos que podrían
y deberían ser parte de cambiar el mundo.
Podemos y debemos hacer mucho, pero solamente lo podemos hacer desafiando con
la verdad las ideas de muchas personas en Estados Unidos. Ayudarles a soltarse
del marco que conduce a la complicidad con los crímenes de guerra y conduce a
aceptar pasivamente el masivo programa gubernamental de vigilancia contra todo
el mundo —una vigilancia total— de parte de un gobierno que en repetidas
ocasiones ha demostrado que usará su poder represor solamente en contra de los
intereses del pueblo.
Invariablemente se puede confiar en que Thomas Friedman [un columnista del
New York Times] exprese un punto de vista que les ofrece consejos a los
gobernantes acerca de la mejor manera de presentar y llevar a cabo sus crímenes
y a la vez les ofrece una justificación pragmática, atractiva y egoísta a los
liberales y progresistas para que se acomoden con el programa. Con avidez,
Friedman retomó una asquerosa entrada del diario digital de David Simon, el
creador de The Wire (un programa de televisión que en efecto hizo una
buena denuncia de la guerra contra la droga como una guerra contra el pueblo). A
Bill Keller del New York Times le encantó tanto el argumento de
Friedman que lo repitió en un artículo de opinión-editorial unos días después.
Su argumento es una justificación de la complicidad. Antes de examinar eso,
déjenme agradecerle a Glenn Greenwald por publicar las denuncias acerca de la
NSA y además por esta declaración: "Si fundaran un club llamado Comentaristas
Liberales en Defensa del Estado de Seguridad Nacional, no habría auditorio en
Estados Unidos de suficiente cupo para recibirlos".
Friedman escribe: "Sí, me inquieta el abuso potencial de la privacidad de
parte de un programa del gobierno con el objetivo de impedir otro 11 de
septiembre de 2011 (11/9), un abuso que, hasta ahora, no parece haber ocurrido.
Pero me inquieta aún más otro 11/9", y de ahí argumenta que el masivo programa
de espionaje para nada es tan malo como lo que podría
ocurrirle al estilo de vivir de él si ocurriera otro 11/9. Concluye:
"Imagínense cuántas restricciones concretas sobre nuestra hermosa sociedad
abierta toleraríamos nosotros si ocurriera otro ataque del calibre del 11/9.
Perdónenme por hacer esa denuncia".
Pues, al carajo Friedman. La única referencia al "perdón" que deberíamos
tener es la de perdonar e indultar a Bradley Manning y a los decenas de millones
de jóvenes negros y latinos levantados en las calles o los multifamiliares de
Estados Unidos y que están presos o bajo el control del sistema penitenciario,
todo bajo el pretexto de la guerra contra la droga. Durante tres décadas esto ha
constituido nada menos que una lenta guerra genocida contra unos sectores del
pueblo que el sistema ya no puede explotar de manera rentable y que los de
arriba temen por su efecto potencial de radicalizar al resto de la sociedad. El
hermoso estilo de vida de Friedman no existe para los negros, los latinos, los
inmigrantes, los pobres y las mujeres victimadas por la cultura de violaciones y
la privación de los derechos reproductivos básicos.
Digo, reconozcan esa realidad y actúen en consecuencia, o sean parte de la
misma. Así son las elecciones.
La lógica que justifica la guerra contra el terror no es distinta a la que
justifica la guerra contra la droga porque en esencia la guerra contra el terror
es una guerra para defender y extender el imperio. De eso se trata lo que hace
Estados Unidos en el exterior, lo que hace en su propio territorio — ni más ni
menos. "Imperio" es simplemente una palabra grandiosa para describir la
explotación de la gente y del planeta.
¿No es obvio que argumentar que para proteger "nuestra hermosa" libertad y
estilo de vida, tenemos que espiar a TODO EL MUNDO, es una forma peculiar de
LOCURA? ¿Quiénes, exactamente, van a llevar a cabo esta vigilancia benigna en
beneficio de nuestro propio bien? ¿El FBI que espió a Martin Luther King, lo
hostigó, intentó chantajearlo u orillarlo a suicidarse? ¿El FBI que acusó
falsamente y mató a los militantes del Partido Pantera Negra y a otras personas
en los años 1960 y que jamás dejó de desbaratar a muchos movimientos de justicia
social durante los años 1980 y 1990 hasta hoy día? ¿Confiar en la CIA/NSA? La
sangre del pueblo desde Guatemala hasta Indonesia, Yemen y Somalia corre
profunda y ampliamente y se le hace caso omiso a costa de la complicidad en
Estados Unidos y de los indecibles horrores en los países de todo el mundo.
La lógica de Friedman es meramente un adorno sobre los argumentos de Obama.
Obama busca hacer que los progresistas "racionales" se dejen embaucar para que
se identifiquen con "su" dilema (el de Obama), en tanto convencerlos
para que se identifiquen con la máquina de muerte imperial que es Estados
Unidos. Ya basta de la actuación de Obama como Hamlet, de angustiarse sobre
las listas de individuos para matar todos los martes, sobre las difíciles
decisiones entre la confidencialidad y la seguridad. El colmo del engaño de
fantasía de Obama, lo que la gente dijo que jamás aceptaría de parte de Bush,
es: "Confíen en mí".
¿Confiar en quién? El Partido Demócrata es un partido de criminales de guerra
al igual que lo son los republicanos. Madeleine Albright, la secretaria del
Estado bajo Clinton, respondió de plano que las sanciones contra Irak que
causaron la muerte de medio millón de niños durante los años 1990,
"VALIERON LA PENA". Si cualquier otro líder hubiera dicho esto en cualquier otro
país, se hubiera reconocido eso como la defensa del genocidio tal cual. Tales
crímenes de guerra no son subproductos ni excepciones en la historia y en el
funcionamiento de este sistema, el capitalismo-imperialismo, que requiere una
explotación cada vez más amplia y competitiva de las personas y del planeta. El
genocidio contra los pueblos indígenas en la formación de Estados Unidos, la
esclavización de los africanos, el apoyo al genocidio contra el pueblo palestino
y el millón de personas muertas en Indonesia con la participación activa de la
CIA en los años 1960 reflejan la naturaleza esencial de lo que es y lo que hace
Estados Unidos. Ninguna supervisión puede regular o regulará esta situación.
La fuerza motriz del capitalismo global competitivo regula lo que hace y
hará todo gobierno que avala este sistema.
El meollo del argumento [que hicieron los gobernantes estadounidenses
después] del 11/9 es que la única elección que nos toca es la elección entre el
fundamentalismo islámico o el capitalismo global. Tal es la lógica "Estados
Unidos #1" en la guerra contra el terror que ha causado, solamente en Irak, más
de 100.000 muertes directas, cientos de miles de lesionados y enfermos y
millones de desplazados. Tal es la lógica, la moralidad, del imperio.
Existe una dinámica mortífera en el mundo de hoy de la que podemos y debemos
zafarnos. Bob Avakian, el líder del Partido Comunista Revolucionario, lo ha
descrito así:
Lo que vemos en contienda, con la jihad por un lado y McMundo/McCruzada por
el otro, son sectores históricamente anticuados de la humanidad colonizada y
oprimida contra sectores dominantes históricamente anticuados del sistema
imperialista. Estos dos polos reaccionarios se oponen, pero al mismo tiempo
se refuerzan mutuamente. Apoyar a uno u otro de esos polos anticuados,
acabará fortaleciendo a los dos.
Él ha recalcado que tenemos que reconocer que es el sector históricamente
anticuado del sistema imperialista, y en particular los imperialistas
estadounidenses, el que más daño ha hecho.
Algunas fuerzas islámicas jihadíes reaccionarias representan una amenaza para
los intereses del imperialismo en unas partes estratégicas del mundo. Estas
fuerzas sí llevan a cabo unas acciones que atacan a los civiles inocentes. Pero
los gobernantes estadounidenses no están librando esta "guerra contra el
terror", sin importar la marca o la nueva marca que le den, para "salvar vidas".
El ascenso de las fuerzas islámicas jihadíes principalmente es el producto del
funcionamiento del imperialismo y una reacción al mismo: a las maneras en que el
imperialismo ha desarraigado y devastado la vida y el sustento de millones de
personas; a su manera de apuntalar a los crueles regímenes (como Mubarak en
Egipto); y a la manera en que ha auspiciado concretamente el ascenso de estas
fuerzas jihadíes en los casos que beneficiaran a los intereses percibidos del
imperialismo estadounidense (como en Afganistán donde los fundamentalistas
islámicos, con el aval y financiamiento de Estados Unidos, combatieron contra la
Unión Soviética). Cuando una niña en Pakistán escucha un zumbido en el cielo y
teme que sea la siguiente muchacha que se reviente a pedazos, eso conduce al
reclutamiento de más jihadíes, y el ciclo se repite una y otra vez.
La presente Constitución para la Nueva República Socialista en
América del Norte (Proyecto de texto) ha sido escrita con el futuro en
mente. Tiene la intención de plantear un modelo básico, y los principios y las
pautas fundamentales, para el carácter y el funcionamiento de una sociedad y un
gobierno radicalmente diferentes a los ya existentes: la Nueva República
Socialista en América del Norte, un estado socialista que encarnaría,
institucionalizaría y fomentaría relaciones y valores radicalmente diferentes
entre las personas; un estado socialista cuyo objetivo final y fundamental sería
lograr, junto con la lucha revolucionaria por todo el mundo, la emancipación de
toda la humanidad y el inicio de una época completamente nueva en la historia
humana —el comunismo— mediante la abolición final de todas las relaciones
explotadoras y opresivas entre los seres humanos y de los conflictos antagónicos
destructivos que surgen de esas relaciones.
Lea el
texto completo de la Constitución para la
Nueva República Socialista en América del Norte (Proyecto de texto),
del Partido Comunista Revolucionario, en revcom.us/pcr
Pero, estos dos sectores anticuados no tienen que ser y no son la única
elección en el mundo de hoy. En realidad existe un camino completamente
diferente para el mundo mediante una revolución, misma que tenga como objetivo
un poder estatal radicalmente nuevo que está concentrado en esta Constitución para la
Nueva República Socialista en América del Norte (Proyecto de texto), la
que recomiendo que ustedes lean, en la que el derecho de la expresión,
la asamblea y el disentimiento va mucho más allá que cualquier constitución que
se haya promulgado anteriormente en cualquier parte, como parte de un estado
radicalmente nuevo donde las personas podrían florecer y tendrían el poder y el
apoyo para abolir todas las formas de la opresión y explotación en todo el
mundo, progresando hacia un momento cuando las estructuras estatales que
conocemos hoy ya no serían necesarias.
No me alcanza el tiempo para adentrarme en esto, pero les extiendo una
invitación a que sigan y cumplan con los principios que los condujeron a asistir
a esta velada y si eso los conduce a ver la fuente del problema y a ver que la
solución a la misma está en la revolución y el comunismo, no les de la espalda a
eso porque les hace salir de su espacio de seguridad y comodidad, que desafía lo
que han sido sus sentidas creencias o debido a prejuicios y calumnias. Al
contrario, busque conocer más — accedan a revcom.us o acudan a Libros
Revolución, a la vez que trabajemos colectivamente para poner fin a esta
locura.
Éstas no son simplemente buenas ideas que nunca podrían realizarse. No se
dejen disuadir debido a que contamos con una cantidad relativamente pequeña de
personas hoy. Estamos actuando en torno a grandes cosas (el espionaje, la huelga
de hambre en Guantánamo, las constantes guerras) que en ciertos momentos pueden
tener un impacto sobre el mundo, de acuerdo a lo que hagamos concretamente
nosotros y las personas como nosotros. En las últimas pocas semanas, podemos ver
que en ciertas coyunturas las acciones de conciencia en beneficio de los
intereses del pueblo pueden movilizar y conducir a millones de personas a pensar
y actuar de modo diferente, tal como en los casos de las 50 personas que se
plantaron en frente de un buldózer en la plaza Taksim de Estambul, la emergente
ola de protesta en Brasil, la postura de Edward Snowden que hizo que ustedes
asistieran a esta velada. Los gobernantes de este imperio no lo tienen todo bajo
control. Su sistema entero está acribillado de problemas para los cuales no
tienen soluciones que beneficiaran a los verdaderos intereses de la
humanidad.
Para nosotros, para el pueblo del mundo, tenemos que empezar a ver el mundo
tal como es. Nuestra moral y nuestras acciones tienen que basarse en la realidad
que contrasta marcadamente con la propagación de ilusiones y la inmoralidad
egoísta de los gobernantes y sus defensores como Thomas Friedman. Bob Avakian lo
explica así:
Hay un punto donde la epistemología y la moral se encuentran. Hay un punto
donde uno tiene que decir: No es aceptable no querer mirar algo, o no creerlo,
porque incomoda. Y: no es aceptable creer algo porque tranquiliza.
Esta noche, tomamos partido con Bradley Manning, Edward Snowden, Lynne
Stewart2 y los millones de personas del mundo que añoran un mundo en el
que podrían librarse del terror y miseria en que los sistemas anticuados del
mundo los mantienen. Avancemos desde aquí y en conjunto opongamos resistencia a
las atrocidades y crímenes desmedidos contra el pueblo y a la vez aprendamos y
forcejeemos el uno del otro sobre las causas de todo esto y las soluciones. Ya
es tarde. Pero ya queda tiempo para el valor y la convicción. Ya es hora de
actuar.
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