Yemen: Atacar Hodeidah es un acto deliberado de crueldad de la Administración Trump
Patrick Cockburn
20 de junio de 2018
La administración Trump es culpable de muchos actos de crueldad deliberada, como
separar a los hijos de los padres inmigrantes en la frontera de Estados Unidos.
Pero mientras el mundo observaba los preparativos de la reunión Trump-Kim
Jong-un en Singapur, los EEUU pueden haber hecho algo peor al anunciar en voz
baja una decisión que amenaza con matar a millones de personas de hambre o
enfermedad.
La sentencia de muerte potencial se pronunció en un breve comunicado de prensa del
secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo, dando luz verde a los Emiratos
Árabes Unidos (EAU) para lanzar una ofensiva en Yemen cuyo objetivo es capturar
el puerto de Hodeidah en el Mar Rojo. La ciudad portuaria es el punto de
entrada del 70 por ciento de los alimentos y suministros médicos para los ocho
millones que están al borde de la inanición y de los 22 millones de yemeníes
que necesitan ayuda humanitaria según la ONU.
El afán de los funcionarios de Estados Unidos por evitar acusaciones de
complicidad en el ataque Hodeidah es una señal de que sospechan que el
resultado puede ser desastroso. Pompeo mantuvo un perfil deliberadamente bajo
en su declaración de tres frase sobre Hodeidah: “He hablado con los líderes de
los Emiratos y les he expresado nuestro deseo de hacer frente a sus problemas
de seguridad, preservando el libre flujo de la ayuda humanitaria y las
importaciones comerciales para salvar vidas”.
De este mensaje estaba ausente por primera vez la petición a Arabia Saudí y los
EAU de no atacar Hodeidah, una ciudad con una población de 600.000 habitantes
que ya oye las explosiones distantes. Los EEUU y los EAU han hecho todo lo
posible para desplegar una cortina de humo de falsas informaciones sobre quién
es responsable de lo que está sucediendo y por qué están lanzando ahora la ofensiva.
Los 25.000 combatientes yemeníes que avanzan sobre Hodeidah no son una fuerza
independiente, sino que están pagados y bajo control de los EAU. “Nuestras
órdenes vienen de los emiratíes, por supuesto,” declaró un comandante yemení en
primera línea de fuego a Iona Craig, corresponsal de The Intercept a principios
de este mes, al tiempo que pedía apoyo aéreo. Ese apoyo aéreo es proporcionado
por los saudíes y los EAU gracias a los EEUU, que contribuyen con servicios
esenciales como el reabastecimiento de combustible en pleno vuelo y la
inteligencia para situar los objetivos. Los EEUU pueden negar que tiene un
papel directo en el asalto a Hodeidh, pero no estaría sucediendo sin su
consentimiento.
Los EAU han dejado claro en privado a funcionarios estadounidenses que no atacarían
Hodeidah sin el permiso y apoyo de la administración Trump. La Casa Blanca ha
decidido intensificar la campaña de Arabia Saudí y los EAU contra los Houthis,
a los que acusa de estar aliados con Iran, aunque sin proporcionar muchas
pruebas de ello. La justificación de los EAU para atacar Hodeidah es que los
Houthis lo utilizan para importar misiles de fabricación iraní y otras armas.
“¿Hay que permitir a los Houthis este contrabando de misiles?”, pregunta un
embajador de los EAU. Sin embargo, un panel de expertos de la ONU concluyó a
principios de año que no entran armas iraníes a través del puerto porque los
barcos son inspeccionados al azar y deben ser autorizados por la ONU.
Un burdo intento de los EAU de pretender que no está actuando en concierto con los
EEUU ha sido anunciar públicamente que su petición de imágenes de satélite,
reconocimiento y desminado había sido rechazada. Dado que los países
normalmente no anuncian este tipo de información, se trata claramente de un
nuevo intento de minimizar el papel de Estados Unidos.
¿Por qué actúan así los EEUU? Trump está más cerca de Arabia Saudí y EAU que
cualquier otro presidente de Estados Unidos y ambos han hecho un gran esfuerzo
para ganar su apoyo. La Casa Blanca considera Yemen un frente en una campaña
más amplia para presionar a Irán. Pero el motivo más importante para la
escalada de Arabia Saudí, los Emiratos Árabes Unidos y sus aliados extranjeros,
como los EEUU, Gran Bretaña y Francia es que el curso de la guerra no les ha sido
favorable.
Cuando el Príncipe heredero Mohammed bin Salman comenzó la guerra aérea saudí contra
los Houthis en marzo de 2015 la llamó, en un exceso de confianza, “Operación
Tormenta decisiva”. Resultó ser todo menos decisiva y continúa tres años después.
Los Houthis, una secta minoritaria chií, controlan la capital Sanaa, junto con
casi todo el norte densamente poblado de Yemen y siguen siendo capaces de
disparar un misil de vez en cuando contra Arabia Saudí.
Los EEUU anima a los EAU y sus aliados a tomar Hodeidah para romper el punto muerto
y apretar el cerco a los Houthis. Pero esto está muy lejos de tomar Sanaa y
obligar a los Houthis a rendirse.
Lo que la operación Hodeidah puede provocar es una catástrofe humanitaria en lo que la
ONU ya califica de la peor crisis humanitaria del mundo. Tres cuartas partes de
los 27 millones de yemeníes necesitan ya ayuda para sobrevivir y esta puede
quedar bloqueada en los próximos días, cuando los combates se acerquen a
Hodeidah y cierren el puerto.
Los saudíes y los EAU están tratando de calmar las preocupaciones internacionales, particularmente en el Congreso de
Estados Unidos, sobre el peligro de una hambruna inminente asegurando que están
preparados y a la espera de enviar suministros una vez que hayan tomado Hodeidah.
Eso suena bien, pero el año pasado Arabia Saudí prohibió hasta el envío de
pastillas de cloro a Yemen, a pesar de la epidemia de cólera en el sur que,
según la Organización Mundial de la Salud, afectó a 500.000 personas y mató a
2.000 niños. La epidemia comenzó porque la coalición liderada por Arabia Saudí
bombardeó la estación principal de energía eléctrica y no llegaba suficiente
combustible para mantener funcionando las plantas de aguas residuales y de
purificación de agua.
Incluso si Hodeidah cae, las fuerzas yemeníes respaldadas por los emiratís no serán
capaces de continuar su ofensiva en las escarpadas tierras altas de Yemen,
donde el terreno favorece la defensa.
La pretendida preocupación de índole humanitaria por Yemen de Estados Unidos, Gran
Bretaña y Francia es pura hipocresía, derramando copiosas lágrimas por las
víctimas de la guerra mientras suministran armas y asesores para la guerra. Los
misiles disparados por los Houthis contra Riyadh son en gran medida ineficaces,
lo que no evita que sean furiosamente denunciados al tiempo que apenas se oyen
protestas por el bombardeo incesante de Sanaa y los otros núcleos de población
en el país. Los EEUU y Gran Bretaña se han opuesto a una petición de Suecia en
el Consejo de Seguridad de la ONU el jueves pasado para que Arabia Saudí y los
EAU declarasen un alto el fuego inmediato. Algunos cínicos sospechan que la
ofensiva de Arabia Saudí y los EAU está planeada para hundir los esfuerzos de
paz del enviado especial de la ONU Martin Griffiths, que ha propuesto que los
Houthis se retiren de Hodeidah y la ONU se haga cargo de la ciudad portuaria.
Pedir una solución política, como Gran Bretaña ha hecho, suena mejor que exigir más
guerra, pero el resultado será el mismo mientras Arabia Saudí y los EAU tratan
de ganar diplomáticamente lo que han podido conseguir en el campo de batalla
los últimos tres años. Si los Houthis no se retiran, es probable que la
coalición liderada por Arabia Saudí se abra paso bombardeando hasta los
cimientos Hodeidah. La ciudad acabará como Raqqa, Mosul oeste o el este de
Alepo, en las que las tropas de tierra actuaron después para limpiar la ultima resistencia
de los escombros en los que acabaron convertidas por los bombardeos aéreos. El
final de la guerra solo será posible cuando los EEUU, Gran Bretaña y Francia
comiencen a exigir un precio político a Arabia Saudí y los EAU por continuar su
desastrosa aventura en Yemen.
Patrick Cockburn
Periodista, es autor de The Rise of Islamic State: ISIS and the New Sunni
Revolution.
Fuente:
https://www.counterpunch.org/2018/06/18/attacking-hodeidah-is-a-deliberate-act-of-cruelty-by-the-trump-administration/
Traducción: Enrique García
http://www.sinpermiso.info/textos/yemen-atacar-hodeidah-es-un-acto-deliberado-de-crueldad-de-la-administracion-trump
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