El Mundo no Puede Esperar moviliza a las personas que
viven en Estados Unidos a repudiar y parar la guerra contra el mundo y también
la represión y la tortura llevadas a cabo por el gobierno estadounidense.
Actuamos, sin importar el partido político que esté en el poder, para denunciar
los crímenes de nuestro gobierno, sean los crímenes de guerra o la sistemática
encarcelación en masas, y para anteponer la humanidad y el planeta.
Del directora nacional de El Mundo No Puede Esperar
Traducido por El Mundo no Puede Esperar 22 de diciembre de 2022
Andy Worthington, haciendo un llamado para el cierre de Guantánamo
afuera de la Casa Blanca el 11 de enero del 2020 y Saifullah Paracha
fotografiado después de su liberación de la prisión en noviembre del 2022
Muchas gracias a Bob Connors y Tom Walker of WSLR
96.5, una estación de radio progresiva en Sarasota, Florida, por invitarme a su
show “El reporte de paz y justicia” el miércoles. Como explicaron los
anfitriones, el programa “cubre asuntos locales, estatales, nacionales e
internacionales de justicia social”, con “una variedad amplia de invitados
cuyos puntos de vista son infrarrepresentados en los medios mainstream”,
incluyendo “activistas de paz que están dedicando sus vidas a crear un mundo
libre de guerra, violencia y destrucción ambiental”.
Ya había hablado con Bob y Tom antes — en 2018, 2019 y el año
pasado — y estuvo genial hablar con ellos otra vez, no solo porque son
unos anfitriones muy acogedores, pero también porque muy pocos programas de
radio en EE. UU — o alrededor del mundo — devotan cualquier cantidad de tiempo
en lo absoluto a la injusticia continua de Guantánamo.
Nuestra entrevista de 22 minutos está adjunta abajo y
espero que tengas el tiempo de escucharla y que compartas si te parece útil.
Un día después de las elecciones intermedias, cuando
la mayoría de los votantes en Florida se presentaron para los republicando,
parecía de alguna manera apropiado discutir cómo, bajo George W. Bush, Saifullah,
un hombre de negocios paquistaní, había sido secuestrado en Tailandia en julio
del 2003, detenido en un “sitio negro” en Afganistán y transferido a
Guantánamo en septiembre del 2004 en donde estuvo otros 18 años antes de ser
finalmente liberado, nunca habiendo sido acusado de algún crimen — al igual que
la mayoría de los 732 hombres que han sido liberados de Guantánamo desde que
abriera hace casi 21 años.
Tristemente los fracasos de justicia en el caso de
Saifullah no solo involucra a los republicanos, aunque nadie debe olvidar que la
responsabilidad permanente de la vergüenza de Guantánamo es totalmente de
George W. Bush, Dick Cheney, Donald Rumseld y otros republicanos clave en los
primeros años del S. XXI.
Bajo Bush, Saifullah fue designado para juicio, en
conexión con dudosos alegatos de que estaba involucrado con al-Qaeda y, cuando
Obama tomó el poder, el primer proceso de revisión que estableció, el grupo
especial de alto nivel Equipo de Trabajo para Revisión de Guantánamo, llegó a la misma conclusión. Sin embargo, la
viabilidad del éxito de los enjuiciamientos se redujeron con el sistema de
juicio de comisión militar pandeando bajo los retos legales, él y otros hombres
inicialmente recomendados para proceso legal fueron elegibles para proceso de
revisión, las Juntas
de Revisión Periódicas, un sistema tipo libertad condicional que de inicio
le fallaron, porque requerían arrepentimiento y Saifullah se negó a aceptar
responsabilidad por los crímenes de los cuales fue acusado.
No fue sino hasta mayo del año pasado, bajo el
presidente Biden, que una PRB finalmente
recomendó su liberación aunque, en 2018, un juez en Nueva York había
revocado la condena del 2005 para su hijo Uzair, también involucrado en un
supuesto plan de al-Qaeda, después de reconocer que las confesiones auto
implicándose hechas por Uzair habían sido bajo coacción. Esa decisión y el hecho
de que Uzair fuera enviado de vuelta a Paquistán como un hombre libre en marzo
del 2020 debieron haber fragmentado cualquier tipo de caso en contra de
Saifullah también, pero, como mencioné
en su momento, “la espantosa verdad acerca de Guantánamo es que las
suposiciones son referidas a algo más convincente que la evidencia”.
También, en cuanto a relevancia — al igual que el
poder de sospecha en Guantánamo — está la inercia del gobierno, como puede
verse por el hecho de que tomó casi un año y medio liberar a Saifullah después
del resultado de su PRB en mayo del 2021. Como les expliqué a Bob y Tom, la
inercia se deriva del hecho de que no existe ningún mecanismo legal que obligue
al gobierno a actuar con prisa — o, incluso, en lo absoluto — cuando tiene que
ver con la liberación de hombres en Guantánamo que han sido aprobados por los
procesos de revisión, porque esas revisiones son puramente administrativas.
El caso de Saifullah Paracha finalmente rompió esta
inercia, pero la triste realidad es que veinte otros hombres siguen detenidos
en Guantánamo — de los 35 en total —
que han sido aprobados para libertad, pero que siguen detenidos por esta
inercia institucional. La mayoría de estos hombres (16 en total) han sido
aprobados para ser liberados desde que Biden tomó el poder, pero uno fue
aprobado a finales de la presidencia de Trump y otros tres, vergonzosamente,
siguen languideciendo en Guantánamo a pesar de haber sido aprobados para ser
liberados desde el 2009.
Es ligeramente tranquilizador que una diplomática senior como Tina Kaidanow, recientemente haya sido designada como
“Representante Senior de Asuntos para Guantánamo” en el Departamento de la
Defensa, pero falta ver qué tanto poder le ha sido invertido a su rol, que es
necesario para establecer negociaciones de reubicación con terceros países para
los hombres autorizados para liberación que no pueden ser repatriados de manera
segura, como es el caso de los últimos diez (ocho yemenís, un libio y un
somalí). Para otros, sin embargo — dos argelinos, un keniano, otros dos
paquistanís y tres saudís, por ejemplo — parece no haber razón alguna para no
haberlos liberado.
En conclusión, Bob y Tom extendieron una cálida bienvenida para mí si algún día llego a Florida nuevamente (pasé un día y medio
ahí en
enero del 2016 antes de volar a Washington, D.C. para la vigilia anual
afuera de la Casa Blanca pidiendo el cierre de Guantánamo en el aniversario de
su apertura). Espero poder visitar EE. UU nuevamente en enero, por primera vez
en tres años (por Covid) para participar en publicitar la necesidad de que el
presidente Biden cierre Guantánamo y sería genial si pudiera encontrar otras
locaciones, como Florida y la Cosa Oeste a donde no he ido desde el 2014. ¡Contáctame si puedes ayudar
con algún aspecto para mi visita propuesta!
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