No le voltees la mirada al infierno de la exterminación en el norte de Gaza
15 de octubre de 2024
Andy Worthington
Una toma de pantalla del fuego provocado por los ataques sobre las tiendas de
campaña para los palestinos desplazados y los pacientes médicos afuera del
hospital Al-Aqsa en la noche del 13 de octubre del 2024.
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El domingo en la noche (13 de octubre) civiles palestinos — incluyendo niños y pacientes médicos y otros desplazados por el
año de genocidio de Israel — fueron quemados vivos en un ataque verdaderamente
horroroso en el patio del hospital Al-Aqsa en Deir al-Balah, en el norte de Gaza.
Uno de aquellos quemados vivos — un hombre joven que era paciente — fue
grabado en video por un periodista palestino, retorciéndose en agonía,
consumido por las flamas, todavía acostado en su cama de hospital con la bolsa
de IV claramente visible.
Ayer fue revelado que
era Sha’ban Al-Dalou, un estudiante de ingeniería en software en la universidad
Al-Azhar (antes de que fuera estruida, como todas las universidades de Gaza),
quien estaba recibiendo medicina IV después de haber sobrevivido un ataque
israelí en una mezquita en donde se estaba albergando con su familia una semana
antes, en donde 20 palestinos fueron asesinados. Guapo, noble y popular Sha’ban
amaba tocar la guitarra y había tenido grandes esperanzas para su futuro, pero
tuvo que ser desplazado cinco veces desde que Israel comenzó el genocidio y
terminó siendo responsable por su madre y sus tres hermanos más chicos, que
ahora son huérfanos ya que ella fue asesinada por Israel en un ataque.
Sha’ban Al-Dalou, fotografiado el 5 de octubre del
2023, dos días antes de los ataques en el sur de Israel y el inicio del
genocidio por su parte. El joven de 19 años estaba comenzando su segundo año de
universidad, habiendo alcanzado calificaciones altas en su primer año.
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Cuatro personas en total fueron asesinadas en el infierno, aunque otros 70 — la mayoría mujeres y niños — fueron heridos, muchos
sufriendo heridas de quemaduras severas, que el hospital no tenía los recursos
para tratar adecuadamente.
El Dr. Mohammed Tahir, un doctor británico voluntario en el hospital, le dijo
a Al Jazeera que, debido a que ya “estaban tratando con el sobre
flujo de incidentes de bajas en masa…su destino estaba sellado, no lograrían ni
siquiera llegar a la unidad de cuidados intensivos. Ellos morirán. Muchos
niños, muchas mujeres, con quemaduras importantes mueren. Esa es la realidad en
el terreno”.
Añadió que “Es un show de horror aquí. Ya no se siente real. Honestamente, en algunas ocasiones, siento que no esta no es la vida
verdadera, que esto puede seguir y este nivel de sufrimiento está permitido en
este mundo. Es inimaginable”.
La imagen de Sha’ban quemándose hasta morir, en
cualquier mundo sano, llevaría a sanciones punitivas contra Israel y una
prohibición completa de todas las ventas de armas.
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La guerra de Israel contra los hospitales de Gaza
Al-Aqsa es uno de los tres hospitales parcialmente en funcionales en el norte, en operación nuevamente a pesar de que
los ataques de Israel que comenzaron hace casi un año, en los primeros días de
genocidio, cuando las fuerzas israelíes centraron el hospital Al-Ahli en la
ciudad de Gaza, el 17 de otubre del 2023.
En una publicación de X que subsecuentemente borró, Hananya Naftali, un persona influyente de redes sociales que ha trabajado como consejero
de medios del primer ministro Benjamin Netanyahu, afirmó
que “Hamás está lanzando cohetes desde hospitales, mezquitas y
escuelas”, diciendo, también, que la Fuerza Aérea Israelí había “golpeado una
base terrorista de Hamás” dentro de un hospital.
Israel subsecuentemente intentó pretender que el hospital había sido golpeado por un misil de Hamás fallido, cuando varios
medios de comunicación occidentales repitiendo sus alegatos, pero su objetivo
había sido alcanzado: los hospitales ahora pueden ser atacados con impunidad,
basándose en reclamos falsos o inverificables de ser albergues de “centros de
comando” de Hamás y los líderes occidentales y los medios mainstream en general
se quedarán en silencio.
En noviembre, mientras Israel sitiaba el hospital Al-Shifa, el más grande de Gaza, en la ciudad, nuevamente usando alegatos — jamás
verificados — de que el hospital era un “centro de comando” de Hamás y que el asesinato
o “desaparición” de doctores, staff médico y los pacientes en sus incontables
prisiones de tortura de palestinos, su asalto en contra de hospitales ha sido
tan éxitoso que 21 de los ellos en la Franja de Gaza, de los 36, “dejaron de
funcionar, ya sea porque fueron sitiados por Israel o debido a la falta de
combustible o medicinas como consecuencia del bloqueo total impuesto por Israel
desde el 7 de octubre”, reportó
Al Jazeera.
En su momento — hace once meses — el hospital Al-Awda había sido forzado a cerrar debido a que se quedó sin combustible, al igual que
Kamal Adwan, otro hospital al norte, mientras que el hospital indonesio de Beit
Lahiya también había sido atacado y “sólo estaba operando al 30-40% de su capacidad”.
A pesar de los alegatos persistentes de Israel de que los hospitales estaban siendo usados por militantes de Hamás, sus ataques
contra el sistema completo de salud en Gaza ha sido condenado
como crimen de guerra y el crimen contra la humanidad de exterminación por una
comisión de investigación de la ONU, misma que descubrió que, aunque “las
fuerzas de seguridad israelíes declararon que más del 85% de las instalaciones
médicas importantes en Gaza fueron utilizadas por Hamás para operaciones
terroristas”, no “dieron evidencia para justificar ese alegato”.
Las consecuencias del fuego de Al-Aqsa el 14 de octubre del 2024
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La despoblación planeada de todo el norte de Gaza
Sin embargo, a pesar de que los tenaces doctores y ONGs lograron hacer
funcionar nuevamente algunos hospitales de Gaza — la mayoría, en el mejor caso,
parcialmente — el 8 de octubre, como si estuvieran repitiendo los monstruosos
eventos del año pasado, Israel ordeno una vez más la evacuación de Al-Aqsa,
Kamal Adwan y del hospital indonesio, como parte de una depravada fase nueva de
su genocidio — un plan para forzara los 400,000 residentes restantes del norte
de Gaza a dejar sus hogares, haciendo que se sometan con hambruna y tratando a
todos los que se quedaron en el territorio después de una semana como
“terroristas” y, por lo tanto, como objetivos militares legítimos.
Este plan — que, obviamente, es completamente ilegal bajo la ley
humanitaria internacional, que absolutamente prohíbe cualquier noción de que
les puedan arrancar a los civiles su estatus de no combatientes si no obedecen
una orden de evacuación — fue publicitada hace un mes y escribí acerca de eso
en “Mientras
el mundo voltea al otro lado, Israel renueva su asalto genocida en le norte de
Gaza” pero los medios occidentales han sido lentos en reportarlo.
El domingo la Associated Press dijo que
Benjamin Netanyahu estaba “examinando un plan para sellar la ayuda humanitaria
del norte de Gaza en un intento de matar de hambre a los militantes de Hamás,
un plan que podría atrapar a miles de palestinos sin comida o agua”,
aparentemente ignorando que ese plan ya llevaba en operación dos semanas, pero
con un giro mortal.
Más allá de ordenarle a la gente que se fuera, esperando y después
matarlos de hambre o asesinándolos como “terroristas”, Israel comenzó su
política de hambruna el 1 de octubre, fecha desde la cual no se ha permitido la
entrada de comida, agua, combustible o suministros médicos al norte de Gaza.
En la mañana del domingo 6 de octubre — un día antes del primer
aniversario de los ataques letales en el sur de Israel y el inicio de su
respuesta genocida — el ejército israelí emitió órdenes de evacuación para la
población civil, pero, dentro de un espacio de sólo pocas horas, mientras la
mayoría de los refugiados luchaban por recoger las pertenencias que podían llevar
consigo, el ejército israelí cercó las tres zonas más construidas en el norte —
Jabalia, Beit Hanoun y Beit Lahiya — y comenzaron una campaña intensiva de
bombardeo y disparos acompañados de tanques y soldados a pie, con
francotiradores, drones armados y cuadricópteros asesinando a varios que
intentaban escapar.
Mohammed Shehab, un residente de Jabalia de 27 años le dijo a la
+972 Magazine “los cuadricópteros están volando bajo sobre las calles,
disparándole a todo lo que se mueve. Francotiradores están posicionados en los
techos, apuntando a quienes salen. Al mismo tiempo, soldados y tanques están
demoliendo casas y derrumbando caminos y campos”.
Después de que toda la provincia del norte de Gaza fuera objeto de una
forzada orden de evacuación el 7 de octubre, instrucciones para evacuar los
tres hospitales fueron emitidas el día después, con Israel específicamente
amenazando que “enfrentarían el mismo destino que el hospital al-Shifa, con
destrucción, asesinatos y arresto” causando pánico, mientras los doctores y el
staff intentaban asegurar el paso seguro para sus pacientes más vulnerables.
Se les permitió
salir a cinco bebés prematuros en incubadoras del hospital Kamal Adwan
hacia los hospitales sobrepoblados del sur — presuntamente porque Israel
reconoció que sus muertes, y sólo aquellas, podrían constituir un desastre de
relaciones públicas — pero el resto no pudo salir y, mientras se terminaba el
combustible, los doctores fueron forzados nuevamente a revivir lo que
enfrentaron hace un año: dejar a sus pacientes morir o quedarse con ellos y
arriesgarse a morir.
Apenas ayer, el Dr. Eid Sabah, el director de enfermería en el hospital Kamal
Adwan le dijo a Drop Site News
que “el hospital ha sido directamente objetivo por más de cinco días
con drones, bombas de humo y proyectiles de artillería en las cercanías del
hospital, en el techo y a través de las ventanas. Bombardeos y asesinatos están
sucediendo por todos lados. El miedo y el terror se han esparcido a través de
cada calle y callejón. El hospital está en un terrible estado”.
Reforzando la noción de que la historia se repite, Israel ha tenido la audacia
de decir que el ataque contra el patio del hospital Al-Aqsa fue un “ataque
preciso” sobre “comando y centro de control” utilizado por “terroristas de
Hamás”, describiendo su “centro” como “ensartado en un recinto que ‘previamente
era el hospital Al-Aqsa’”, aunque el hospital sigue operando, y también
acusando a Hamás de “abuso sistemático de una infraestructura civil en
violación de la ley internacional”.
Mientras Israel continúa llevando a cabo su matanza en el norte de Gaza,
nos sólo en Al-Aqsa y en Jabalia, sino en numerosos ataques sobre objetivos
incluyendo escuelas que albergaban a personas desplazadas, con cientos de
civiles asesinados en los últimos días, ¿despertarán los medios occidentales y
sus líderes políticos o están todos tan lentos y engañados como la AP?
El domingo, mientras la AP describía a Netanyahu “examinando un plan”
que ya está violentamente implementado, incluso en una versión mucho más
despiadada que la propuesta inicial de limpieza étnica, Haaretz, en Israel, estaba diciendo la
verdad, reportando que
oficiales de defensa le dijeron que el “gobierno de Netanyahu no está buscando
revivir negociaciones para un trato de liberación de rehenes y está empujando
para una gradual anexión de grandes partes de Gaza”.
Haaretz añadió, sorprendentemente, que los
comandantes del IDF en el campo les dijeron que “la decisión reciente de lanzar
operaciones en el norte de Gaza fue tomada sin una discusión profunda”, lo que
sugiere, tal vez, que Netanyahu está marginando al ejército — y, muy
particularmente, a aquellos todavía preocupados por el destino de los rehenes —
a favor del plan de incorporación, que, puedo imaginar, también tiene el apoyo de
la extrema derecha, especialmente de sus viles colonizadores Itamar Ben-Gvir y
Bezalel Smotrich y la evangelista igualmente vil Daniella Weiss, que han estado
esperando, presionando y planeando por años que la Franja de Gaza quede limpia
de palestinos, para que puedan construir nuevas colonias israelíes.
Una llamada de advertencia para el occidente
El occidente necesita despertar y rápido. Hasta ahora, Israel jamás ha
dicho públicamente que estaba buscando ocupar permanentemente el norte de Gaza
a través de su completa despoblación, aunque sus acciones obviamente demuestran
lo contrario. Su nueva declaración, sin embargo — “presionar para una gradual incorporación
de grandes partes de Gaza”, en las palabras de Haaretz — vuelan directamente en cara de la Corte
Internacional de Justicia dictamen consultivo
vinculante, que en julio determinó que toda la ocupación de Israel de Gaza, la Ribera Occidental y
Jerusalén del este, es ilegal y debe terminar.
Es, más que nada, una reprimenda humillante a los Estados Unidos, su
aliado incondicional, porque, sólo la semana pasada, el 9 de octubre, la
embajadora estadounidense en la ONU, , Linda Thomas-Greenfield, no sólo habló
abiertamente del sufrimiento de los palestinos en un informe
ante el Consejo de Seguridad de la ONU, sino que reiteró que “la
expectativa de los EE. UU de que a los civiles palestinos, incluyendo aquellos
evacuados del norte se les permita el regreso a sus comunidades para reconstruir”.
Si los líderes occidentales no se despiertan, terminarán no sólo
viéndose como tontos, sino siendo cómplices de lor horrores en el norte de Gaza
que, increíblemente, logren ver las depredaciones genocidas del año pasado
parezcan sólo un preludio de una exterminación total, en la cual el norte de
Gaza se convierta en el Auschwitz de Israel.
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