En el Día Internacional de Apoyo a las Víctimas de Tortura, Donald Trump tiene encerrados
a niños en los Centros de Detención en circunstancias comparadas con
“instalaciones de tortura”
Andy Worthington
Andyworthington.co.uk
25 de junio de 2019
Traducido del inglés para El Mundo no Puede Esperar 8 de julio de 2019
Migrantes afuera de un campamento improvisado
en la frontera de Estados Unidos en McAllen, Texas, mayo 15 del 2019
(Fotografía: Loren Elliott/Reuters)
|
Mañana es el Día Internacional de
Apoyo a las Víctimas de Tortura y me conmovió darme cuenta que llevo
escribiendo acerca de esto desde hace ya muchos años, desde el 2007 (ver
mis reportes del 2009, 2010 (aquí), 2011, 2012 2013, 2015, 2017 y 2018).
Cuando se celebró por primera vez, el 26 de junio de 1998, hace 21 años,
fue para marcar el aniversario número 11 de la fecha en 1987 cuando fue la
Convención de las Naciones Unidas contra la tortura y otros tratos o castigos
crueles, inhumanos o degradantes (la Convención de las Naciones Unidas
Contra la Tortura), que describí el año pasado como un “enorme progreso en la
lucha moral global contra el uso de la tortura”. Como también expliqué, junio
26 “marca la fecha en 1945 en la que la Carta de las
Naciones Unidas , el documento fundador de la ONU fue firmado por 50 de los
51 miembros originales (Polonia firmó dos meses después)”.
Por los últimos 12 años, me he enfocado en la necesidad de que se le
encuentre culpable a Estados Unidos por la
tortura que ha infringido en respuesta a los ataques terroristas del 11 de
septiembre del 2011, en prisioneros acorralados y torturados en los “sitios negros”
de la CIA alrededor del mundo, así como la tortura de detenidos en Guantánamo,
en Bagram y en otras numerosas instalaciones en Afganistán e Irak, en donde el
uso de la tortura era común, aunque George W. Bush pretendió que, a diferencia
de los lugares mencionados, los prisioneros eran protegidos por la Convención
de Ginebra.
Mientras reflexiono acerca del uso de la tortura por parte de Estados
Unidos, me golpea de manera particular el hecho de que no debemos olvidar que
todavía hay 40 hombres en
Guantánamo aunque no ya no son sujetos a los programas de tortura en la
prisión en sus primeros años de operación, siguen, en su mayoría, detenidos de
manera indefinida sin cargos ni juicio, una situación que es vergonzosa para un
país que dice respetar la ley, pero que también, crucialmente, ejerce
afectaciones mentales particulares sobre quienes fueron afectados, por no
saber, si es que algún día, su detención terminará porque ningún juez les ha
dado sentencia y porque el establecimiento estadounidense aparentemente no
tiene noción alguna de que llegará el fin de las hostilidades en conexión con
lo que los llevó a ser aprehendidos hace tanto tiempo de manera ilegal.
Los efectos de esta detención arbitraria sin fin fueron públicamente
mencionados por primera vez como una preocupación en octubre del 2003, cuando
Christophe Girod, del Comité de la Cruz Roja, que normalmente permanece en
silencio acerca de lo que sus representantes ven en las prisiones que visitan,
ya que trabajan tras bambalinas para asegurarse que el trato sea humano en las
prisiones, levantó la voz acerca de los efectos de la detención “sin límites
fijos” sin cargo ni juicio en una entrevista para el New York Times. Haciendo referencia a una visita a
Guantánamo, Girod dijo “Uno no puede mantener a los detenidos en este patrón,
en esta situación, indefinidamente. El impacto de este “sin límites” en la
salud mental de la población se ha convertido en un problema mayor”.
No puedo de verdad imaginarme cómo puede ser peor el problema ahora,
después de 15 años desde que Girod hizo estas observaciones por primera vez,
cuando la prisión llevaba abierta solamente 21 meses y no 6,375
días, pero mientras te dejo a reflexionar acerca de eso, quisiera cambiar la atención a otra historia de
tortura que actualmente se está desenvolviendo y que involucra a Donald Trump y
su trato hacia los niños migrantes en la frontera mexicana.
Torturando niños migrantes
Solo han pasado dos días desde que ABC News reportó que Dolly Lucio Sevier, un doctor privado en
Texas, presentó una declaración médica, después de visitar las instalaciones de
Ursula en McAllen, al sur del estado, en donde presenció niños migrantes, el
más chiquito de solo dos años y medio, “durmiendo en pisos de concreto con las
luchas prendidas 24 horas al día” y “sin tener acceso a jabón o higiene básica”,
como resultado de lo que declara como “las condiciones bajo las cuales están
detenidos se pueden comparar con las que tienen las instalaciones de tortura”.
Usula es el centro de detención más grande del La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza en el país y la visita fue realizada
después de que abogados “se enteraran de un brote de gripa que había mandado a
cinco infantes a la unidad de cuidados intensivos”. Lucio Sevier revisó a 39
niños menores de 18 años y “describió las condiciones de niños sin supervisión
en las instalaciones de McAllen que incluían “temperaturas frías extremas,
luces encendidas las 24 horas, sin acceso a cuidado médico, sanidad básica,
agua y comida adecuada”. Añadió que todos los niños que ella revisó “mostraron
evidencia de trauma” y los adolescentes “mencionaron no tener acceso a lavarse
las manos durante todo el tiempo en custodia”. Ella lo comparó al “equivalente
a intencionalmente causar la propagación de enfermedades”.
Hablando para ABC News, ella dijo que las instalaciones
“se sentían peor que una cárcel”, añadiendo que “parecía, sabes, como algo
ilegal. Imagina a tus propios niños ahí. No me puedo imaginar a mis hijos
estando ahí sin romperse”.
De acuerdo a Lucio Sevier, las condiciones para los
infantes eran “aún más aterradoras” con varias madres adolescentes en custodia
explicando que no podían ni siquiera lavar las mamilas de sus hijos”. Como
explicó en sus declaraciones, “negarles a los padres el poder lavar las mamilas
de sus infantes es inconsciente y puede ser considerado abuso mental y
emocional intencional”.
En otros lados, en los gulags de detención de
migrantes, como lo explica la Rolling Stone, “la Associated Press y el New York Times reportaron acerca de
las condiciones en la estación de la patrulla fronteriza en Clint, Texas, que
fue visitada recientemente por un grupo de abogados investigando si las
instalaciones se apegaban al acuerdo de Flores, que en 1997 estableció que los
niños migrantes detenidos deben estar en condiciones seguras y sanitarias”.
Este no es el caso en Clint”, declaró la Rolling Stone, añadiendo:
De acuerdo con el Times, a niños de siete y ocho años
“vistiendo ropas endurecidas por mocos y lágrimas” se les está encargando el
cuidado de infantes. “Niñitos sin pañales que van al baño en sus pantalones”
continúa el reportaje. “Madres adolescentes cuyas vestimentas están manchadas
de leche maternal”. Los niños tienen hambre, están visiblemente “sucios” y
encerrados en jaulas la mayor parte del día. “Existe una fetidez”, Elora
Mukherjee, una de las abogadas que visitó las instalaciones, le dijo al Times.
“La abrumadora mayoría de los niños no han sido bañados desde que cruzaron la
frontera”.
“En mis 22 años de realizar visitas a centros de
detención de niños, jamás había escuchado acerca de este nivel de inhumanidad”,
Holly Cooper, codirectora de la Universidad de California, Clínica legal de
Inmigración de Davis, le dijo a AP.
Para otro reportaje, lee este artículo del New Yorker.
Mientras tanto, el arquitecto de este espectáculo de
horror, Donald Trump, que está planeando deportaciones masivas, ha estado
tratando de pretender que fue el Obama quien separó a los niños migrantes de
sus padres y que fue Trump quien le puso fin a eso.
Nada podría estar más lejos de la verdad. Como lo describe la Rolling Stone:
Familias intentando cruzar la frontera durante la presidencia de Obama
fueron separados únicamente en algunas circunstancias, como cuando había
preocupación por la seguridad del niño o cuando el adulto no podía ser
confirmado como el padre. La primavera pasada, el gobierno de Trump estableció
la política de “cero tolerancias”, argumentando que cada adulto que cruza la
frontera debe ser procesado y, por lo tanto, separado de su hijo o hijos. Un
memo filtrado del Departamento de Seguridad Nacional reveló que
la separación familiar era una consecuencia intencional de la política, con las
autoridades esperando que esto desalentara a otras familias del intento de
cruzar la frontera.
ABC News explicó que, como resultado de esta política,
“2,700 niños fueron separados de sus familias en cuestión de semanas”. Para
empeorar las cosas, como reportó Vox el pasado mes de julio, “el
gobierno de Trump admitió que no sabe cuántos niños están todavía separados de
sus padres” porque “el departamento que separó a las familias en la frontera no
habló con la agencia que tomó la custodia de los niños separados” y en enero de
este año fue
revelado que miles de niños migrantes más fueron separados de sus familias
bajo Trump de lo que se sabía previamente porque su gobierno estaba separando
familias mucho antes de que la política se hiciera pública en abril del 2018.
Aunque Trump “firmó una orden ejecutiva para suspender
la propia política de cero tolerancias de su gobierno” después de que fue
ampliamente criticado, Rolling Stone explicó que “los niños todavía están siendo
separados de sus padres si las autoridades deciden que representan un riesgo
para el niño” añadiendo que “dichas separaciones van en aumento, muchas veces
por razones tan mezquinas como una multa de tráfico en el expediente de alguno
de los padres”. El abogado de UCLA Lee Gelernt recientemente le dijo
al Houston Chronicle este tipo de separaciones han aumentado drásticamente.
El gobierno está tratando de manejar un camión a través de lo que se supone es
una excepción estrecha”.
ABC News explicó que “documentos del Departamento de
Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos, obtenidos por grupos de derechos
de inmigración y el Houston Chronicle a través de una solicitud de ley de libertad de
información (Freedom of Information Act) “mostraron que más de 700 niños fueron
separados de sus padres entre mayo y junio” de este año.
En el Día Internacional de Apoyo a las Víctimas de Tortura, Donald Trump no solo necesita ser encontrado responsable de no cerrar
Guantánamo y por haber
puesto a una torturadora como directora de la CIA sino también pro la
tortura que está infringiendo sobre los niños de la frontera mexicana, donde,
juzgando por los recuentos mencionados arriba, la moralidad estadounidense se
ha ido verdaderamente a morir.
¡Hazte voluntario para traducir al español otros artículos como este! manda un correo electrónico a espagnol@worldcantwait.net y escribe "voluntario para traducción" en la línea de memo.
E-mail:
espagnol@worldcantwait.net
|