Revolución #54,
23 de julio de 2006
El teniente Watada y las despreciables fuerzas armadas de Estados
Unidos
El ejército estadounidense acusó el 5 de julio al teniente Ehren Watada (ver
Revolución #53, 16 de julio de 2006, “Acusan
al teniente Watada, que desobedeció órdenes de ir a Irak”) de haber hablado
con “desprecio respecto a un funcionario del gobierno”, específicamente el
presidente Bush. Los documentos acusatorios afirman que Watada violó el artículo
88 del Código Uniforme de Justicia Militar, diciendo:
“El primer teniente (nombre tachado) del Ejército Estadounidense dijo el 7 de
julio de 2006, más o menos, en el fuerte Lewis o en las cercanías, las
siguientes declaraciones de desprecio al presidente de Estados Unidos:
‘Nunca imaginé que nuestro líder traicionara la confianza que le teníamos…
Quedé atónito al leer sobre el nivel de engaño que el gobierno de Bush utilizó
para iniciar y librar esta guerra. Ponerme el uniforme me dio vergüenza. ¿Cómo
nos podíamos poner ese uniforme de tan larga tradición, sabiendo que se libraba
una guerra basada en distorsiones y mentiras? [El gobierno] traicionó la
confianza del pueblo estadounidense, y las mentiras fueron una traición a la
confianza de las Fuerzas Armadas y los soldados… Sin embargo, pensé que no se
podía hacer nada, que el gobierno simple y continuamente violaba las leyes en
aras de propósitos suyos y que nada podía pararlo… Al darme cuenta de que el
presidente nos llevaba a una guerra sobre la cual nos engañó, se rompieron los
lazos de confianza que le teníamos. Si el presidente es capaz de traicionar mi
confianza en él, es hora de evaluar lo que me está ordenando hacer’”.
También acusan a Ehren Watada de un segundo delito de desprecio al presidente
Bush, de no presentarse a un ejercicio militar, y tres delitos de “conducta
impropia de un oficial” a raíz de otros comentarios políticos. Como prueba de la
“conducta impropia”, los documentos militares citan afirmaciones de Watada de
que la guerra de Irak “no es justa moralmente”, que es “una violación de las
leyes” y que participar en “la matanza y maltrato sistemático de los iraquíes”
lo haría cómplice en “crímenes de guerra”, etc. Para el ejército, tales
afirmaciones son “vergonzosas”.
En otras palabras, ¡lo están procesando y amenazando con siete años de cárcel
porque dio a conocer públicamente lo que piensa y dijo la verdad!
Eric Seitz, el abogado de Watada, le dijo a Revolución que le están
llevando a juicio a raíz de lo que, según las leyes estadounidenses, debe
considerarse “expresión amparada por la Constitución”. Seitz, especialista en
derecho militar y en la defensa de soldados, observó que las fuerzas armadas no
han entablado un caso de desprecio contra oficiales desde la guerra de Vietnam.
La página web www.thankyoult.org dice
que fue en 1965 y que el Artículo 88 se usó principalmente durante la guerra de
Secesión y la I Guerra Mundial.
Seitz nos dijo que ese intento de castigar al teniente Watada ocurre en el
contexto de una campaña castrense y oficial de controlar e intimidar a los
medios de comunicación, y de silenciar a gente dentro y fuera de las Fuerzas
Armadas. Señaló que las acusaciones se hacen en un tiempo de mayor oposición a
la guerra en las fuerzas militares, incluso de almirantes y generales. Miles de
soldados han desertado y un grupo se ha opuesto a la guerra más
directamente.
En el programa radial Democracy Now (Democracia ahora), Seitz dijo: “No
habíamos previsto que lo acusaran de delitos por los comentarios que hizo. Esto
abre un nuevo capítulo en el caso, porque es evidente que el ejército, al lanzar
acusaciones de esa naturaleza, quiere decirles a los demás soldados que si
critican la guerra y las decisiones que llevaron a la entrada de Estados Unidos
en esa guerra, pues a ellos también los podrán acusar de deslealtad, desprecio y
falta de respeto a los oficiales superiores y, específicamente con referencia a
este caso y esta acusación, al presidente”.
Quieren convertir a reporteros en instrumentos de la
fiscalía
Por si fueran poco las acusaciones contra Ehren Watada, un informe de la
agencia noticiosa Reuters dijo esta semana que es posible que el ejército cite a
dos reporteros que lo entrevistaron ¡para “corroborar” las afirmaciones que les
hizo! Los dos, que están en la lista de testigos de la fiscalía, son Sarah
Olson, una periodista independiente de San Francisco, y Gregg Kakesako, del
periódico Honolulu Star Bulletin.
Seitz dijo que no sabe de ningún otro caso en que el ejército haya citado a
reporteros civiles para dar testimonio en un consejo de guerra. Sarah Olson nos
dijo que hay que considerar la citación en el “macrocosmo de los intentos del
gobierno de Bush de controlar la prensa” y agregó que “no es mi trabajo ayudar a
los militares a procesar a nadie, ni debo tener función alguna en un consejo de
guerra”. Agregó que si el gobierno logra citar a periodistas para que den
testimonio dañino sobre sus fuentes, “la gente tendrá más miedo al hablar con la
prensa”.
Olson dijo también que el teniente Watada ha planteado “preguntas serias que
merecen una respuesta y que el gobierno debe considerar… Nadie ha respondido a
las preguntas y preocupaciones del teniente Watada”. Agregó que si los
funcionarios públicos no son capaces de responderlas, entonces el público debe
tomar cartas.
Hay que oponerse al ataque contra el teniente Watada y este intento de parte
del ejército de usar a periodistas simpatizantes para condenarlo. El gobierno y
los militares quieren más poder, redefinir y eliminar el estado de derecho, y
crear un clima político que silencia el disentimiento y la verdad. No lo podemos
permitir.
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