Las víctimas civiles de los bombardeos en Afganistán se
han duplicado durante el mandato de Trump
- Durante el
segundo mandato de Obama murieron 499 civiles a causa de los bombardeos de las
fuerzas internacionales lideradas por EEUU. Entre 2017 y septiembre de 2020,
esa cifra fue de 1.176 víctimas
Imagen de un atentado con coche
bomba en Jost, Afganistán ZAMAN / XINHUA NEWS / CONTACTOPHOTO
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Javier Biosca Azcoiti
eldiario,es
10 de diciembre de 2020
@biosca_azcoiti
El número de civiles muertos en Afganistán a causa de los bombardeos de fuerzas aéreas
internacionales lideradas por EEUU se ha más que duplicado durante el gobierno
de Donald Trump en comparación con el último mandato de Barack Obama, según
un reciente estudio del proyecto ‘Costs of War’, de la Universidad de Brown.
Mientras que entre 2013 y 2016 fallecieron 499 civiles, entre 2017 y septiembre
de 2020, esa cifra es de 1.176 víctimas, según datos de la misión de la ONU en Afganistán.
En febrero de 2020, EEUU y los talibán firmaron un acuerdo y desde entonces los ataques aéreos se han
reducido notablemente. Si se comparan los datos de 2019 con el último año de
Obama (2016), las víctimas se han triplicado. De hecho, los ataques aéreos en
2019 acabaron con la vida de 700 personas –546 de ellas por bombardeos de las
fuerzas internacionales, 113 por el Ejército afgano y 41 por determinar (ni
ISIS ni los talibán tienen capacidad de llevar a cabo este tipo de ataques)–,
más que en ningún otro año desde el comienzo de la guerra.
"Ambas partes en el conflicto aumentaron sus ataques en el periodo previo y durante las
negociaciones para ganar poder sobre la mesa de diálogo. Creen que si muestran
progreso sobre el terreno, la otra parte se mostrará más dispuesta a negociar y
aceptar. Lo que ocurre es que esa estrategia aumenta el daño sobre la población
civil", señala a elDiario.es Neta Crawford, autora del informe. "Cada
lado piensa que si hiere al enemigo, este renuncia. Pero no es así y por eso
estamos en este callejón sin salida. La gente resiste".
Las negociaciones de EEUU con los talibán empezaron en diciembre de 2018. "Los datos de la Misión de
Asistencia de Naciones Unidas en Afganistán muestran que los civiles pagaron el
precio [del aumento de la violencia de cara a la negociación], con el número de
civiles muertos al año llegando a su pico en 2018 con más de 3.800
fallecidos". Cabe señalar que EEUU no coincide con la metodología de la
misión de la ONU para contabilizar las víctimas civiles, por lo que según sus
cálculos, estas cifras son menores.
Actualmente es el Gobierno afgano el que negocia con los insurgentes y la violencia también se ha
recrudecido. "En ausencia de una clara victoria de una de las partes es
probable que estos niveles de violencia continúen. Lo que tenemos que animar es
un alto el fuego previo a las negociaciones para congelar el statu quo. Cada
lado perderá algo, pero no tantas vidas civiles", explica Crawford.
Los bombardeos aéreos solo son una de las múltiples causas de la muerte de civiles. En total, de 2007 a
2016, las fuerzas progubernamentales, incluido el Gobierno afgano y sus
aliados, mataban una media de 582 civiles al año. Sin embargo, entre 2017 y
2019, esas mismas fuerzas mataban 1.134 civiles al año, lo que representa un
aumento del 95%. En cualquier caso, los talibán e ISIS matan a más personas
inocentes, aclara el informe: 1.964 muertos entre 2007 y 1016 y 2.071 entre
2017 y 2019.
"Vamos a perder esta puta guerra si no dejamos de matar a civiles"
El 22 de agosto de 2008, fuerzas de la OTAN y del Gobierno afgano patrullaban el pueblo de Azizabad
cuando fueron atacados por los insurgentes. Tras 30 minutos de combate se
solicitaron refuerzos aéreos a EEUU y durante las siguientes dos o tres horas se produjo un bombardeo continuo
de la población, donde a su vez los residentes estaban preparando una ceremonia
en memoria de una destacada figura tribal que había fallecido poco antes. 92
civiles murieron, incluidos 62 niños. En un primer momento, EEUU dijo que no
había habido ninguna víctima civil. Días después reconoció cinco inocentes muertos. Finalmente, en octubre, el Pentágono
admitió 33 víctimas civiles. Sin embargo, una investigación de la ONU elevó la cifra a alrededor de 90.
Quedaban poco más de dos meses para la victoria de Obama en las elecciones y 2008 había sido un año
especialmente duro que acabó con 552 víctimas civiles causadas por los
bombardeos aéreos de las fuerzas internacionales.
"¿Qué es lo que no hemos entendido? Vamos a perder esta puta guerra si no dejamos de matar a
civiles", afirmó el general Stanley
McChrystal, entonces comandante de la misión militar en
Afganistán, después de un bombardeo estadounidense que había matado a cinco
civiles el 17 de julio de 2009. Habían pasado tan solo dos semanas de la
publicación de una directiva por parte del general para endurecer las normas
para llevar a cabo bombardeos con el objetivo de reducir el número de muertes
de personas inocentes.
Dos meses después de aquella directiva se produjo uno de los ataques más devastadores de la guerra
más larga de la historia de EEUU. Dos camiones cisterna alemanes fueron
secuestrados por los talibán en Kunduz. Los camiones se quedaron atrapados en
el barro y el comandante alemán solicitó un bombardeo estadounidense.
Según publicó The Washington Post, una fuente informó que toda la gente concentrada alrededor de
los camiones eran combatientes, así que EEUU lanzó dos bombas de 227 kilos cada
una. Sin embargo, esas personas eran civiles que habían acudido a la zona para robar
el combustible y una investigación de la OTAN confirmó la muerte de 100 civiles.
A pesar de ello, la cifra de personas no combatientes fallecidas por los bombardeos de fuerzas
internacionales experimentó una clara tendencia a la baja entre 2008 y 2014,
cuando murieron 101 civiles. En 2017, el entonces secretario de Defensa de
Trump, Jim Mattis, anunció que EEUU había relajado las normas para hacer
bombardeos en Afganistán, lo que significaba que EEUU podía atacar sin estar en
contacto directo con fuerzas enemigas, señala el informe. "Las
restricciones que no nos permitían emplear al completo la fuerza aérea han sido
eliminadas", declaró.
"Los comandantes de Obama estaban más preocupados por las víctimas civiles y los comandantes de la
Administración Trump han estado más centrados en vencer a ISIS y los
talibán", cuenta Crawford.
"Desde 2008 y 2009, las directrices militares de EEUU sobre los bombardeos en Afganistán han
fluctuado entre más o menos restricciones –con consecuencias demostrables para
la población civil–. Cuando las fuerzas internacionales o del Gobierno temen
que están perdiendo o creen que tienen que aumentar la presión sobre los
combatientes, aflojan las normas y las víctimas civiles tienden a aumentar.
Cuando el Ejército siente presión de los afganos, ONG y los medios para reducir
las bajas civiles y cuando están convencidos de que las víctimas civiles son
contraproducentes para la misión, tienden a reforzar las normas", sostiene
la autora en el informe.
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