La verdad sobre la tortura: ¡Despedir,
inhabilitar y procesar a John Yoo!
14 de agosto de 2009 Kenneth J. Theisen & Stephanie Tang
El nombre de John Yoo ya no sólo se vincula al crimen de la tortura. Debido a
recientes revelaciones en los medios de comunicación y en demandas judiciales,
hemos aprendido que Yoo, el Profesor de la Tortura, también desempeñó un papel
clave en escribir otros memorandos "legales" para el régimen de Bush, de apoya
al espionaje oficial ilegal y el uso de tropas estadounidenses contra las
personas en territorio estadounidense. Toda esa asesoría patentemente ilegal
sigue la conocida teoría de Yoo del “ejecutivo unitario”, mejor conocida como
“Si el presidente lo hace, es legal..”
No hay campo en medio – hay que repudiar la
tortura
Aunque muchas personas conocen el nombre de John Yoo, la mayoría no sabe todo
con respecto a su papel en la empresa criminal que fue el régimen de Bush. Yoo
se vincula al infame "memorando de tortura” de 81 páginas, escrito cuando fue
abogado del Departamento de Justicia con licencia para dar clases por dos años
en la Facultad de Derecho de la Universidad de California en Berkeley. Él es uno
de muchos abogados del gobierno de Bush que proporcionaron asesoría legal y
escapatorias legales para las acciones ilegales de ese régimen durante sus ocho
años en el poder. (Otros incluyen a I. Lewis "Scooter" Libby, ex ayudante
ejecutivo de Cheney; Alberto Gonzáles, ex abogado del presidente Bush y luego
secretario de Justicia; David Addington, asesor legal y ayudante ejecutivo de
Cheney; William Haynes, abogado general del Pentágono; John Rizzo, abogado
general en funciones y ayudante principal del abogado general de la Agencia
Central de Información; y Jay Bybee, el jefe de Yoo en el Departamento de
Justicia y autor de memorandos de tortura también).
El presidente Obama, al comentar sobre la posibilidad de investigar las
acciones ilegales de funcionarios del régimen de Bush, ha tratado de adoptar una
postura en medio, afirmando que debemos mirar hacia el futuro y no regresar
continuamente al pasado. Pero no puede haber ningún campo en medio cuando se
trata de la tortura y otros crímenes de guerra.
Yoo no escribió simplemente unos oscuros memorandos legales que se archivaron
en algún cajón. Su trabajo fue esencial para los crímenes realizados por el
régimen de Bush. La Oficina de Asesoría Legal del Departamento de Justicia ha
sido tradicionalmente la que informa al poder ejecutivo del gobierno federal
sobre qué es legal y qué es ilegal. Si dice que un plan es legal, el poder
ejecutivo puede seguir con su programa. Eso es exactamente lo que pasó con los
memorandos de Yoo. Le permitieron al régimen de Bush llevar a cabo un espionaje
masivo; encarcelar, torturar, y maltratar a presos; recluir a los presos
indefinidamente sin protecciones legales como el hábeas corpus; y desatender
generalmente varias provisiones de la Constitución.
El experto legal David Cole escribe: "Yoo participó en prácticamente cada
decisión legal importante que se relacionaba con la respuesta estadounidense a
los ataques del 11 de septiembre, y a cada punto, que sepamos nosotros, su
asesoría fue casi siempre la misma: el presidente puede hacer lo que el
presidente quiera hacer."
¿Ahora es permisible, legal y permanente la tortura
estadounidense?
Las enormes acciones criminales del régimen de Bush no se perdonan con los
sermones trillados de Obama. Ese pasado criminal tiene que ser repudiado y, sí,
castigado. Si no responsabilizamos a nuestro gobierno y a sus funcionarios por
el estado de tortura que han construido, entonces la estamos aprobando y seguirá
ocurriendo. Por eso John Yoo tiene que rendir cuentas por haber proveído “la
escapatoria legal” por dichos crímenes al gobierno de Bush.
La tortura es un crimen de guerra y un crimen de lesa humanidad. Tantos las
leyes internacionales como las nacionales prohíben la tortura, sin importar las
circunstancias y sin excepción. Mientras se estaba construyendo el estado de
tortura de Bush-Cheney, a la gente de este país se le echaba la mentira de que
la tortura es necesaria para proteger a los estadounidenses, y esa "excusa" se
ha aceptado ampliamente en la sociedad. Una encuesta de 2008 de
WorldPublicOpinion.org indicó que sólo el 53 % de los estadounidenses se opone a
la tortura en toda circunstancia. Desde el 11 de septiembre encuestas similares
han reflejado que muchos estadounidenses están dispuestos a aceptar la tortura.
La serie televisiva "24" de la red Fox, vista por millones de personas (y según
se informa un favorito de las tropas estadounidenses estacionadas en Irak),
retrata con regularidad la tortura como una herramienta legítima en la “guerra
de Estados Unidos contra el terror.” Una encuesta del Pentágono en 2006 a las
tropas en Irak encontró que más de la tercera parte creía que la tortura era
aceptable si ayudara a salvar la vida de un soldado o ayudara a obtener
información sobre los insurgentes.
De hecho, lo que el régimen de Bush ha lanzado tras el 11 de septiembre no es
“una guerra contra el terror,” sino una guerra de terror contra los
pueblos de Irak, Afganistán, Pakistán, Irán, y otras naciones. Mientras Estados
Unidos, primero bajo Bush y ahora Obama, procura imponer su control en la región
entera y en su población, la tortura se ha hecho un arma habitual del arsenal
estadounidense para aterrorizar al planeta entero. No se puede permitir que esto
siga adelante.
Yoo & los Seis de Lackawanna – creando un marco idóneo
para la ley marcial y el estado policial
Yoo no limitó sus opiniones legales a cuestiones de tortura. En 2002, unos
funcionarios del régimen de Bush querían poner a prueba los límites de la
Constitución, al mandar a las fuerzas armadas a hacer arrestos como parte de la
guerra de terror dentro del territorio estadounidense. Los memorandos legales de
Yoo respaldaron esa acción.
Los Seis de Lackawanna eran yemenitas-estadounidenses de Nueva York que
viajaron a Pakistán y Afganistán en la primavera y el verano de 2001 y
asistieron a un presunto campo de entrenamiento de al Qaeda. Unos de ellos
dijeron que se escaparon del campo después de oír llamados a la violencia contra
Estados Unidos. En septiembre de 2002, el FBI arrestó a los seis. El
Departamento de Justicia anunció que había "identificado, investigado y
desbaratado una célula terrorista entrenada por al Qaeda, en territorio
estadounidense." El presidente Bush dio bombo publicitario a las detenciones en
su discurso sobre el Estado de la Unión de 2003. Esa fue la información que se
dio al público en ese entonces.
Pero justo antes de que el FBI arrestara a los seis hombres, Cheney quiso
mandar al ejército a agarrarlos. El gobierno temía que faltaran las pruebas para
arrestarlos a raíz de acusaciones criminales y Cheney, según se informa,
“argumentó que si los declarara combatientes enemigos y los guardara en custodia
militar, el gobierno necesitaría un umbral de pruebas inferior.” En sus
argumentos, Cheney se apoyaba en un memorando de John Yoo, que decía: “el
presidente tiene la amplia autoridad constitucional y estatutaria para desplegar
a los militares contra terroristas internacionales o extranjeros que actúan
dentro de Estados Unidos.” Cheney quería que los militares detuvieran a los Seis
de Lackawanna para sentar un precedente para el uso de las fuerzas armadas en
territorio estadounidense, como parte de un intento de establecer una forma de
ley marcial para poder luchar contra el terrorismo. El memorando de Yoo hubiera
hecho posible que el plan de Cheney se realizara, aunque debido a las luchas
internas en el régimen de Bush en ese entonces, eso no sucedió.
Yoo y el extenso espionaje iniciado durante el régimen de
Bush
Poco después del 11 de septiembre, el régimen de Bush lanzó varios programas
de espionaje. Los detalles y hasta los nombres de la mayoría de esos programas
de espionaje masivo se mantienen todavía en secreto. Tampoco se sabe hasta qué
punto esos programas siguen funcionando. Pero lo que se ha revelado en público
indica que las agencias de inteligencia oficiales han intervenido en millones,
si no miles de millones de correos electrónicos, llamadas telefónicas, y otras
telecomunicaciones. Miles de millones de archivos financieros también han sido
blanco de esos programas. Y a pesar de las mentiras del régimen de Bush de que
esas operaciones de espionaje se limitaron a espiar a los "terroristas", ahora
sabemos que en realidad abarcaron comunicaciones de millones de ciudadanos
estadounidenses y otros en todo el mundo. (Recomendamos el libro, The Shadow
Factory: The Ultra-Secret NSA from 9/11 to Eavesdropping on America [La
Fábrica de Sombras: la ultra secreta Agencia de Seguridad Nacional del 11 de
septiembre al espionaje a Estados Unidos] de James Bamford, para una descripción
del alcance del espionaje oficial a los estadounidenses.)
Yoo escribió memorandos legales secretos para el régimen de Bush que
pretendían establecer una base legal para el espionaje ilegal. La mayor parte
del contenido de esos memorandos todavía es clasificada. Pero lo que ya se ha
hecho público
es revelador. En un memorando, Yoo concluyó que la Ley de Espionaje de
Inteligencia Extranjera (FISA) no podía "restringir la capacidad presidencial de
llevar a cabo intervenciones sin orden judicial para proteger la seguridad
nacional" y que "a menos que el Congreso hiciera una declaración clara en la ley
de FISA, especificando que quería restringir la autoridad presidencial de
realizar dichas intervenciones sin orden judicial en la esfera de la seguridad
nacional – la cual no hizo - entonces el estatuto debería interpretarse de una
manera que evite tal conclusión."
El espionaje masivo que comenzó bajo el régimen de Bush y que Yoo justificó
legalmente es uno de los secretos mejor guardados del gobierno. Lo que se sabe
públicamente sobre esos programas de espionaje sólo es la punta del iceberg.
¿Existen precedentes históricos para procesar a John Yoo por
crímenes de guerra?
Sí. Investiga la historia de los Procesos de Nuremberg tras la Segunda Guerra
Mundial, sobre todo el caso Estados Unidos v. Altstoetter, en los cuales los
jueces, la fiscalía y los funcionarios del Ministerio de Justicia alemán que
habían trabajado para el régimen nazi fueron acusados, procesados, y condenados
por crímenes de guerra, porque su trabajo “legal” permitió que los nazis
llevaran a cabo el Holocausto bajo autoridad de la ley.
Recuerden el papel de Adolf Eichmann, a veces llamado “el arquitecto del
Holocausto” porque facilitó y manejó la logística de las deportaciones en masivo
de judíos y otros a los campos de exterminación nazis. Su papel burocrático era
crítico en causar la muerte de millones en el Holocausto.
John Yoo dedicó su experiencia legal a ser el arquitecto legal de muchos de
los crímenes del régimen de Bush, incluidos la tortura, el espionaje extenso, la
detención ilegal e indefinida, y la guerra. Como resultado directo de los
memorandos legales de Yoo: el gobierno expuso a la tortura a miles de personas,
encarceló a decenas de miles, espió a decenas de millones, y mató a un millón en
guerras imperialistas estadounidenses. Sin proveer el “pretexto legal,” muchos
de estos crímenes no habrían sido posibles.
Yoo es impenitente y aboga vigorosamente por las mismas
políticas que planteaba en los memorandos de la Oficina de Asesoría
Legal
Mientras que su papel en el equipo de tortura de Bush y Cheney se encuentra
bajo la lupa cada vez más, Yoo ha respondido con una ofensiva de discursos y
comentarios escritos; es ahora un comentarista regular para el Philadelphia
Enquirer. En un ensayo que salió en el Wall Street Journal, afirmó
que los argumentos de sus críticos eran "absurdos" e "insensatos", y respondían
a "la política de recriminación alimentada por los medios." Parece que Yoo hace
eco del ex vicepresidente Dick Cheney, quien sostiene consecuente y
beligerantemente que las acciones del régimen de Bush en la "guerra
estadounidense contra el terror” se justificaron. Pero eso no es de
sorprenderse: cuando Yoo trabajaba en la Oficina de Asesoría Legal, tenía
conversaciones secretas con regularidad con Cheney y el asesor legal de Cheney,
David Addington. Esos tres y otros abogados y funcionarios del régimen de Bush
se consultaban con regularidad en cuanto a cómo realizar mejor su programa
ilegal, usando las opiniones legales de la Oficina de Asesoría Legal para dar el
apropiado “pretexto legal”.
Como Yoo ha sido tan vocal, y porque ha venido a simbolizar muchos de los
abusos del régimen de Bush, es aún más importante que se le responsabilice por
sus acciones. A John Yoo hay que despedirlo, inhabilitarlo para el ejercicio de
la abogacía, y procesarlo.
Un abogado cuya asesoría permitiera que la Casa Blanca, la Agencia Central de
Información, y los militares estadounidenses cometieron tortura y otros delitos
no tiene la protección de “libertad de expresión.” Una universidad que permita
que un criminal de guerra dé clases sobre el derecho constitucional y cursos de
ética a la siguiente generación de abogados y jueces no está protegiendo la
“libertad de cátedra,” sino protegiendo crímenes de guerra. Un gobierno pos Bush
y Cheney que se niegue a repudiar totalmente – y procesar – por crímenes de
guerra no es de ninguna manera "el cambio" que se esperaba.
Deben extenderse las protestas y la resistencia contra Yoo y
sus crímenes
Dondequiera que Yoo haya dado clases, han surgido protestas y resistencia que
exponen su papel criminal en el régimen de Bush. Pero a Yoo todavía le permiten
dar clases, ejercer la abogacía y no le han procesado. Si piensas que le
deberían despedir, inhabitar para ejercer la abogacía y procesar, ¿qué puedes
hacer?
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Puedes participar en las protestas y la resistencia que han tenido ya una
creciente influencia fuerte sobre la cuestión de responsabilizar a John Yoo y a
los demás criminales de guerra del régimen de Bush. Desde la formación de El
Mundo no Puede Esperar en 2005, he aquí unos ejemplos de cómo la gente ha
asumido la responsabilidad de alzar la voz públicamente por la justicia y un fin
a la tortura con relación a John Yoo y su continuada presencia en Boalt Hall (la
Facultad de Derecho) de la Universidad de California y en otras partes:
En cada apariencia pública de John Yoo (sean conferencias, firmas de libro,
debates) los manifestantes han salido a denunciar sus crímenes y exigir que se
lo lleve ante los tribunales. A menudo usan monos de naranja y capuchas negras
para representar a los detenidos y las víctimas de tortura.
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Los intentos de Yoo de regresar a dar clases de derecho, después servir en la
Oficina de Asesoría Legal bajo Bush y Cheney, ha causado controversias
generalizadas en cada universidad a la cual va.
En la Universidad de California en Berkeley en 2005, unos "presos" asistieron
a una clase de Yoo y le pidieron tomar la "correa" atada al "preso" vestido de
mono (como en la foto infame de Lynddie Englund, con un preso de Abu Ghraib que
tenía una correa para perro alrededor del cuello). Durante la primavera de
2009E, Yoo fue profesor visitante en la universidad Chapman College (en el
condado de Orange, California). Allí lo recibieron de una forma similar, lo que
provocó un gran debate en las páginas del periódico estudiantil.
Hace poco una clase que Yoo enseñaba fue visitada (interrumpida) por un
programa australiano de televisión "de realidad cómica", que envió a un hombre
vestido como preso de Abu Ghraib, quién le preguntó insistentemente a Yoo
(mientras las cámaras rodaban) “¿Cuánto tiempo debo quedarme de pie aquí para
que se lo considere tortura?”
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Grandes reuniones comunitarias han presentado a expertos que han informado y
movilizado al público a la acción. También ha habido debates en comunidades y en
universidades.
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Los artículos y comentarios en los periódicos, las noticias de radio, y los
blogs han ayudado a correr la voz y extender la resistencia.
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Los gobiernos municipales en todas partes pueden seguir el ejemplo de
Berkeley, California, donde en 2008 los concejales aprobaron una resolución que
pedía que el secretario de Justicia estadounidense entrante y el fiscal federal
para California del Norte procesen a Yoo por crímenes de guerra, y que la
Universidad de California en Berkeley despidiera a Yoo si saliera condenado.
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Por dos años, las ceremonias de graduación en Boalt Hall han sido el
escenario de protestas de masas en gran escala, pues El Mundo no Puede Esperar,
El Gremio Nacional de Abogados, grupos de derechos humanos y de libertades
civiles que trabajan contra la tortura, y otros han pedido que los graduandos
protesten contra Yoo y contra la tortura (¡y se ha visto a muchas cintas de
color naranja sujetadas a las togas de los graduandos!)
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