La verdad sobre el "fin de las operaciones de combate"
Michael Prysner Traducido por Pepe
Crespo Ana
Atienza Editado por Ana
Atienza 8 de septiembre de 2010
A primeros de mes, el 7 de agosto, la especialista del ejército
estadounidense Faith Hinkley se puso a cubierto por el disparo de una granada de
lanzacohetes mientras estaba en su base en Irak. Fue alcanzada por la metralla
de la explosión, y murió desangrada en Bagdad. Tenía 23 años.
Una semana más tarde, el 15 de agosto, el especialista del ejército
estadounidense Jamal Rhett estaba de patrulla en Baquba (Irak), cuando unos
combatientes de la resistencia atacaron su vehículo con granadas. Las
explosiones atravesaron su cuerpo y le mataron. Sólo tenía 24 años.
Asimismo, el 19 de agosto, al día siguiente de anunciarse el "fin" de la
guerra en Irak un joven soldado, Christopher Wright, murió a consecuencia de la
metralla recibida.
Para los familiares y amigos de estos tres soldados, agosto no parece haber
sido el mes más apropiado para anunciar el "fin" de la guerra de Irak. Sin
embargo, el Pentágono organizó una sesión fotográfica con un convoy de vehículos
blindados que cruzaban la frontera iraquí hacia Kuwait, un convoy simbólico en
el que aparecía la "última brigada de combate" saliendo del país. Con esto, nos
cuentan desde Washington, asistimos al final de la guerra en Irak. Las
operaciones de combate han terminado, aseguran.
Esta declaración, en principio digna de elogio, recuerda a la pantomima de
la"Misión cumplida" de George W. Bush a bordo del USS Lincoln en mayo de 2003,
donde anunció el "fin de las grandes operaciones de combate" en Irak.
Anunciar el fin de las operaciones de combate en una guerra que aún sigue
cobrándose vidas de soldados estadounidenses viene a ser el mismo doble discurso
que llevamos oyendo desde que empezaron a circular mentiras para preparar la
invasión.
Dado que supuestamente ha terminado la guerra y que la administración Obama
está pidiendo palmaditas en la espalda por "cumplir sus promesas", veamos qué
aspecto tiene realmente el Irak de la "posguerra".
Irak en la actualidad
En el pasado mes de mayo se publicó el denominado The Mercer Quality of
Living (Estudio Mercer sobre la calidad de vida), cuyos resultados mostraban
la "ciudad más habitable" en 2010. La última de todas era Bagdad, la ciudad
menos habitable del planeta.
Esto se debe a la total destrucción de las depuradoras de aguas residuales,
las fábricas, los colegios, los hospitales, los museos y las centrales
eléctricas por parte de los militares estadounidenses.
A la mayoría de los iraquíes les resulta extremadamente difícil obtener agua
limpia. También es extremadamente escaso el acceso a la electricidad. Con
temperaturas asfixiantes cercanas a los 55 °C, los residentes en Bagdad sólo
pueden conseguir electricidad intermitentemente durante tres horas, situación
muy similar a la del resto del país.
Según ACNUR, la guerra de Irak ha generado más de 4,7 millones de refugiados
iraquíes, en lo que constituye la peor crisis humanitaria en Oriente Próximo
desde que los palestinos fueron expulsados de sus hogares en 1948.
Son los supervivientes de una matanza que ha acabado con la vida de más de un
millón de personas inocentes y mutilado a varios millones más a causa de bombas
estadounidenses diseñadas para "impactar y atemorizar".
Quienes han sobrevivido a la matanza tienen que vivir con sus consecuencias:
el legado tóxico que han dejado armas con la mejor tecnología, elaboradas
profesionalmente por contratistas de defensa que se han embolsado miles de
millones de dólares gracias a la guerra. En Faluya, ciudad bombardeada por los
marines en 2004, el impresionante índice de defectos congénitos, cánceres y
mortalidad infantil ha puesto de relieve una crisis sanitaria calificada como
"peor que Hiroshima".
Pero la violencia en Irak está lejos de ser agua pasada. De hecho, ha
aumentado considerablemente en los últimos meses. En julio fueron asesinados 535
iraquíes, lo que convirtió a ese mes en el más mortífero de los dos últimos
años. Dado que el gobierno iraquí sigue bloqueado en medio de una crisis
política, existen pocas esperanzas de que disminuya la violencia.
Esta violencia ha sido fomentada conscientemente por Estados Unidos al
quebrantar las normas del derecho internacional, al obligar al gobierno iraquí a
dividirse en grupos sectarios y cuando el general Petraeus promovió la guerra
civil armando a las "milicias locales" para que lucharan entre sí, al igual que
hace ahora en Afganistán. Según "descubrió" un estudio militar estadounidense en
noviembre de 2007, "los iraquíes de todos los grupos sectarios y étnicos creen
que la invasión militar estadounidense es la principal causa de las diferencias
violentas que existen entre ellos" (Washington Post, 19 de diciembre de
2007).
A todo esto hay que sumar el panorama de pobreza opresora, de desempleo
galopante, de inseguridad alimentaria y de grave necesidad de suministros
médicos en la que está sumido su antes prestigioso sistema sanitario. Para el
pueblo iraquí, la vida antes de la invasión (a pesar de toda una década de
sanciones paralizantes y brutales bombardeos) era mucho mejor que en las
condiciones actuales.
En un país de cerca de 30 millones de personas, uno de cada tres iraquíes ha
sido asesinado, herido o desplazado por Estados Unidos desde la invasión de
2003. No pasa un día en Irak sin que se produzcan más muertos, más heridos y más
desplazados.
La ocupación continúa
A la vista de esto, ¿qué significa realmente el "fin de las operaciones de
combate"?
El Departamento de Estado duplicará con creces el personal de seguridad
privada, que custodiará cinco complejos fuertemente protegidos dispersos por el
país. Los mercenarios de estas bases pilotarán drones, patrullarán y
actuarán como "fuerzas de reacción rápida" para perseguir a los insurgentes. Los
odiados y célebres mercenarios, que reciben millones de dólares del Pentágono,
seguirán disparando a iraquíes en su propio país.
Mientras Estados Unidos retira tropas de Irak, está enviando allí equipos
militares para reforzar al ejército títere iraquí, que actuará según las órdenes
del Pentágono. Sesenta nuevos MRAP (vehículos blindados antiminas) recorrerán
las calles de Irak. Se multiplicará el enjambre de vehículos blindados. Se
cuadruplicará el número de aviones militares. La flota de helicópteros, pilotada
por mercenarios, pasará de 17 a 29 unidades.
Ésta es la realidad de la retirada estadounidense de Irak: la posibilidad de
situar al ejército y a la policía iraquíes al frente, con las tropas
estadounidenses situadas unos pasos más atrás y los mismos generales del
Pentágono en lo alto de la cadena de mando.
Éste fue el plan de Bush desde el principio, cuando se inició la invasión:
derrocar al gobierno iraquí y respaldar a uno nuevo favorable a los intereses
empresariales y militares de Estados Unidos que utilice el poder de su estado
(su policía, su ejército, sus tribunales y sus prisiones) para servir a los
intereses de Washington y de Wall Street.
Esto comenzó siendo un desastre para la administración Bush. Sin embargo,
durante los siete años de bombardeos, brutalidad y crímenes de guerra y
violaciones de los derechos humanos documentados, el gobierno iraquí fue capaz
de reclutar para sus filas a suficientes ciudadanos suyos que buscaban trabajo
(una de las pocas oportunidades de empleo que quedan en un país ahora destruido
por el paro) y sustituir a los miles de tropas estadounidenses que se necesitan
para Afganistán y otros lugares.
Estas tropas iraquíes están llevando a cabo la misma misión que las
estadounidenses antes que ellas: usar la fuerza bruta para mantener en el poder
al impopular régimen respaldado por Estados Unidos. Conducen los mismos Humvees,
e incluso han heredado los mismos uniformes. A las familias iraquíes siguen
tirándoles la puerta abajo en medio de la noche y sacándoles a rastras de la
cama; la diferencia es que ahora les gritan en árabe en lugar de en inglés.
En el país permanecerán 50.000 soldados estadounidenses. Pero, según dicen
insistentemente generales y políticos, ya no se trata de unidades de "combate".
Ahora reciben el nombre de unidades de "asesoramiento y asistencia".
Así pues, las tropas estadounidenses que se queden se dedicarán a "asesorar"
al ejército títere iraquí sobre qué operaciones de combate llevar a cabo, y les
"ayudarán" a realizarlas en caso necesario.
"Todos los soldados son de combate. Lo que cambia es su misión, pero no
quienes somos ni lo que hacemos. Este cambio tan grande no se va a apreciar el 2
de septiembre", ha declarado el general de división Stephen Lanza, portavoz de
los militares estadounidenses en Irak.
Esto está lejos de ser el fin de las operaciones de combate para los soldados
estadounidenses, los cuales seguirán siendo atacados con artefactos explosivos
improvisados, tiroteados y asesinados con lanzacohetes. La única diferencia es
que esto sucederá menos a menudo de momento, porque hay suficientes iraquíes
para aguantar el peso de la resistencia a la dominación extranjera, hay
suficientes iraquíes para que los maten en su lugar.
Han prometido que esos 50.000 soldados se marcharán a finales de 2011. Por
supuesto, esto dependerá de "las condiciones reinantes". El 19 de agosto, el New
York Times publicó que, según altos estrategas iraquíes, previsiblemente "se
necesitarían miles de tropas adicionales después de 2011”.
Si Washington hace lo que quiere, las tropas estadounidenses seguirán matando
y muriendo en Irak aunque se haya redefinido su papel, y seguirán en el país por
tiempo indefinido, el necesario para apuntalar a un gobierno títere, débil y
cada vez más impopular, y así proteger los intereses empresariales y
geopolíticos de Estados Unidos. Las continuas muertes de soldados
estadounidenses y de civiles iraquíes, que no parece que vayan a tener fin, son
los elementos que han hecho que la gran mayoría de la población de Estados
Unidos sea contraria a la guerra. Y estos elementos siguen ahí.
Huir del fuego para caer en las brasas
En cuanto a las tropas estadounidenses, lo único que cambia para nosotros es
el nombre del país al que nos enviarán para que nos maten y nos mutilen. No es
ningún secreto que la reducción de las tropas en Irak es necesaria para enviar
más soldados a luchar en la otra guerra colonial de Afganistán, donde las
dimensiones de la ocupación se han triplicado, y donde EEUU está siendo
claramente derrotado a manos de la resistencia popular.
Continuaremos siendo desplegados en ambas guerras a pesar de que muchos
tenemos traumas psicológicos que deberían eximirnos del servicio.
Para nosotros, la retirada de Irak significa poder ser desplegados con mayor
frecuencia en itinerarios repetidos por los sangrientos campos de batalla de
Afganistán, quizás intercalando algún despliegue más relajado que en Irak donde
sea menos probable que muramos en ese momento.
Devolviendo a Irak el estatus colonial
Desde 1920 a 1958, Irak fue una colonia británica. El 100% del petróleo
iraquí era de propiedad extranjera, repartido entre compañías estadounidenses,
británicas, francesas y holandesas.
Después de que Irak consiguiese su independencia, nacionalizó su vasta
riqueza petrolera, y pasó a estar inmediatamente en el punto de mira de las
potencias imperialistas que acababan de perder “sus” mares de petróleo.
Los ingresos iraquíes por el petróleo modernizaron el país, mejoraron
sustancialmente sus condiciones de vida y les proporcionaron una atención
sanitaria gratuita de calidad y un sistema universitario célebre en todo el
mundo, también completamente gratuito.
Pero un país independiente, en vías de desarrollo y que controlaba sus
propios recursos era un problema para la cuenta de resultados de los gigantes
del petróleo. A lo largo de toda su historia de independencia, Irak ha tratado
de repeler intentos de recolonización por parte de EE.UU. y de sus aliados
imperialistas.
Los bombardeos constantes, las sanciones genocidas y el apoyo de la CIA a
grupos antigubernamentales han fallado a la hora de doblegar la independencia de
Irak. Bajo el chaparrón de la histeria del 11-S, el gobierno de EE.UU. aprovechó
la oportunidad para generar mentiras sobre las armas de destrucción masiva y la
necesidad de "liberar" Irak, y lanzó una invasión a gran escala para tomarlo por
la fuerza.
El pueblo iraquí, del que se nos dijo que estaban desesperados por ser
liberados, se volvió abrumadoramente en contra de la ocupación estadounidense.
Así que el Pentágono incrementó rápidamente las tropas en el país a unas decenas
de miles más, desplegando todo el poder del ejército más poderoso del planeta e
inundando todas sus ciudades indiscriminadamente de uranio empobrecido,
artillería y misiles Hellfire. Grandes facciones de la resistencia iraquí que no
pudieron ser derrotadas fueron simplemente puestas en nómina de EE.UU., que les
sobornó para que cesaran de resistir.
El gobierno de EE.UU. nunca quiso tener indefinidamente a patrullas de
combate en las calles de Irak. Quería un nuevo gobierno obediente que le
concediese sus contratas, así como algunas oficinas, incluyendo la embajada más
grande del mundo, para llevar a cabo sus negocios.
Ahora EEUU está un paso más cerca de su objetivo de devolverle a Irak un
estatus colonial. El anuncio de que las operaciones de combate han terminado
está realmente anunciando que las fuerzas títeres han mejorado tanto que ya
pueden encargarse de algunas tareas del ejército estadounidense—principalmente,
luchar y matar.
La soberanía de Irak es un mito. El gobierno “elegido democráticamente” se
vendría abajo de no contar con el apoyo de Washington. El gobierno iraquí no
tiene autoridad para tomar decisiones militares, políticas o de negocios sin la
aprobación de sus jefes en Washington. Los funcionarios estadounidenses
continuarán manejando los hilos de su nuevo gobierno que actúa como
intermediario comercial desde la embajada más grande del mundo, y desde sus
bases militares y sus complejos fortificados que permanecerán en Irak
indefinidamente. Menuda “libertad iraquí”.
Mientras nos dan codazos para que nos alegremos por el final de una guerra
salvajemente impopular—para desviar la atención de la otra guerra impopular—, la
relativa calma de Irak en este momento está al borde del abismo. Esto es obvio
por el pico de violencia que se ha producido en los dos últimos meses. Irak
todavía se halla en una frágil posición, con disputas electorales, luchas de
poder, una arraigada y muy extendida oposición a la dominación de EE.UU., y
ejércitos de luchadores por la resistencia que se han tomado un descanso para
recibir una nómina antes de seguir luchando contra los ocupantes.
Irak podría verse empujada de nuevo muy rápidamente a sus más altos niveles
de resistencia—a lo que EE.UU. respondería haciendo todo lo posible para no
perder Irak como colonia. El número de tropas ocupantes se volvería a
incrementar después de esta reducción. En sólo un día, la guerra de Irak podría
convertirse de nuevo en el baño de sangre que a tantas personas hizo salir a la
calle pidiendo su fin. El mismo presidente Obama lo dijo cuando anunció el final
de la guerra: “La dura realidad es que aún no hemos visto el final del
sacrificio estadounidense en Irak”.
Para el pueblo iraquí, para las tropas estadounidenses y para nuestras
familias, nuestras vidas no difieren en absoluto de como eran antes de que nos
mostraran el numerito para los medios de comunicación con los vehículos
blindados saliendo de Irak. El cambio en Irak significa que el objetivo de
controlar sus recursos naturales, sus mercados y su sector financiero discurre
con menos sobresaltos para Wall Street. Los empobrecidos civiles iraquíes
continuarán muriendo cada día entre los escombros y las ruinas de su ahora
devastado país. Las tropas estadounidenses continuarán muriendo allí
indefinidamente, cuando no se las envíe a morir indefinidamente en Afganistán,
mientras nuestras familias esperan es casa nuestros féretros.
Esto no es ningún motivo de celebración. Es algo contra lo que hay que
luchar.
Gracias a: Michael
Prysner Fuente: http://www.michaelmoore.com/words/mike-friends-blog/truth-about-end-combat-operations Fecha
de publicación del artículo original: 22/08/2010 URL de este artículo en
Tlaxcala: http://www.tlaxcala-int.org/article.asp?reference=1279
¡Hazte voluntario para traducir al español otros artículos como este! manda un correo electrónico a espagnol@worldcantwait.net y escribe "voluntario para traducción" en la línea de memo.
E-mail:
espagnol@worldcantwait.net
|