Un ex agente británico revela cómo el MI 5 colaboró con la CIA en Guantánamo
Tiempo
Argentino
25 de enero de 2016
Asegura que tiene "pruebas explosivas" de la complicidad del servicio secreto
del Reino Unido en las torturas sistemáticas aplicadas en el presidio ubicado
en suelo cubano. El ex topo presuntamente arrepentido le contó al diario
Sunday Times pormenores de una serie de abusos sexuales y torturas admitidas
por el Senado estadounidense en 2014.
Un oficial retirado de los Servicios de Inteligencia británicos reveló
a la prensa de Londres que está dispuesto a denunciar con "pruebas
explosivas" la complicidad que ha mantenido el MI5 (Military Intelligence,
Section 5) en las torturas sistemáticas aplicadas por los agentes de la Agencia
Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos a los detenidos del
presidio de Guantánamo, a comienzos del año 2000.
El diario Sunday Times recordó que, en el pasado, hubo admisiones
parciales del servicio secreto de inteligencia estadounidense, hechas en forma
reservada, y se habló genéricamente de la participación de altos
funcionarios en sesiones de tortura, pero nunca se admitió oficialmente la
participación en esas sesiones.
Según el dominical británico, en este caso se trata del primer desafío
abierto al silencio de los servicios internos de inteligencia. "Es el
primer caso de rebelión pública de un ex oficial del mismo cuerpo”, señaló. El
Times no reveló la identidad ni ningún otro dato que permita dar con el ex
oficial. Al parecer, el protagonista del caso está tratando de obtener primero,
antes de hablar, la autorización de sus ex superiores. La intención de ex topo,
señaló el diario, es la de hablar ante el comité parlamentario que investiga el
comportamiento de los agentes de los Servicios de Inteligencia.
Otros ex oficiales y altos agentes en actividad señalaron que el
testimonio del topo arrepentido, o presuntamente arrepentido, podría servir
para "probar por primera vez algo que durante estos años estuvo en boca de
muchos: que el MI5 fue plenamente consciente, en todo momento, del hecho de que
en Guantánamo tanto los agentes de la CIA como los suyos propios torturaban
sistemáticamente a los detenidos que, además, en su gran mayor, eran simples
sospechosos de ser miembros de los grupos fundamentalistas islámicos”.
En junio del año pasado las noticias sobre el proceder aberrante de
los agentes de la CIA en Guantánamo también habían llegado desde Londres.
Entonces, un ex prisionero del campo situado en la base naval reveló a la
agencia británica Reuter que la CIA utilizaba habitualmente una serie más
amplia de abusos sexuales y torturas de lo que había admitido en un informe
presentado al Senado estadounidense en 2014. En declaraciones recogidas por la
agencia, Mayid Jan, que había sido detenido en Pakistán, dijo que durante su
detención los interrogadores le tiraron agua helada sobre sus testículos y
golpearon repetidamente sus órganos genitales. Ninguno de esos métodos, que no
eran ni de cerca los peores, fueron incluidos en un informe de 525 páginas que
la agencia de inteligencia había presentado en diciembre de 2014 al Senado. En
ese entonces sí se decía que las torturas y prácticas de interrogatorio que se
emplearon fueron "mucho peor" de lo admitido públicamente. El
documento había sido aprobado por el Comité de Inteligencia del Senado
estadounidense a fines de 2012, y su difusión al público fue autorizada en
abril de 2014. No obstante, tras esa revelación, el director de la CIA, John
Brennan, intentó justificar a la agencia, argumentando que las torturas
permitieron obtener "informaciones clave en la lucha contra el
terrorismo". "Vivía cada día y cada momento con ansiedad (…) deseaba
que me mataran", dijo Mayid Jan a sus abogados, para luego contarles el
dolor intenso que se siente al ser colgado desnudo por tres días, sin comida,
aunque los agentes le daban de beber un agua que le daba diarrea, prosigue.
Reuter señaló que les contó a sus letrados que en repetidas ocasiones los
interrogadores mantenían su cabeza bajo el agua helada, la vertían sobre todo
su cuerpo cada dos o tres horas, y después encendían un ventilador. Jan reveló
que los agentes le obligaban a llevar unas botas de metal que lastimaban sus
tejidos y lo inmovilizaban. Además, no lo dejaban dormir, una tortura que le
causaba alucinaciones. El detenido de origen paquistaní añadió que los agentes
norteamericanos, algunos de los cuales "olían mucho a alcohol", lo
amenazaron con golpearlo con un martillo, bates de béisbol, palos y cinturones
de cuero. El informe de 27 páginas, que recoge las declaraciones de Jan,
demuestra que ese supuesto miembro de Al Qaeda había sufrido "los métodos
más avanzados de interrogación" puestos en práctica por la CIA en la prisión
militar de Guantánamo, parte del territorio de Cuba ocupada desde 1903.
Todavía alberga a 80 detenidos
Después de albergar en sus inicios a casi mil detenidos “sospechosos”
de haber ejecutado algún acto de terrorismo contra la seguridad de Estados
Unidos, o sospechosos de ser agresores potenciales, la prisión abierta por la
CIA en la base de Guantánamo mantiene en sus celdas a algo más de 80, después
de que la semana pasada cuatro personas fueran enviadas a distintos países.
Todas fueron secuestradas en los países de actuación de Al Qaeda y, antes de
ingresar a Guantánamo, pasaron por alguna de las cárceles secretas que la
agencia de inteligencia mantiene en suelo de muchos de sus aliados europeos.
Aunque el presidente Barack Obama habla de cerrar el presidio desde el discurso
inaugural de su primer mandato, en enero de 2009, y de trasladar a los reclusos
a prisiones situadas dentro del territorio estadounidense, ni una ni otra cosa
han sido posibles. La oposición republicana y muchos demócratas son enemigos, tanto
del cierre como de recluir a los sospechosos de una forma más humanitaria, en
las cárceles propias.
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