Trump quiere más poder y lo quiere rápido
El Mundo No Puede Esperar | 1 de mayo de 2017
“Mi administración ha traído un
profundo cambio a Washington”, señaló el presidente, acerca de sus primeros 100
días en el poder. Desmantelar la Constitución de los Estados Unidos y sus
poderes es su jugada final, usando
los mecanismos institucionales diseñados para preservar la democracia y socavar
el orden constitucional.
Durante la primera semana de Trump
como presidente, “reestructuró el Consejo de Seguridad Nacional para crear una
línea entre los participantes conocedores en debates políticos que pudieran
desafiar sus impulsos y aquellos de su círculo cercano”, escribió Stephen J.
Collier y Andrew Lakoff en New Republic. “Ha ignorado el proceso interinstitucional
al escribir órdenes ejecutivas, llevando a una tormenta de fuego y un caos
burocrático. Ha atacado la independencia administrativa de los servidores
civiles.” En la prisa que tiene de centralizar el poder y de silenciar al
disidente, Trump usa el recurso de fingir crisis para socavar el atrevido
liderazgo necesario para afrontar las verdaderas amenazas del calentamiento
global y la guerra sin fin.
“Durante su escandaloso y violento
acercamiento divisivo a la Casa Blanca, Trump ya creó un sentimiento americano
que es tanto misógino, como racista, anti inmigrante, anti todo lo que no tenga
contenido sangriento”, publicó el staff editorial de africanglobe.net con la
discusión de la campaña electoral del 2016. “La segunda
ola en la militarización de la vida internacional e instrumentos domésticos
– nótese la policía estadounidense, me dio un escalofrío”, añadió Liepollo
Lebohang Pheko.
Afirmando supremacía sobre las cortes y un “anárquico” (sus palabras) Congreso, Trump propone la eliminación del obstruccionismo.
Es difícil sobrevalorar qué tan significante esto sería, escribe Aaron Blake
para el Washinton Post. “El umbral de 60 votos para pasar una legislación del
Senado, que existe para todo excepto para nominaciones presidenciales, es el
último vestigio de poder democrático (o demócrata) en Washington y en realidad
la única cosa que se interpone en el camino de la mayoría (del partido)
haciendo lo que quiere. Deshacerse de eso cambiaría completamente la cara de la
política estadounidense para siempre.”
“Si bien el régimen de Trump y Pence actúa rápidamente, aún no han consolidado
completamente su régimen, ni tampoco han podido implementar su programa
completo”, se lee en un párrafo obtenido del llamamiento de Rechazar el Fascismo/Refuse Fascism A expulsar al régimen de Trump y
Pence. "Pero eso es su objetivo y es muy posible. Tal vez sólo requiera una sola crisis
fuerte, internacional o nacional, para que este régimen apriete el gatillo.
No nos queda mucho tiempo.”
“La gente no tiene aferrado el futuro distópico que
enfrenta”, advierte Margaret Atwood, autora de El cuento de a criada (The Handmaid’s Tale), una
historia acerca de los Estados Unidos después de un golpe de estado que
estableció la dictadura teocrática y patriarcal. La
miniserie Hulu basada en su libro de 1985 prueba de una manera impactante su
relevancia en la era de Trump. Atwood no presume de haber predecido el futuro
(ya que no es realmente posible hacerlo), pero ofrece lo que ella define como “antipredicción”:
si este futuro puede ser descrito en detalle, tal vez no pase”. También acepta
que este tipo de pensamiento no puede ser confiable. Debemos forzar una
situación política en la que el régimen Trump/Pence sea negado de la
legitimidad para gobernar.
La historia está repleta
de luchas justas que triunfaron contra enemigos superiores. Pero también
está llena de ejemplos de gente que se mantuvo al margen, esperando pasivamente
que pasara la tormenta, y quedó ahogada por horrores que no se imaginó. El
futuro no está escrito. EL FUTURO QUE NOS TOQUE DEPENDE DE NOSOTROS.
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