Las torturas de la CIA salpican a
Polonia
La existencia de una cárcel secreta de la Agencia Central de
Inteligencia (CIA) de Estados Unidos en Polonia, donde fueron detenidos
ilegalmente y torturados presuntos terroristas islamistas, ha provocado una
tormenta política en el país centroeuropeo. Este centro de detención clandestino
funcionó entre 2002 y 2003 en Kiejkuty (noreste de Polonia).
El Gobierno de centroderecha de Donald Tusk desmintió hasta ahora las
afirmaciones del Consejo de Europa, según las cuales miembros de Al Qaida habían
estado detenidos y maltratados en Polonia en acciones ilegales llevadas a cabo
por la CIA. Pero en agosto de 2008 la justicia polaca inició una investigación y
en octubre de 2010, la fiscalía reveló que un detenido de Guantánamo, el saudí
Abd al Rahim al Nashiri, había sido trasladado a Polonia y detenido e
interrogado por agentes de los servicios secretos estadounidenses.
Otro prisionero de Guantánamo, el palestino Abu Zubaydah, considerado como un
estrecho colaborador de Osama Bin Laden, solicitó también una investigación
sobre su traslado ilegal a Polonia. Un año antes, en octubre de 2009, el
Departamento de Justicia de Estados Unidos había rechazado una solicitud polaca
de ayuda jurídica, considerando que el caso estaba cerrado. En septiembre de
2011, el Comisario de Derechos Humanos del Consejo de Europa, Thomas Hammarberg,
pidió a Polonia y a otros ex países comunistas, como Rumania y Lituania, que
dieran explicaciones sobre la existencia de “sitios negros” de la CIA en sus
respectivos territorios. Varsovia dio largas a las peticiones de Bruselas, pero
hace unos días la polémica política se acrecentó en Polonia después de que el
diario de centroizquierda Gazeta Wyborcza informara sobre la inculpación del ex
jefe de los servicios de inteligencia polacos, Zbigniew Siemiatkowski, en el
marco de la investigación sobre la supuesta existencia de una cárcel secreta de
la CIA en este país centroeuropeo.
Siemiatkowski dijo al citado rotativo: “Me negué a declarar ante la fiscalía
y seguiré negándome durante todo el proceso, incluido en el Tribunal” para
defender la “seguridad del Estado”. El portavoz de la fiscalía de Cracovia (sur
de Polonia), Piotr Kosmaty, se negó a confirmar o desmentir la inculpación de
Siemiatkowski, porque, según declaró a los medios, “la investigación, que
consideramos prioritaria, es secreta y el expediente debe permanecer
confidencial. Sólo puedo decir que no ha habido ninguna detención”. Así las
cosas, el ex primer ministro socialdemócrata, Leszek Miller, un oportunista del
antiguo régimen comunista que actualmente lidera el opositor partido socialista
SLD, también podría ser obligado a comparecer ante los jueces por haber
permitido la instalación de la citada base secreta estadounidense entre 2002 y
2003. En aquella época, el jefe del Estado era el también socialdemócrata y ex
jerifalte de la dictadura comunista Aleksander Kwasniewski.
Diversas reacciones
Mientras el Gobierno de Donald Tusk intenta capear el temporal político como
puede, los ultraconservadores del Partido Ley y Justicia (PiS) de Jaroslaw
Kaczynski, que gobernaron en Polonia entre 2005 y 2007, y los socialdemócratas
de SLD han sellado un pacto no escrito para impedir que el Parlamento tome
cartas en el asunto y no ven con buenos ojos que la justicia siga investigando
la existencia de una prisión secreta de la CIA. Pero en el seno de la oposición,
Janusz Palikot, que lidera el partido anticlerical de centroizquierda Movimiento
Palikot (RP), pidió que se esclarezca toda la verdad sobre esta cuestión, y
acusó a Leszek Miller de haber puesto en peligro la seguridad de Polonia frente
a la amenaza terrorista al haber autorizado a la CIA a actuar ilegalmente en su
país.
El ex comunista Miller reaccionó calificando a Palikot de ser “el portavoz de
Al Qaida”, y dejó claro que “no voy a llorar por los criminales. Un buen
terrorista es un terrorista muerto”. Por su parte, el presidente Bronislaw
Komorowski, que pertenece al mismo partido que Tusk, la Plataforma Cívica (PO),
consideró que hay que investigar esta cuestión, “aunque se trate de un asunto
delicado y quizá doloroso para el Estado polaco, ya que se trata de la imagen
pública de Polonia”. Seguramente presionado por los acontecimientos, Donald Tusk
aseguró que “Polonia no será nunca más un país donde los hombres políticos,
aunque vayan de la mano de la mayor potencia del mundo, puedan eludir sus
responsabilidades”, pero lamentó que su país sea la “víctima política” de la
“indiscreción” de algunos responsables de la Administración estadounidense.
Asumir responsabilidades
Polonia es el primer país europeo que se atreve a investigar abiertamente
este espinoso asunto. En Europa del Este, además de Polonia, Rumanía, Lituania y
Ucrania han cedido su territorio a las actividades secretas de la CIA en la
lucha contra Al Qaeda. En el caso de Rumanía, la CIA utilizó durante varios años
y hasta 2009 de forma clandestina un edificio gubernamental en Bucarest en el
que interrogó y maltrató a presuntos terroristas. Este edificio era y es
utilizado por la Oficina Nacional de Registro de Información Secreta (ORNISS) de
Rumanía y en sus instalaciones se almacena información reservada de la OTAN y la
Unión Europea (UE). Para Woiceijh Czuchnowski, del diario Gazeta Wyborcza, “los
políticos que adoptaron estas decisiones tendrían que asumir la responsabilidad
de sus actos”.
(Paco Soto, 17/04/2012, Varsovia)
Fuente: http://polskaviva.com/2012/04/18/las-torturas-de-la-cia-salpican-a-polonia/
¡Hazte voluntario para traducir al español otros artículos como este! manda un correo electrónico a espagnol@worldcantwait.net y escribe "voluntario para traducción" en la línea de memo.
E-mail:
espagnol@worldcantwait.net
|