Únete a mí para marcar 50 años
Debra Sweet | Diciembre, 3 2020
Traducido del inglés para El Mundo no Puede Esperar
Tres de diciembre, 1970: Yo tenía 19.
Sabía lo suficiente acerca de la guerra en Asia para saber que estaba mal.
Había protestado desde 1968 y, especialmente, desde que se dio a conocer en
abril de 1970 que Nixon bombardeó secretamente Camboya, estaba indignada junto
con el resto del mundo. Pero aquí estaba yo, siete meses después, en la Casa
Blanca a punto de recibir la "Young American Medal for Service" de
Richard Nixon.
Existe una larga historia acerca de por qué fui merecedora de la medalla y el conflicto que sentí ante el prospecto
de recibir un premio humanitario por parte del comandante en jefe de una guerra
genocida. Me sentí responsable hacia la humanidad global, de alguna manera sabiendo
que lo que hice tendría un impacto, contra el peso de ir en contra de mi propia
consciencia por el simple hecho de ir a la Casa Blanca. Esa mañana, el Cuarto Azul estaba lleno de
periodistas y políticos. ¿Qué diría o haría yo? Después de meses de anticipación,
todavía no sabía.
Pero Nixon me ayudó a encontrar mi voz. Me dio una palmadita, un discurso paternalista acerca de “estos son los
jóvenes buenos, los que no están afuera protestando”. ¡No, carajo! Estábamos
protestando, recibiendo golpes, siendo encarcelados y algunos asesinados por
oponernos a la guerra y al sistema de la supremacía blanca. Apenas un año
antes, el 4 de diciembre de 1969, Fred Hampton, líder de Pantera Negra, un año
más grande que yo, había sido asesinado en su cama por la policía de Chicago
bajo instrucciones federales como parte de la meta de J. Edgar Hoover de eliminar, literalmente, a los Panteras Negras. Yo
había visitado el apartamento en donde Fred & Mark Clark fueron asesinados,
días después de los hechos. Estaba temblando de la indignación y la ira de
estos arrogantes y malignos hombres.
Cuando Nixon se acercó para darme la medalla, le dije
“No creo que sea sincero en darme este premio porque usted es responsable del
asesinato de millones en Vietnam”. Su cara se llenó de color y balbuceó. No podía
contestar, porque el gobierno que él encabezaba no tenía una respuesta. Yo
habría dicho más, pero se salió del cuarto. La historia en las noticias
alrededor del mundo fue “Joven le dice a Nixon que termine la guerra”. En esos días,
antes de las redes sociales, recibir miles de cartas significaba que millones
de personas habían visto lo que pasó y muchos sentían que el mensaje hablaba
por ellos. También hubo mucho correo de odio y amenazas.
En las entrevistas que di en ese momento, vi un tema
moral consistente con la preocupación acerca de la humanidad; yo ya no me veía
como una “estadounidense”, sino como alguien en solidaridad con la gente del
mundo. Yo aspiraba una “revolución” para poner fin a la desigualdad de los
países ricos sobre los pobres y me identificaba con la gente oprimida, por
quienes hice lo que hice cuando era una adolescente trabajando por la justicia.
Pero incluso en ese momento, reconocí la inmensidad de lo que no conocía. El
buen trabajo no iba a resolver estos problemas sistémicos y yo quería saber
cómo podía cambiar al mundo.
Tuve la buena suerte, de muy joven, de haberme, para
cuando conocía a Nixon en 1970, mezclado con y haber aprendido de activistas
religiosos que pusieron sus vidas al servicio de los pobres y fueron arrestados
por sus acciones anti guerra; gente nativa que entraba y salía de las
reservaciones, jóvenes revolucionarios y líderes de derechos civiles de Pantera Negra, miembros de la resistencia,
veteranos anti guerra y estudiantes manifestantes, radicales y reformadores de
muchos países; y de haber tenido a la gran Fannie Lou Hamer como amigo y
huésped de mis padres, que abrió mis ojos a la vida de cosechas compartidas de
Mississippi y al poder de las palabras y a la historia para mover a la gente. ¡Esa
fue una gran y tumultuosa parte de los años 60!
Lo que puso a mi vida en el curso de un compromiso
para saber y cambiar el mundo fue conocer a Bob Avakian y otros que fueron,
hace 45 años, parte del Partido Comunista Revolucionario, de quienes aprendí,
entre muchas otras cosas, las bases de ver objetivamente la base material
económica debajo de la injusticia sistemática global y la importancia de cómo
la gente piensa como parte de esencial de la humanidad emancipada. Y más
importante, que el mundo no tiene que ser como es. He seguido aprendiendo,
retada por la visión de una Constitución Para La Nueva República Socialista en
América Del Norte y la complejidad de hacer una revolución como una
contribución a la gente de todo el mundo. A través de los años, he trabajado para
mantener el objetivo de un mundo sin explotación, supremacía blanca,
patriarcado y xenofobia en la vanguardia, ya habiendo organizando que la gente
detenga varias guerras de Estados Unidos, que defiendan a los proveedores de
abortos, que detengan a la policía de asesinar a la gente negra, morena y
nativa; y más recientemente a detener el fascismo abierto “americano” bajo el
liderazgo de Trump & Pence, que casi consolidó el poder, provocó gran daño
y permanece como una amenaza existencial a la humanidad.
Si te gustó esta historia, únete a la reunión virtual el domingo a las 5pm EST. Ve abajo.
Estoy recibiendo donativos para dos causas cercanas a mi corazón:
>> Dona a RefuseFascism.org en mi página personal Apoya el movimiento de la gente que viene de
distintas perspectivas, unidas en nuestro reconocimiento que el régimen
Trump/Pence representa un peligro catastrófico a la humanidad y al planeta.
Nosotros, luchando por un mundo justo, necesitamos ser movilizados, tomar las
calles de manera no violenta pero determinada, contra este odioso fascismo estadounidense.
>> Apoya al show semanal RNL (¡Revolución y Nada Menos!), de YouTube arraigado en el nuevo comunismo forjado por el líder revolucionario Bob Avakian,
presentado por Andy Zee con otros miembros del Gira Revolucionario. El mundo es
una pesadilla para las masas de gente en el mundo, pero no tiene que ser así.
La revolución y un mundo mejor ES posible.
Siempre pensé, un día, haré una fiesta para agradecerle a toda la gente que me ha enseñado, ayudado y que se ha unido a mí
en el camino. Cuando me acordé, hace un par de semanas, que el aniversario 50
es hoy, y con la pandemia peor que nunca, decidí invitarte a una reunión
virtual. Todos los amigos, de mucho tiempo o nuevos, a todos los interesados,
vengan el domingo parra platicar.
Domingo diciembre 6 5:00 pm EST con Debra en Zoom
Regístrate con tiempo
Después de registrarte, recibirás confirmación por correo electrónico con información
de cómo unirte por vídeo o teléfono.
AUDIO de un reciente foro de RefuseFascism.org y una entrevista conmigo:
>> On the Inside with #OutNOW podcast
this week, Indi Samarajiva (@indica, autor del artículo viral I
Lived Through A Stupid Coup. America Is Having One Now), Jeff Sharlet
(@jeffsharlet, autor de The Family, ahora un documental del Netflix y de This
Brilliant Darkness), Andy Zee (The RNL Show, co-iniciador de RefuseFascism.org)
y Coco Das (@Coco_Das, editor de RefuseFascism.org) acerca del golpe de Trump y
de lo que sigue. Sam Goldman enterevista a Debra Sweet (@Debra__Sweet) acerca
haber confrontado a Richard Nixon cara a cara hace 50 años.
Sinceramente,
Debra Sweet, directora, El Mundo No Puede Esperar
@Debra__Sweet
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