No podemos darnos por vencido respecto el cierre de Guantánamo
Debra Sweet
9 de septiembre de 2013
Traducido de inglés por El Mundo no Puede Esperar 20 de septiembre de 2013
Al ritmo que la administración de Obama esta "cerrando" Guantánamo, la
mayoría de los prisioneros morirán de viejos antes de poder alguna vez ser liberados.
A pesar de que dos fueron liberados a Argelia la semana pasada — finalmente —
84 prisioneros ya autorizados a ser liberados y otros 60 libres de cargos o que
enfrentan tribunales militares aún permanecen allí. 30 están en huelga de
hambre y a 27 de ellos se los alimenta a la fuerza. Las protestas en Chicago,
San Francisco, Londres, Nueva York y Washington DC han implicado a decenas de
activistas, incluyendo algunos que han hecho ayunos de solidaridad. Ver
closegitmo.net.
Sin duda, es sólo la huelga de hambre por parte de los prisioneros, la cual comenzó
en febrero y aún está en curso, la cual ha tenido algún movimiento afuera de la
prisión ilegal. Andy Worthington proporciona los antecedentes personales de dos
prisioneros liberados, Aquellos dos prisioneros de Guantánamo liberados en
Argelia.
Nabil Hadjarab, por Molly Crabapple en Guantánamo, 2013
|
El previamente cubrió la historia de Nabil sobre "Cerrar
Guantánamo", en un perfil publicado en mayo de 2012 titulado, "Nabil
Habjarab, ‘el dulce niño’ en Guantánamo, quien fue absuelto en el 2007, pero aun
es retenido," y en julio publiqué su relato sobre la huelga de hambre, la
primera en la que él había participado. Ahora tiene 32 años de edad, pero sólo tenía
21 años cuando él primero fue capturado...
Nabil vivió en Francia hasta los nueve años de edad, pero luego su padre lo llevó a
Argelia, aunque pasaba cada verano en Francia con su tío Ahmad. Lo trágico
sucedió en 1994, cuando el padre de Nabil murió de cáncer, y por consecuencia
él fue adoptado por una tía abusiva.
La salvación de Nabil fue su tío Ahmed, quien le envió dinero, tratándolo como si
él fuera uno de sus propios hijos y cuando cumplió 21 años Nabil regresó a
Francia con la familia de su tío, esperando conseguir la residencia francesa.
Sin embargo, temerosos su deportación mientras esperaban la tramitación de sus papeles, Nabil
tomó la crucial decisión de viajar al Reino Unido y desde allí a Afganistán,
donde se quedó con un hombre argelino en Kabul y luego huyó a Jalalabad después
de que comenzara la invasión liderada por Estados Unidos. Luego intentó llegar
a la frontera pakistaní, pero fue herido por un bombardeo de estadounidense y
terminó en un hospital de Jalalabad. A partir de ahí fue vendido a las fuerzas
de los Estados Unidos, como muchos otros hombres y niños que terminaron, sin
sentido, en Guantánamo. Como uno de los guardias en Guantánamo explicó, Nabil no
era ni soldado ni terrorista; en cambio, era "un artista brillante, un
gran futbolista y un niño dulce."
El otro prisionero enviado a Argelia, Mutia Sayyab de 37 años de edad
fue absuelto de cargos para ser liberado dos veces: primero bajo el mando de Bush,
en febrero de 2008 y luego bajo Barack Obama en enero de 2010. Su abogado, Buz
Eisenberg, dijo que es
"un niño de poster que demuestra todo lo que está
mal a cerca de Guantánamo," y una víctima involuntaria de una respuesta
equivocada al terrorismo". Él lo describió como "una persona inocente
de cualquier conducta remotamente relacionada con el terror y de hecho aborrece
y deplora dicha conducta," añadiendo, "Sin embargo él ha sido
golpeado, obligado a vivir aislado y despojado de su derecho inalienable a la
libertad."
Otra forma de resistencia a la prisión está empezando a tomar forma desde dentro de
la comunidad médica. Michael Kirsch escribe en La alimentación forzada de los prisioneros
en la que Guantánamo tortura a los profesionales médicos
Ha habido médicos presentes durante las actividades interrogativas acentuadas (leer:
tortura) ostentosamente para guiar a los interrogadores a no provocar lesiones graves
permanentes o algo peor. Tal vez, estos médicos han racionalizado su papel para
ser protectores de los detenidos, pero esto es absurdo. Este papel es tan
alejado de la misión sanadora de la profesión médica que no merece ningún
debate. De hecho, esta práctica tortura la profesión médica que está bajo
juramento para sanar y consolar al enfermo, no para cubrir a los
'interrogadores'.
El Dr. Kirsch, termina diciendo
si nuestro comandante en jefe quiere forzar meter la comida en la garganta de los prisioneros, es libre de dar la orden.
Sin embargo, ningún médico o enfermera debe cumplirla.
La tortura sistemática desarrollada bajo el régimen de Bush sólo ha sido posible con la complicidad de
abogados que escribieron justificaciones legales, de oficiales asignando y
haciendo cumplir órdenes y del personal médico dando cobertura ética en el
proceso.
Dr. Kirsch, ¡gracias!
¡Hazte voluntario para traducir al español otros artículos como este! manda un correo electrónico a espagnol@worldcantwait.net y escribe "voluntario para traducción" en la línea de memo.
E-mail:
espagnol@worldcantwait.net
|