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El Mundo no Puede Esperar moviliza a las personas que viven en Estados Unidos a repudiar y parar la guerra contra el mundo y también la represión y la tortura llevadas a cabo por el gobierno estadounidense. Actuamos, sin importar el partido político que esté en el poder, para denunciar los crímenes de nuestro gobierno, sean los crímenes de guerra o la sistemática encarcelación en masas, y para anteponer la humanidad y el planeta.



Del directora nacional de El Mundo No Puede Esperar

Debra Sweet


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La Guerra de Irak entre los peores eventos del mundo

David Swanson | 18 de marzo de 2013

Nada más sorprendente, aunque para nada asombrados

Traducido del inglés por
El Mundo No Puede Esperar
07 de mayo de 2013

Lo siguiente es un breve resumen de un sumario mucho más largo, y totalmente documentado, disponible en warisacrime.org/iraq y también disponible en un atractivo PDF de 88 paginas en coldtype.net.

A los 10 años del lanzamiento de la Operación Liberación de Irak (Operation Iraqi Liberation en inglés) (para usar el nombre original con el acrónimo apropiado, petróleo) y a más de 22 desde la Operación Tormenta del Desierto, hay poca evidencia de que un número importante de personas en los Estados Unidos tenga una idea realista de lo que nuestro gobierno ha hecho al pueblo de Irak, o de cómo estas acciones se comparan con otros horrores de la historia del mundo. La mayoría de los estadounidenses creen que la guerra que comenzó en 2003 ha dañado a los Estados Unidos, pero a beneficiado a Irak. Una mayoría de los estadounidenses cree, no sólo que los iraquíes deberían estar agradecidos, sino que el pueblo Iraquí está en realidad agradecido.

Un cierto número de académicos estadounidenses han alanzado la dudosa afirmación de que las guerras están disminuyendo en todo el mundo. Malinterpretar lo que ha sucedido en Irak es el centro de su argumento. Como se documenta en el informe completo, después de haber usado las medidas científicas disponibles más respetadas, Irak perdió 1,4 millones de vidas como resultado de OIL, vio como 4,2 millones de personas más resultaron heridas y como 4,5 millones de personas se han convertido en refugiados. Los 1,4 millones de muertos es el 5% de la población. Eso se compara con 2.5% perdido en la Guerra Civil de EE.UU., o de 3 a 4% en Japón en la Segunda Guerra Mundial, el 1% en Francia e Italia en la Segunda Guerra Mundial, o los menos de 1% en el Reino Unido y el 0,3% en los Estados Unidos en Segunda Guerra Mundial. Los 1,4 millones de muertos es un porcentaje mayor que la población de estas otras pérdidas terribles. Las muertes de estadounidenses en Irak desde el 2003 han sido del 0,3% de los muertos, aunque se han llevado la gran mayoría de la cobertura de noticias, evitando así a los consumidores de noticias de Estados Unidos la comprensión de la magnitud del sufrimiento iraquí.

En un paralelo muy estadounidense, el gobierno de EE.UU. sólo ha estado dispuesto a valorar la vida de un iraquí en ese mismo 0,3% del valor financiero que asigna a la vida de un ciudadano de los EE.UU...

La invasión de 2003 incluyó 29.200 ataques aéreos, seguido por otros 3.900 en los siguientes ocho años. Los militares estadounidenses dirigieron sus ataques a civiles, periodistas, hospitales y ambulancias. También hicieron uso de lo que algunos podrían llamar "armas de destrucción masiva", el uso de bombas de racimo, de fósforo blanco, de uranio empobrecido, y un nuevo tipo de napalm lanzado en zonas urbanas densamente pobladas.

Los defectos de nacimiento, diferentes tipos de cáncer y la mortalidad infantil están por las nubes. Los suministros de agua, plantas de tratamiento de aguas residuales, hospitales, puentes, y los suministros de electricidad han sido devastados, y no se repara. La salud y la nutrición y la educación no son como eran antes de la guerra. Y debemos recordar que la salud y la nutrición ya se habían deteriorado durante los años de guerra económica librada por las sanciones económicas más amplias jamás impuestas en la historia moderna.

El dinero gastado por los Estados Unidos para "reconstruir" Irak fue siempre inferior al 10% de lo que se gasta en total y a esto hay que añadir los daños, y la mayoría de este dinero nunca fue gastado en ningún propósito útil. Al menos un tercio se destinó a la "seguridad", mientras que gran parte del resto se destinó a la corrupción en los EE.UU. de militares y sus contratistas.

Los mejor educados que podrían haber ayudado a reconstruir Irak huyeron del país. Irak tenía las mejores universidades de Asia Occidental en la década de 1990, y ahora es líder en el analfabetismo, con una población docente en Bagdad que se ha sido reducida un 80%.

Durante años, las fuerzas de ocupación han roto la sociedad iraquí, fomentando la división y la violencia étnica y sectaria, lo que resulta en un país segregado y la represión de los derechos que los iraquíes antes disfrutaban, incluso durante el estado policial brutal de Saddam Hussein.

Mientras que la dramática escalada de violencia que desde hacia varios años se había predicho acompañaría a toda retirada de los EE.UU. no se materializó, Irak no está en paz. La guerra de Irak ha desestabilizado internamente, creado tensiones regionales, y - por supuesto - generado resentimiento generalizado contra los Estados Unidos. Ese es el resultado opuesto al de pretender hacer de Estados Unidos un sitio más seguro.

Si los Estados Unidos hubieran tomado cinco billones de dólares, y - en lugar de gastarlo en destruir Irak - hubieran optado por hacer el bien con ellos, en su casa o en el extranjero, sólo se pueden imaginar las posibilidades. Las Naciones Unidas piensan que con 30 mil millones de dólares al año se podría acabar con el hambre mundial. Por 5 billones de dólares, ¿por qué no acabar con el hambre mundial de los próximos 167 años?. Las vidas que no se han salvado son muchas más que las vidas robadas por los gastos de guerra.

Una versión aséptica de la guerra y de cómo comenzó ya está en muchos de nuestros libros de texto escolares. No es demasiado tarde para corregir el expediente, o hacer reparaciones. Será mejor que trabajemos para una reducción real de la guerra y la prevención de nuevas guerras, si entendemos con exactitud lo que las guerras del pasado han significado.

David Swanson escribe para warisacrime.org, donde la versión completa de este artículo puede ser leída.


 

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