Ni bombas rusas, ni bombas estadounidenses llevarán la paz a Siria
David Swanson
teleSUR
28 de octubre de 2015
¿Es la intervención rusa en Siria mejor que la intervención de Estados Unidos? | Foto: AP
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Activistas por la paz deben dejar de celebrar el bombardeo ruso en Siria.
Hay una visión sobre Siria, común incluso entre los activistas por la paz, que
sostiene que porque los Estados Unidos han estado haciendo todo mal en Siria y
el Medio Oriente, durante años, las bombas rusas mejorarán las cosas. Mientras
que las acciones de los Estados Unidos y sus aliados van a llevar a la victoria
del grupo Estado Islámico, lo que sería un horror para millones de personas, y
el caos crónico en Siria parecido a lo que pasó después de la liberación de
Irak y Libia, las bombas rusas –según esta visión- van destruir al grupo Estado
Islámico, restaurar el orden, mantener el imperio de la ley y establecer la paz.
Me han dicho en varias ocasiones que porque me opongo a los bombardeos de Rusia me
opongo a la paz; estoy a favor de la guerra; quiero que el grupo Estado
Islámico gane; demuestro falta de preocupación por el sufrimiento del pueblo
sirio; y que mi mente es demasiado simplista o de alguna manera enferma. Esta
línea de pensamiento es un reflejo de muchos activistas por la paz
independientes, que desde hace años han estado insistiendo en que Estados
Unidos debe derrocar violentamente al gobierno de Siria. Esa multitud incluso
se ha alineado con el presidente Barack Obama y el Secretario de Estado, John
Kerry, quien en 2013 dijo al pueblo estadounidense que si no apoyamos los
bombardeos a Siria estábamos a favor de que Siria asesine niños con armas
químicas. Para nuestro crédito, rechazamos esa lógica.
Los defensores de los bombardeos estadounidenses y los defensores de los bombardeos
rusos, cada uno ve un mal particular y quieren remediarlo. El mal del gobierno
sirio, que a menudo es exagerado y envilecido, es bastante real. El mal del
gobierno de Estados Unidos, y lo que ha hecho en Irak, Libia y Siria,
difícilmente puede ser exagerado. Ambos grupos, sin embargo, ponen su fe en la
violencia como la herramienta para remediar la violencia, revelando profundas
creencias en el poder de la fuerza, en clara contradicción con los compromisos
profesados por la paz.
Las bombas que caen matan y hieren a civiles, traumatizan a los niños que
sobreviven, perjudican la infraestructura, destruyen la vivienda, envenenan el
medio ambiente, crean refugiados, encienden amargos compromisos de violencia, y
desperdician recursos masivos que podrían haber ido para la ayuda y
reconstrucción. Estos son hechos bien documentados acerca de cada campaña de
bombardeo en la historia de la tierra. En teoría, los activistas por la paz
están de acuerdo con estos hechos. En la práctica, no tienen más peso que otras
preocupaciones de política real; más bien, son evitadas por completo.
Cuando las bombas estadounidenses destruyen un hospital en Afganistán nos indignamos.
Cuando Rusia está acusada de bombardear un hospital en Siria, evitamos saberlo.
(O, si somos del otro campamento, nos indignamos con las bombas sirias pero
imaginamos que las bombas estadounidenses plantan pequeñas flores de
democracia.) En las guerras a las que nos oponemos, desacreditamos los reclamos
por la precisión de los bombardeos. Pero las bombas buenas imaginamos que
golpean en los lugares correctos. Después de tantas guerras estadounidenses
agotadoras y sin fin que fueron anunciadas como rápidas y fáciles, se ha
comenzado a reconocer la imprevisibilidad de las campañas de asesinato en masa
- y sin embargo, la conciencia de imprevisibilidad de la guerra no parece que
cuenta cuando se llena de elogios a los bombarderos rusos por unirse a una
guerra civil caótica.
Los Estados Unidos acusan a Rusia de haber asesinado a personas que armaron y
entrenaron para asesinar a personas diferentes. Algunas de esas personas ahora
están pidiendo misiles para derribar los aviones rusos. Aviones rusos casi han
entrado en conflicto con aviones israelíes y estadounidenses. Una figura
importante en el gobierno de Ucrania quiere ayudar el Estado Islámico a atacar
a los rusos. Los legisladores y expertos en los Estados Unidos están instando
un conflicto directamente con Rusia. Belicistas en Washington han estado
trabajando muy fuerte para provocar un conflicto con Rusia en Ucrania; ahora su
esperanza reside en Siria. Las bombas rusas sólo aumentan las tensiones entre
Estados Unidos y Rusia.
Cuando uno descifra el caos de fuerzas, y reclamos cuestionables acerca de esas
fuerzas, sobre el terreno en Siria algunos hechos se destacan. Estados Unidos
quiere derrocar al gobierno de Siria. Rusia quiere mantener al gobierno de
Siria, o al menos protegerlo de un derrocamiento violento. (Rusia en 2012
propuso un proceso de paz que habría retirado al presidente Bashar Assad del
poder, pero Estados Unidos lo rechazó de plano, favoreciendo un derrocamiento violento).
Los Estados Unidos y Rusia son las principales potencias nucleares del mundo. Sus
relaciones se han deteriorado rápidamente a medida que la OTAN se ha expandido
y los EE.UU. han orquestado un golpe de Estado en Ucrania. Una guerra con Rusia
y los Estados Unidos en diferentes lados, y todo tipo de oportunidades para
incidentes, accidentes y malentendidos, pone en riesgo todo. Las bombas rusas
no resuelven nada. Cuando se despeje el polvo, ¿cómo van a terminar la guerra?
¿Serán las bombas rusas las que dejen atrás personas generosas de buena
voluntad deseosas de negociar, a diferencia de las bombas estadounidenses que
dejan detrás ira y hostilidad? Hemos aprendido a pedir al gobierno de Estados
Unidos que explique su "estrategia de salida", cada vez que se
sumerge en una nueva guerra. ¿Cuál es la estrategia de Rusia?
Esta es mi posición. El asesinato no es moderado. No se puede encontrar asesinos "moderados" y comprometerlos
para matar asesinos extremistas. No se puede bombardear a los asesinos
extremistas sin producir más asesinos. Lo que ahora se necesita, como en 2012,
cuando Estados Unidos hizo a un lado un proceso de paz. En primer lugar un alto
el fuego. Después un embargo de armas. Y un alto a la formación de combatientes
que reciben financiación de Turquía, Arabia Saudita, Qatar, Estados Unidos, y
todas las demás partes. Luego, más ayuda y restitución, y una solución
negociada en la que, de hecho, Rusia debe estar incluida ya que se encuentra en
esa región del mundo, y los Estados Unidos no deberían, ya que no tienen ningún
negocio legítimo en ese lado del mundo.
Esto es lo que ha sido necesario por años y seguirá siendo necesario mientras se lo
siga evitando. Más bombas hacen esto más difícil, no importa quién las esté
dejando caer.
David Swanson es autor, activista, periodista y locutor de radio. Es director de
WorldBeyondWar.org y coordinador de la campaña de RootsAction.org. Los libros
de Swanson incluyen War Is A Lie. Está nominado al Premio Nobel de la Paz
2015.
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