Michael Moore y Oliver Stone: Wikileaks y la
Libertad de Expresión
Michael Moore y Oliver Stone Tomado de The New York Times 21 de agosto
de 2012
TRADUCCCIÓN AL ESPAÑOL: Sergio Paneque y Jorge Mesa - Equipo de traductores
de CUBASI
En nuestra profesión como cineastas hemos defendido que los medios de
comunicación en los Estados Unidos fracasan con regularidad en informar a los
estadounidenses sobre las desagradables acciones de nuestro propio gobierno. Por
consiguiente, estamos muy agradecidos con los logros de WikiLeaks, y aplaudimos
la decisión de Ecuador de conceder asilo diplomático a su fundador, Julian
Assange, quien vive actualmente en la embajada ecuatoriana en Londres.
Ecuador ha actuado según los principios de los derechos humanos
internacionales. Además, lo apropiado de la decisión del gobierno ecuatoriano se
demuestra en la reacción del gobierno británico al amenazar con violar los
sacrosantos principios de las relaciones diplomáticas e invadir así la embajada
para arrestar a Assange.
Gracias a la creación de WikiLeaks, se han revelado las secuencias fílmicas
de los indiscriminados “Asesinatos Colaterales” contra la población civil en
Bagdad perpetrados por los helicópteros Apaches estadounidenses. También ha
visto la luz la verdad sobre las guerras en Irak y Afganistán, la confabulación
de los Estados Unidos con la dictadura en Yemen para ocultar nuestra
responsabilidad en los bombardeos ocurridos allí, y lo último pero no menos
importante, que la administración de Obama ha presionado a otras naciones para
que no enjuicien a oficiales de la era Bush por casos de tortura, entre otras
cosas.
Como era de suponer, la respuesta de aquellos que preferirían que los
estadounidenses permanecieran en las sombras ha sido feroz. Los principales
líderes en ambos partidos han catalogado a Assange como un “terrorista de alta
tecnología”. Y la Senadora Dianne Feinstein, demócrata de California que lidera
el Comité Selecto de Inteligencia del Senado exigió que Assange debía ser
procesado según la Ley de Espionaje. La mayoría de los estadounidenses,
británicos, y suecos desconocen que Suecia no ha acusado formalmente al Sr.
Assange de ningún delito. Más bien emitió una orden de arresto para interrogarlo
sobre las acusaciones de asalto sexual in 2010.
Dichas denuncias deben ser profundamente investigadas antes que al Sr.
Assange lo trasladen hacia otro país donde quede fuera del alcance del sistema
de justicia sueco. Pero son precisamente los gobiernos británicos y suecos los
que entorpecen la investigación, no el Sr. Assange.
Las autoridades suecas han viajado a otros países para llevar a cabo
interrogatorios cuando ha sido necesario, y el fundador de WikiLeaks ha dejado
claro su voluntad para ser interrogado en Londres. Además, el gobierno
ecuatoriano le propuso al gobierno sueco que interrogaran al Sr. Assange en la
propia embajada de Ecuador. Suecia rechazó ambas propuestas.
El señor Assange también se ha comprometido a viajar a Suecia inmediatamente
si el gobierno sueco se compromete a no extraditarlo a Estados Unidos.
Funcionarios suecos no han mostrado interés en explorar esta propuesta, y hace
poco el canciller Carl Bildt le dijo claramente a un asesor legal del Sr.
Assange y WikiLeaks que Suecia no haría tal promesa. El gobierno británico
también tendría derecho en virtud del tratado pertinente a evitar la extradición
del señor Assange a EE.UU desde Suecia, y también se ha negado a prometer que
usaría este poder. Los intentos de Ecuador para facilitar ese acuerdo con ambos
gobiernos fueron rechazados.
En su conjunto, las acciones de los gobiernos británico y sueco nos sugieren
que su agenda real es enviar al Sr. Assange a Suecia. A causa de los tratados y
de otras consideraciones, él podría ser más fácilmente extraditado a Estados
Unidos desde allí para enfrentar cargos. El señor Assange tiene todas las
razones para temer tal resultado. El Departamento de Justicia ha confirmado
recientemente que siguen investigando a WikiLeaks, y documentos del gobierno
australiano recién divulgados el pasado febrero exponen que la investigación de
EE.UU. sobre la posible conducta criminal del señor Assange ha estado en curso
durante más de un año. WikiLeaks ha publicado correos electrónicos de Stratfor,
una empresa privada de inteligencia, que indican que un gran jurado ya emitió
una acusación formal sellada del señor Assange. Y la historia indica que Suecia
cedería ante las presiones de Estados Unidos para entregar al Señor Assange. En
2001, el gobierno sueco entregó a la CIA dos egipcios que buscaban asilo,
quienes posteriormente fueron entregados al régimen de Mubarak para que fueran
torturados.
Si el Sr. Assange es extraditado a los Estados Unidos, las consecuencias van
a reverberar durante años en el mundo. Assange no es ciudadano estadounidense,
y ninguna de sus acciones ha tenido lugar en suelo americano. Si Estados Unidos
puede enjuiciar a un periodista en estas circunstancias, los gobiernos de Rusia
y China podrían, bajo esa misma lógica exigir que periodistas extranjeros en
cualquier lugar del mundo sean extraditados por violar sus leyes. El
establecimiento de este precedente debe preocupar profundamente a todos,
admiradores o no de WikiLeaks.
Instamos al pueblo de Gran Bretaña y Suecia a exigir a sus gobiernos que
respondan algunas preguntas básicas: ¿Por qué las autoridades suecas se
niegan a interrogar al Sr. Assange en Londres? ¿Y por qué ninguno de los dos
gobiernos promete que el Sr. Assange no será extraditado a los Estados
Unidos? Los ciudadanos de Gran Bretaña y Suecia tienen una oportunidad
única para adoptar una postura a favor de la libertad de expresión en nombre del
mundo entero.
Michael Moore y Oliver Stone son cineastas galardonados con los Premios
Oscar.
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