Stephen Miller es un NAZI, y no un llamado “nacionalista blanco”, y muestra lo tarde
que es la hora el hecho de que millones de personas no están en las calles ni
exigiendo su destitución
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Los demócratas no tienen respuestas para la
inmigración…. Pero la revolución sí
La Constitución Para la Nueva
República Socialista en América del Norte toma
la siguiente posición sobre la inmigración: (de la Sección 3, H3)
La Nueva República Socialista en América del Norte tiene la orientación de darle la
bienvenida a los inmigrantes de todo el mundo quienes tengan un deseo sincero
de contribuir a las metas y objetivos de esta República, según lo establecido
en la presente Constitución y en las leyes y políticas que se establezcan y se
promulguen en conformidad con la presente Constitución. A partir del
establecimiento de la Nueva República Socialista en América del Norte,
cualquiera que vive fuera del territorio de esta República que quiera entrar a
su territorio y cualquier persona que desee ser ciudadano o residente
permanente de esta República debe observar las leyes y procedimientos
pertinentes que se hayan establecido sobre la base de la presente Constitución.
Cualquiera que solicite el asilo en esta República y al cual se determine, por
medio de los procedimientos pertinentes que se hayan establecido para este fin,
que ha sido víctima de la persecución o que tiene un temor fundado de
persecución por haber participado en justas luchas contra los estados imperialistas
y reaccionarios u otras fuerzas reaccionarias o por haber realizado actividades
científicas, artísticas o de otro tipo que han causado que entrara en conflicto
con los poderes e instituciones de la reacción, podrá valerse del asilo en la
Nueva República Socialista en América del Norte, siempre y cuando jure observar
la Constitución de esta República y obre en consecuencia. Siempre que no
incurran en ninguna violación seria de las leyes de esta República, las
personas que reciben asilo tienen el derecho de permanecer en el territorio de
esta República por el tiempo que elijan y se les concederá los mismos derechos
que los ciudadanos, a excepción de que, mientras no hayan conseguido la
ciudadanía, no podrán votar en las elecciones ni ser elegidos o nombrados a
cargos públicos. Después de cierto plazo estipulado por ley, tendrán el derecho
a ser ciudadanos de esta República, con los mismos derechos y responsabilidades
que los demás ciudadanos. Se llevará a cabo el proceso de obtener ciudadanía
así como la evaluación del status de asilo de todos aquellos a los cuales se
les otorgue asilo, conforme a las leyes y los procedimientos establecidos para
estos fines.
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20 de noviembre de 2019 | revcom.us
Esta semana, un ex socio del asesor de alto
nivel de la Casa Blanca, Stephen Miller, dio a conocer más de 900 correos
electrónicos racistas escritos por Miller, el cerebro detrás de la política
migratoria de Trump. En estos correos electrónicos Miller se queja de que
estuvieran sacando banderas de la Confederación después de que un supremacista
blanco mató a nueve parroquianos en una iglesia negra. Miller promueve un
artículo que insiste en que el gobierno deje de considerar a los latinos como
víctimas de crímenes de odio y en vez considerarlos perpetradores. Recomienda
artículos en un portal que mantiene que hay razas inferiores y que hay que
suprimir su crecimiento, y otro portal que dice que la “raza blanca” es la
víctima de “genocidio” perpetrado por gente de color y supuestamente ideado por
judíos.
Este cerdo promueve la novela The Camp of the Saints (El campamento de los
santos, 1973) que pinta una Europa y un Estados Unidos abrumados por enormes
hordas de migrantes subhumanos que saquean y violan y terminan en aniquilar a
la “raza” blanca y su “gloriosa” civilización. Al cierre de esta edición, ha
surgido muy poca indignación, y el régimen de Trump no solo lo está
defendiendo, sino que acusa de antisemitas (Miller es judío) a los que siquiera
llamaron atención a esto.
Primero, cualquiera que sea su religión, Miller es un NAZI. Los que lo critican solo por
ser un “nacionalista blanco” ocultan la realidad de su verdadero programa, que
en mínimo es la “limpieza étnica” de migrantes no europeos y ya ha resultado en
el horror de la detención bajo las condiciones subhumanas de campos de
concentración a más de 80.000 migrantes (decenas de miles de estos siendo niños
arrebatados a sus familias). Hay que dejar de usar términos inventados y
suavizados como “nacionalistas blancos” para referirse a sanguinarias y
genocidas personas y fuerzas.
Segundo, el hecho de que estos correos electrónicos han sido dados a conocer no es
ninguna revelación sorpresa. Concuerdan completamente con toda la carrera de
Miller. Sin embargo, años después de que estas políticas se establecieron, y
ahora a pocos días de la revelación de esta porquería NAZI, este cerdo sigue
trabajando como si nada. El hecho de que días después de que se dieron a conocer
estas pruebas irrefutables, no se han dado protestas masivas exigiendo que se
lo bote, solo demuestra el grado en que la gente se ha dejado acostumbrar… lo
cómplice que han llegado a ser.
Tercero, si bien unos politiqueros twitiaron indignados (¡oh, qué valentía!), y la
representante Alexandria Ocasio-Cortez circuló una debil petición pidiendo que
Miller dimita, nadie ha hecho nada real para sacar a este NAZI. Y hasta el 17
de noviembre, solo 80 de los 235 demócratas de la cámara de representantes habían
firmado la petición inefectiva de Ocasio-Cortez, y nadie de la dirigencia
demócrata la ha firmado, como Nancy Pelosi, Adam Schiff, Chuck Schumer, Hakim
Jeffries o Jerry Nadler.
La dirigencia del Partido Demócrata está más que dispuesta a esperar que esto pase
al olvido. No quieren hablar de inmigración porque ellos, al igual que Miller,
representan el mismo sistema de capitalismo-imperialismo, pero con un programa
más refinado. Piénsenlo: Obama fue de hecho el “Deportador en Jefe” y todavía
tiene el récord de deportaciones; Bill Clinton inició la militarización de la
frontera sur, causando miles de muertes al obligar a miles de migrantes a
cruzar en medio del desierto en su odisea a la seguridad añorada: y Nancy
Pelosi encabezó la votación de los demócratas a favor de financiar el muro
fronterizo y los campos de concentración de Trump.
Aun el autoproclamado socialista Bernie Sanders dijo el año pasado:
“[S]i lo que quieres decir es que hay que abrir las fronteras, Dios mío, hay
muchísima pobreza en este mundo, y va a llegar gente de todas partes del mundo.
Y no creo que eso es algo que podemos hacer ahora. No lo podemos hacer”.
Y más recientemente Sanders dijo:
“Necesitamos seguridad de las fronteras, claro que sí. ¿Quién argumenta lo contrario? Eso
huelga decir. Yo creo que hay formas más baratas de hacerlo en lugar de
simplemente construir un muro”.
Estas demócratas no hacen más que fingir y hacer promesas huecas porque no tienen
respuestas y no pueden tenerlas. ¿Por qué? Porque su sistema,
el que defienden y se postulan para “servir y proteger” (y sí, alguien
como el falso “socialista” BS asimismo tendría que servir y protegerlo, si de
alguna manera lograra asumir la presidencia), no tiene respuestas — a no ser
una versión suavizada de las “comunidades encerradas” en contra de los cientos
de millones de personas que este sistema ha saqueado, y que ahora buscan
refugio. Los demócratas hacen mucha bulla de que se oponen a Trump, y unos
hasta prometen que abolirán a ICE —y que no haya confusión, estas políticas
fascistas de Trump llevan lo que ya era intolerable y doloroso en esta
situación a niveles más horrorosos— pero, repetimos, los demócratas no tienen
respuestas alguna.
Dicho sea de paso, la razón por la que no le llaman a cerdos como Miller (ni tampoco
a Trump) lo que en realidad son —NAZIs— es porque si enfrentas esa realidad,
entonces queda claro que un día de poder NAZI es sumamente peligroso y
sumamente intolerable y habría que oponerlo con medidas poderosas, como con
protestas masivas, no violentas, pero absolutamente resueltas, como las que se
ve en muchos otros países cuyos gobernantes son mucho menos peligrosos que el
loco fascista con el dedo sobre el botón nuclear y su pandilla de lunáticos
teócratas cristianos de fin de tiempos como Pence y matones racistas como
Miller. Así que los demócratas le llaman un “nacionalista blanco”, emiten una
declaración de prensa, y cambian el tema para hablar del próximo debate de los
candidatos.
El hecho de que esto es todo lo que ha pasado demuestra lo tarde que es, lo grave
que es la situación, y lo urgente que es que la gente deje de estar de brazos
cruzados y se lance a las calles.
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