La sombra de
Guantánamo se cierne sobre la candidatura de Ron DeSantis
El gobernador de Florida y aspirante a la presidencia de 2024, Ron DeSantis AFP
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Ex detenidos de la base de EE.UU. en Cuba acusan al gobernador de haber asistido a
torturas y ocultar la verdad de un supuesto triple suicidio de presos
Fernando Salinas
EL DEBATE
07/06/2023
Guantánamo parece haberse convertido en la peor pesadilla o en un
estorbo no menor para la carrera a la Casa Blanca de Ron DeSantis.
Antiguos presos le acusan de haber asistido a sesiones de tortura a los presos
y de ocultar las razones de la verdadera muerte de tres reclusos que
supuestamente se ahorcaron en una celda de aislamiento.
El actual gobernador de Florida y adversario en el Partido Republicano a Donald
Trump, lo niega todo y recuerda que durante su paso por la prisión que
permanece en un limbo legal, «todo lo que se hacía en ese momento era, de una
forma u otra, de naturaleza legal».
DeSantis estuvo destinado, como letrado militar en el Cuerpo de Abogados
Generales del Juez, en la base estadounidense de Cuba durante la temporada
que se considera más cruel. Un episodio emblemático dejó huella en un hombre
que pasó de ser abierto a mantener un ostracismo y gesto adusto, después de
conocerse la muerte de tres supuestos miembros de AlQaeda que
estaban confinados y nunca fueron juzgados.
Ali Abdullah Ahmed apareció colgado de una soga, con la boca llena de trapos y atado de pies y manos
Se trata de Ali Abdullah Ahmed, su cuerpo apareció colgado de una
soga, con la boca llena de trapos y atado de pies y manos. El segundo, Mani
Shaman al-Utaybi, de 30 años, fue hallado en la misma posición y el
tercero, de 37 años y yemení, era Yasser Talal al-Zahrani, que tenía 17
años cuando fue capturado y 22 cuando murió en el hospital tras ser
descolgado por oficiales.
Lo que tenían en común, como publica The Guardian, es que todos
participaron en una huelga de hambre multitudinaria en
Guantánamo y los trasladaron al llamado bloque Alfa de máxima
seguridad y aislamiento del que saldrían con los pies por delante.
Sus quejas tenían que ver con las condiciones carcelarias y la alimentación. DeSantis,
como admiten sus superiores, tenía que ocuparse de vigilar que estas fueran
aceptables y recabar testimonios de los detenidos. En lugar de esto, según los
reproches de soldados estadounidenses que coincidieron con él, utilizaba sus
confidencias para trasladarlas al alto mando y que estos les «presionaran».
El 9 de junio
De acuerdo al testimonio de los testigos, aquella desgraciada noche del 9
de junio de 2006, llegaron el almirante Harry Harris, el
comandante de la base, el coronel Michael Bumgarner, jefe del
completo penitenciario y más tarde un joven abogado militar de 27 años: Ron DeSantis.
Tras la muerte de estos detenidos, a DeSantis le encargaron que investigara lo
sucedido. Su superior, el capitán Patrick McCarthy, declaró:
«No puedo decirle específicamente lo que hizo» pero debía estar «involucrado en
facilitar el acceso al caso, tratando de asegurarse de que la información
privilegiada no desapareciera».
Ahmed Abdel Aziz dijo que reconoció a DeSantis cuando
este se hizo famoso como gobernador de Florida. «DeSantis y su grupo llevaban
la investigación» que nunca aclaró cómo murieron los tres presos. Lo que el
actual gobernador vio, escuchó y las pruebas que pudo recabar, podrían ser
definitivas ahora para saber la verdad de lo sucedido.
McCarthy, que posteriormente sería embajador de EE.UU. en Seúl, aseguró que se trató de
un triple suicidio. La investigación de la que participó DeSantis coincidió con
la versión oficial.
Tardaron en elaborar el informe y las conclusiones 11 días, pero solo se hicieron
públicas dos años más tarde. Aquel informe, observa The Guardian, estaba
lleno de contradicciones y le faltaban varias páginas.
Aunque los tres «suicidas» ocupaban celdas individuales separadas entre sí por una
vacía, el informe aseguró que se pusieron de acuerdo para su suicidio. La
explicación resulta poco verosímil ya que tendrían que haberse atado ellos los
pies y las manos y meterse los trapos en la boca, además de colgarse.
¿Cómo pueden morir hombres encerrados en una celda y custodiados por cinco soldados?
El diario británico menciona la opinión de Mark Denbeaux, profesor de
la facultad de Derecho de Seton Hall que hizo los análisis
forenses de los tres cuerpos. «Cualquier JAG (cuerpo al que pertenecía DeSantis)
querría saber cómo pueden morir hombres mientras están encerrados en una celda
custodiados por cinco soldados y cómo pudieron haber estado colgados el tiempo
suficiente para el rigor mortis y con un trapo metido en la garganta».
Cartas de sucidio
En el informe también se mencionó la existencia de supuestas «cartas de suicidio»,
pero estas jamás se mostraron ni analizaron para comprobar si la letra
pertenecía a los reclusos o tenía guardia huellas dactilares.
El FBI no quería denunciarlo porque se trataba de un sitio negro de la CIA
Joseph Hickman Sargento de guardia
Aquella noche el sargento de guardia era Joseph Hickman que esperó a
2009 para dejar el Ejército y acudir a denunciar los hechos. Barak Obama ya era presidente de Estados Unidos. «El departamento de
Justicia lo dejó en el olvido. El FBI no quería denunciarlo porque se trataba
de un sitio negro de la CIA», como se conocía a un sector de Guantánamo donde
agentes del servicio de Inteligencia sometían a interrogatorios
brutales a los presos.
«Asesinato en Camp Delta»
Decepcionado, junto a otros tres soldados, recurrieron a la prensa a través de un
abogado, Scott Horton que escribió un artículo para la
revista Harpers en marzo de 2010. Cinco años más tarde, el
propio Hickman escribiría Asesinato en Camp Delta, un libro en
el que detalla los acontecimientos. «Estuvo allí bastante tiempo [DeSantis]. Lo
veía trotar. Era muy atlético y muy guapo y todas las chicas de la Armada le
querían», aseguró.
Siempre estaba sonriendo, decía OK a todo, pero se volvió silencioso. Dejo de tener un
rostro compasivo
Aziz, preso de Guantánamo, sobre DeSantis
Aziz, un recluso que recupero la libertad, recordó a DeSantis:
«Siempre estaba sonriendo, decía OK a todo. Estamos par asegurarnos de que todo
vaya bien y las cosas estén en orden» y encaso contrario, añadía, «lo
investigaremos». Pero todo cambió después de los «tres suicidios». «Se
volvió silencioso. Dejo de tener un rostro compasivo».
Un coronel y DeSantis, se miraban uno al otro y sólo sonreían [mientras le
torturaban]
Mansoor Adayfi, antiguo preso yemení de Guantánamo
Mansoor Adayfi, un yemení que también pasó por Guantánamo,
señaló directamente a DeSantis como testigo mudo de sus torturas cuando
realizaba una huelga de hambre. «Había un coronel y DeSantis, se miraban uno al
otro y sólo sonreían» mientras les tenían atados a una silla, les
metía bebidas por la boca a la fuerza etc. «Podías respirar pero no te
podías mover». En un momento, según su testimonio, DeSantis se le acercó
para convencerle de que renunciara a la huelga de hambre y él,
involuntariamente, le vomitó encima.
El gobernador de Florida, preguntad por este asunto, respondió: «De verdad usted
cree que eso es verosímil? En 2006 yo era un oficial subalterno. ¿De verdad
crees que me habrían recordado? Por supuesto que no. Sólo están tratando de
aparecer en las noticias porque saben que la gente como usted las consumiría,
porque se ajusta a su narrativa predeterminada».
Puede haber habido un comandante que habría alimentado si alguien iba a morir, pero
eso no era algo para lo que yo hubiera tenido la autoridad de hacer”.
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