Sobrevivientes de los campos de concentración de Estados Unidos durante la
Segunda Guerra Mundial protestan contra los campos para los hijos de
migrantes
26 de junio de 2019 | revcom.us
Nota de la redacción: El pasado fin de semana, un miembro del
personal de Libros Revolución-Berkeley y un miembro de la Gira Nacional
“Revolución” atravesaron gran parte de Estados Unidos por coche hasta Lawton,
Oklahoma, donde se organizó una protesta en frente de la tristemente célebre
base militar, el fuerte Sill. Hace poco Trump anunció que en esta base militar
histórica que se ha utilizado para internar a amerindios, japonés-americanos y
niños de migrantes pronto se encerrarán a 1.400 niños de migrantes detrás de
alambre de púas. Recibimos esta correspondencia del miembro de la Gira
“Revolución”.
Protest held today of 200+ ppl to Trump's announcement to
imprison 1,400 immigrant children at #FortSill
-- as part of a larger genocidal assault #CloseTheCamps
Chizu Omori making a statement while military cops try to stop it #thread
1/7 pic.twitter.com/wBF6wHp2Qv — ★
Revolution Books ★ (@RevolutionBksB) June
22, 2019
Libros Revolución-Berkeley
La protesta que se celebró hoy de 200+ personas contra la
declaración de Trump de que va a encarcelar a 1.400 niños de migrantes en el
fuerte Sill como parte de un ataque genocida más grande. Cierren los campos.
Chizu Omori hace una declaración mientras unos policías
militares intentan detenerla.
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Apache Indians whose ancestors, including Geronimo, were also
interned there. Indian children were separated from their families & forced
into boarding schools where their identity and culture was ripped from them. 3/7
pic.twitter.com/fK27iLZzFz — ★
Revolution Books ★ (@RevolutionBksB) June
22, 2019
Libros Revolución-Berkeley
Unos indígenas apache cuyos antepasados, entre ellos
Gerónimo, fueron internados ahí. Los niños indígenas fueron separados de sus
familias y obligados a vivir en escuelas internadas donde les quitaron su
identidad y cultura.
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Unos japonés-americanos acudieron de todo Estados Unidos para protestar
contra el plan de Trump de usar el fuerte Sill para encerrar a los niños de
migrantes. La protesta se organizó en unas dos semanas. Entre los manifestantes
había sobrevivientes de las redadas e internamiento en masa de
japonés-americanos durante la Segunda Guerra Mundial. (Lea la historia de este
Crimen
Yanqui, durante el cual Estados Unidos trasladó a la fuerza a 120.000
personas de ascendencia japonesa a campos de concentración). Una de los
manifestantes, Chizu Omori, de 89 años de edad, estaba en los campos de
concentración cuando tenía de 12 a 15 años de edad. Dijo: “Pasé tres años y
medio en Poston en Arizona, un campo de concentración estadounidense durante la
Segunda Guerra Mundial. Y estoy aquí para dar testimonio sobre el escándalo del
sistema de justicia estadounidense con la política de separación de familias que
está arruinando la vida de estos niños. Estoy muy encabronada ante la política
del gobierno de separar a madres y padres de sus hijos, y nosotros la gente
tenemos que ponernos de pie y protestar contra esto”.
Otros sobrevivientes también alzaron la voz en una conferencia de prensa en
frente de la base militar para contar sus historias y condenar a Estados Unidos
por continuar el legado que se remonta al genocidio de los pueblos indígenas y
la esclavización de los negros. Aunque la policía militar les ladraba órdenes en
sus narices, los sobrevivientes dejaron en claro que la única forma en que iban
a irse fue con las esposas puestas, y la policía militar se vio obligada a dar
marcha atrás.
Muchos de los organizadores hablaron sobre qué tanto tuvieron que nadar
contra el corriente para organizar esta protesta. Durante décadas, nadie contó
la historia de lo que sucedió en los campos de concentración y existe una
cultura en la comunidad japonesa de no hacer olas. Incluso hay una expresión
para ello, “shikata ga nai”. Pero muchas personas de esta comunidad sentían una
urgencia y una obligación de alzar la voz y actuar en contra de estos crímenes
contra la humanidad. Algunos reconocieron que esto era una continuación de la
historia de Estados Unidos y conectaron estos crímenes con los crímenes de este
país desde su fundación. Reconocieron la autoridad moral que tenían y la usaron
para hablar en nombre de aquellos que no pueden hacerse oír.
En un clima político donde tan pocos están actuando de maneras que están a la
altura de la emergencia que enfrentamos con un régimen FASCISTA en el poder,
este fue un momento increíblemente importante. Y estos japonés-americanos no
estaban solos. Asistieron unas 300 personas de muchas nacionalidades y orígenes
sociales.
Los amerindios contaron que en 1894, 342 indígenas apaches, entre ellos el
guerrero Gerónimo, fueron internados durante más de una década en el fuerte
Sill. Contaron que sus madres y padres fueron obligados a vivir en escuelas
internadas. Algunos latinos y activistas de los derechos de los inmigrantes
también participaron, así como blancos, tanto liberales mayores como radicales
de edad universitaria.
Cuando les preguntamos lo que consideraban que era lo que impedía que la
gente llenara las calles y se opusiera a estas horrendas atrocidades, nadie
creyó que el miedo fuera la razón esencial. Una persona opinaba que se debía a
que la gente ha recibido un adoctrinamiento de modo que vote como la única
solución a los problemas. Otro opinaba que la gente no entendía el alcance de lo
que estaba sucediendo. Otro opinaba que el problema parece tan grande y tan
falto de esperanza que la gente evita el problema para meterse en el Juego
de tronos y otras distracciones. Le pregunté a un grupo de tres mujeres
jóvenes qué pensaron de la estrategia de Rechazar el Fascismo de movilizar
protestas tan sostenidas, no violentas y masivas que el régimen de Trump y Pence
sea sacado del poder, y me respondieron que las personas no tienen la habilidad
organizativa para lograr algo así. Por otro lado, una joven pensó que sí
hay personas que actuarían en torno a esta demanda y estrategia si se
programara una fecha específica para comenzar.
Encontramos una curiosidad y una receptividad para la revolución real entre
los manifestantes, quienes en su mayoría se consideraban progresistas,
demócratas o en el campo de los Socialistas Democráticos de América.
Distribuimos ampliamente el
desplegado de 5-2-6, y varias personas se nos acercaron para pedir un
ejemplar tras ver a otros leyéndolo. Olas de jóvenes y otros se acercaron a
nuestra mesa, unos seis de los cuales se consideraban marxistas o socialistas de
una u otra variedad. Algunos habían oído hablar de Bob Avakian, por ejemplo una
persona que estaba leyendo algo de él. Otra persona dijo que había leído que Bob
Avakian y el Partido Comunista Revolucionario iban a viajar por todo Estados
Unidos para difundir la revolución, ¡y aquí nos encontró a nosotros! Otros
estaban muy interesados de que habíamos atravesado el país en coche para llevar
la revolución a Oklahoma. La mayoría de ellos que habían oído hablar de BA
habían escuchado una calumnia u otra en su contra, pero esto no los disuadió y
expresaron interés en conocer acerca de él para sí mismos. Vendimos tres
ejemplares de Lo
BAsico y uno de la Constitución
para la Nueva República Socialista en América del Norte, de la autoría
de Bob Avakian. Desarrollamos lazos con personas de todo Oklahoma que querían
que la Gira visitara su ciudad e hiciera una presentación a sus amigos y
organizaciones. Al escribir esto, estamos en camino a reunirnos con un grupo de
personas que están interesadas en la revolución.
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