Una carta abierta a los signatorios del desplegado “¿Es esto
Estados Unidos?” en el New York
Times
SÍ, esto ES Estados Unidos de América... Y tenemos que
superar eso en pro de los intereses de la humanidad
23 de diciembre de 2015 | Periódico Revolución |
revcom.us
El 10 de diciembre, el New York Times publicó un desplegado a toda
página, con el encabezado “¿ES ESTO ESTADOS UNIDOS?” y, como fondo, una imagen
grande de la bandera estadounidense a media asta. El desplegado denuncia:
“SURGE EN ESTADOS UNIDOS UNA OLEADA PELIGROSA DE ODIO, VIOLENCIA Y SOSPECHAS,
YA SEA CONTRA LOS ÁRABE-ESTADOUNIDENSES Y ESTADOUNIDENSES MUSULMANES, LAS
MUJERES Y LOS LUGARES DONDE BUSCAMOS ATENCIÓN MÉDICA, LOS NEGROS, LOS
INMIGRANTES Y LOS REFUGIADOS, O CONTRA GENTE QUE SIMPLEMENTE LLEVA SU VIDA
COTIDIANA” (véase el desplegado aquí).
El desplegado expresa sentimientos que en su mayoría son buenos y los
firmantes tienen motivos mayormente positivos. Pero este mensaje viene envuelto,
en su diseño y su ideología, en “Estados Unidos” y la bandera estadounidense, un
conjunto que, aparte de no ser bueno, llevará en realidad por un camino
opuesto al de vencer esas formas de odio y violencia.
Después de todo, ¿qué es Estados Unidos?
Estados Unidos y la “vida como se la vive en Estados Unidos” se construyeron
sobre tierras robadas mediante el genocidio de los pueblos indígenas y a cuestas
de los esclavos secuestrados de África. Sobrevive por medio de una despiadada
explotación. Lo defiende un ejército masivo que causa estragos y siembra el caos
en lugares que le son familiares y en lugares que probablemente le son
desconocidos.
En Lo BAsico, Bob Avakian habla de cómo se construyó
Estados Unidos:
Bueno, por supuesto, la esclavitud no fue el único factor que desempeñó un
papel importante en el surgimiento de los Estados Unidos como potencia mundial,
cuya fuerza económica subyace a su enorme fuerza militar. Un factor histórico
importante en todo esto fue el robo de territorio, a escala masiva, de México
así como de los pueblos indígenas. Pero, a su vez, gran parte de esta conquista
de territorio fue, por un largo período de tiempo hasta la guerra de Secesión,
en gran medida para ampliar el sistema esclavista. “Recuerda El Álamo”, nos
dicen siempre. Bueno, muchos de los “héroes” de El Álamo fueron cazadores y
traficantes de esclavos...Y extender el sistema esclavista fue uno de los
objetivos principales de la guerra con México, aunque la guerra también condujo
a la expansión hacia el oeste del sistema capitalista en desarrollo centrado en
el norte de Estados Unidos. (Lo BAsico 1:2)
Los gobernantes de Estados Unidos dirigen una sociedad en que usar la
horrible violencia deshumanizante ha sido la norma contra los negros, otras
personas de color y las mujeres, desde la fundación del país y hasta la
actualidad; esto ha cambiado solo en su forma y no en esencia. La “tranquilidad
nacional” se refuerza mediante las fuerzas policiales más colosales y más
militarizadas del mundo y un sistema penitenciario sin igual en la historia. Los
héroes de Estados Unidos son genocidas asesinos de indígenas, dueños de esclavos
y criminales de guerra. A la luz de todo eso, ¿es de extrañarse que ideas y
valores que reflejan el privilegio y el parasitismo estén tan arraigados en la
psiquis del “pueblo estadounidense”, y que esas ideas y valores tomen una forma
violenta una y otra vez?
El llamado de la clase dominante a que la gente se identifique con ella y
sus intereses, como “estadounidenses”, se basa en mentiras acerca
de lo que Estados Unidos le trae al mundo. La clase dominante dice que trae la
democracia y la libertad al mundo, pero lo que trae son maquiladoras, ciudades
miseria, aviones no tripulados (“drones”) y regímenes brutales que refuerzan
todo el arreglo.
El llamado a identificarse con “Estados Unidos” también se basa en los
sobornos y privilegios dados a ciertos sectores de la población estadounidense:
un nivel de vida más alto, el derecho de postear quejas en Facebook o, para
algunos sectores, de celebrar protestas legales... en ciertas ocasiones.
Pese a que todo eso está bajo ataque, grandes sectores de la sociedad
tienen la idea de que los estadounidenses merecen y tienen un derecho a los
beneficios extras derivados de vivir en un país que está en la cima de un mundo
de explotación. ¿Qué es tan “excepcional” en eso? Nada, ¡por lo menos nada
bueno! ¿Qué es tan maravilloso de vivir en una sociedad de desigualdades
brutales, donde el pez grande se come el pez pequeño, y cada cosa y cada persona
se evalúan como mercancía? Representa la verdad y es una postura moral esencial
decir que la vida de los estadounidenses no es más importante que la de
la gente de otros países.
En la actualidad, es muy cierto que los gobernantes de Estados
Unidos orquestan esta fea intolerancia violenta. Lo hacen en estos momentos
cuando confrontan desafíos de parte de sus rivales y otras fuerzas reaccionarias
en el plano internacional, y profundas contradicciones sociales, conflictos y el
potencial de nuevos conflictos dentro de su territorio nacional. Lo hacen con
llamados asquerosísimos al patriotismo. Pero, una persona que tiene alguna idea
de lo que Estados Unidos le hace a la gente a nivel nacional e internacional,
una persona capaz de distinguir el bien del mal, ¿por qué se identificaría con
“Estados Unidos” en modo o forma alguna?
Si usted sinceramente QUIERE ver un cambio verdadero, no se meta en el
Partido Demócrata, el cual básicamente auspició este desplegado por medio de su
brazo “MoveOn”, y que hasta el día de hoy ha contribuido su “parte”, y más, del
“odio, violencia y sospechas” condenados en el desplegado. Sus candidatos, entre
ellos Hillary Clinton y Bernie Sanders, nos dirán que representan la
posición de “Estados Unidos número uno”. Los gobernantes de Estados Unidos y
todos los políticos y su maquinaria propagandística hacen correr la
mentira de que las guerras estadounidenses se libran para “mantener seguros a
los estadounidenses”. Omiten por completo y encubren el hecho de que
Estados Unidos aterroriza gran parte del planeta con bombas, drones y
torturadores.
He aquí una dura verdad:
Si se procura convertir a los demócratas en algo que no son y nunca serán,
uno termina por convertirse en lo que los demócratas en realidad
son.
(Lo BAsico 3:12)
La salida de esta locura es una revolución que dará luz a un estado de un
tipo totalmente distinto, uno que renunciará, desde el primer día, las
guerras por imperio; uno que creará una sociedad en que la gente aprende a
identificarse como ciudadanos del mundo en lugar de aspirar a señorear
sobre el mundo. Una sociedad que dará pasos inmediatos para poner fin a
la opresión de los que han sido perseguidos bajo este sistema actual, comenzando
con un fin inmediato al terror y asesinato a manos de la policía. Una sociedad
en que los inmigrantes serán bienvenidos como seres humanos, y las mujeres
tendrán el derecho al aborto sanitario y legal, mientras se dará prioridad a
aumentar su acceso a estos en gran medida. Sobre todo, el estado y la sociedad
se dedicarán a alcanzar un mundo libre de explotación y opresión de cualquier
tipo.
Existen las bases para tal revolución en el mundo actual. Pero hacer una
revolución concreta, una revolución que valga la pena en un país como
Estados Unidos, es un reto sumamente difícil. Requiere una dirección que tenga
valentía, determinación y ciencia. Por eso es tan crucial que tenemos
la dirección de Bob Avakian, y del partido que él dirige, el Partido Comunista
Revolucionario. Como decimos en nuestro sitio web: “Por Bob Avakian y el trabajo
que ha hecho durante varias décadas, de sintetizar las experiencias positivas y
negativas de la revolución comunista hasta hoy y de aprender de una amplia gama
de experiencias de la humanidad, se ha desarrollado una nueva síntesis del
comunismo — existen en realidad una visión y estrategia viables para una
sociedad y un mundo radicalmente nuevos y mucho mejores, y existe la dirección
crucial que se necesita para hacer avanzar la lucha hacia ese objetivo”.
Cada persona con una conciencia de hecho tiene que ponerse de pie en
oposición a la fea oleada peligrosa de odio, violencia y sospechas que surge en
Estados Unidos. Y seguir investigando por qué Estados Unidos REQUIERE
la intolerancia y el odio para funcionar... y confrontar honestamente qué hay
que hacer en verdad para acabar con esto de raíz. Como un punto de partida
básico: ¡Deje de pensar como estadounidense, empiece a pensar en la
humanidad!
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