Todo esto me ha dejado vergonzosamente privada de
sensibilidad
29 de julio de 2010 Cindy Sheehan
Traducido del inglés por El Mundo No Puede Esperar 22 de agosto de
2010
Me encuentro privada de sensibilidad, creo.
Desde que el Complejo Industrial Militar corporativo de EE.UU. me obligó a
adentrarme en el Mundo de las Conscientes después del asesinato de mi hijo en
Irak, me parece que las noticias en una rutina diaria recién están
agrediéndome.
Me quedo privada de sensibilidad, creo, a raíz de verme abusada por este
Imperio con regularidad desde hace años. Me encuentro en este estado de ánimo,
creo, porque una se agota por cuidar tan profundamente cuando tantos ciudadanos
de su comunidad nacional (a excepción del lector/a) apenas sí saben que estamos
en guerra, por no hablar de que vivimos en un imperio asesino.
El viernes, el 23 de julio, cuando en California estábamos esperando el
nacimiento de mi nuevo nieto, 52 civiles afganos/as fallecieron masacradas a
manos de fuerzas de EE.UU. y la OTAN (que son iguales).
Me encuentro privada de sensibilidad, creo, porque 52 personas—que se
mantienen según un imperativo existencial exactamente igual a él (si no más) de
mis nietos y sus nietos, mis hijos y sus hijos, y tú y yo; que viven en una zona
de guerra impuesta sobre ellos por el Imperio, que se basa en mentiras y actúa
exclusivamente con fines de lucro—estaban vivas y ahora están muertas.
Me encuentro privada de sensibilidad porque sus muertes no me hacen sentir
más segura. Me hacen sentir que mi existencia es incierta, y mi insensibilidad
se manifiesta como un mecanismo de defensa en contra de lo que es para mí nada
más que un informe noticioso. La vida y muerte, sin embargo, a millones de gente
que están diariamente en peligro a causa de que el Imperio en que vivo es algo
de asco y que la mayoría de gente que reside aquí simplemente no se preocupa de
ello. Ya me encuentro privada de sensibilidad—no por un exceso de malas
noticias, sin embargo, sino por la persistente influencia narcótica de la
television, el consumismo o el intento simplemente de sobrevivir en este Imperio
en donde los perros más grandes se comen a los más pequeños.
Me encuentro privada de sensibilidad, creo, porque Wikileaks publicó más de
91.000 documentos filtrados que se ocupan de las operaciones cotidianas en
Afganistán que exponen en detalle crímenes de guerra, algunos evidentes y otros
ocultos. Al igual que con el vídeo "Collateral Damage" [daño colateral]
previamente estrenado—¿aprendió alguien que ha estado prestando atención algo
nuevo?, y ¿desarrolló de repente alguien que no estaba prestando atención
cualquier capacidad por mostrar la compasión? Lo dudo—así que me quedo privada
de sensibilidad, creo.
Me encuentro privada de sensibilidad, creo, porque mucha gente eligió a un
régimen de "cambio" que ha resultado ser un régimen de "status quo", y muchas de
las personas que votaron por el Cambiador en Jefe se han convertido en
renacidos/as "cheerleaders" [porristas, o animadores] para la guerra. El
movimiento anti-Decidor en Jefe ha decaído casi por completo. El hecho de que el
"Cambiador" no es diferente o mejor que el "Decidor" no es lo que me ha
atontado—es el respaldo irracional para el Cambiador que me haría darme una
patada al suelo en un gesto de asco si no fuera por la sensación de
insensibilidad.
En mi interior hay la Cindy que protesta furiosamente contra la aprobación
por el Congreso Democrática del reciente proyecto de ley para financiar la
guerra, pero aun así no me hago estallar; estoy exteriormente tranquila. Hay que
estar dentro de ahí la Cindy cabreada, o yo no estaría escribiendo este
artículo—pero la retórica que he escrito cientos de veces me está dando la
sensación de "cuando tú vas yo vuelvo". Bueno, me encuentro privada de
sensibilidad, creo, porque he visitado este tema continuamente, y no están
logrando nada esas palabras. ¿Cuántas palabras existen para el muerte, el
asesinato, la destrucción, la masacre, el hambre, el capitalismo rapaz, la
guerra, el lucro de guerra, codicioso, crímenes de guerra ilegal, inmoral, y
cruel, violación, pillaje, saqueo—hasta el hastío!
Vivimos en un imperio que, sin pestañear, asesina a decenas de personas en
una base diaria aun antes de que tomo mi primera taza de café y que
constantemente desatiende las necesidades fundamentales de sus propios
ciudadanos/as. Sin embargo, sus ciudadanos/as están silenciosas y apáticas, y
son cómplices sustanciales en estes crímenes— los esclavos al Imperio y de
él.
Me encuentro privada de sensibilidad, creo.
La insensibilidad en mí se reforza cuando oigo que los EE.UU. está
intensificando las hostilidades contra Venezuela, Corea del Norte e Irán.
¿Cuándo se enfrentan a la realidad los partidarios/as del Cambiador?
Pronto, espero (con el riesgo de la utilización de la palabra 'cambiador')
porque esta sensación de insensibilidad no es saludable y tan torcida como el
apoyo real e hipócrita para el Imperio, dependiendo de quien habita la Casa
Blanca.
Me encuentro privada de sensibilidad, creo yo, pero la Cindy que arde de
pasión por la justicia y la paz está todavía dentro de mí, y estoy seguro de que
volverá a aparecer en algún momento.
Dentro de poco, espero.
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