Una senadora de EEUU pide reactivar la liberación
de presos de Guantánamo
Ante la grave situación que se vive en el penal, Dianne Feinstein reclama que
se transfiera a sus países a los reos con visto bueno de la Administración
Yolanda Monge 26 de abril de 2013
Con más de la mitad de los presos del centro de detención en
huelga de hambre –94 de los 166 existentes-, la senadora demócrata Dianne
Feinstein ha pedido a la Casa Blanca que se reanude el proceso de transferencia
y liberación de 86 reos que hace más de tres años que cuentan con el visto bueno
de la Administración para regresar a sus países. De esos 86 presos, 56 son de
Yemen, país hacia el que el presidente Barack Obama ha frenado futuras
transferencias después del intento de atentado el día de navidad de 2009 por
parte de un yemení y la base de Al Qaeda en ese país asiático frente al cuerno
de África.
“El hecho de que muchos detenidos hayan pasado más de una década en
Guantánamo y crean que no hay luz al final del túnel para ellos es una razón más
para los crecientes problemas y los cada vez más y más reclusos en
huelga de hambre”, ha escrito Feinstein en una carta dirigida a Tom Donilon,
consejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca.
La huelga de hambre se inició el pasado 6 de febrero con más
de una veintena de seguidores que protestaban porque se les había confiscado
fotos y correspondencia al registrar sus celdas y que durante esos registros los
soldados dieron un trato irrespetuoso a sus copias del Corán. Pero la
frustración y la sensación de abandono que se ha instalado en esos hombres es lo
que subyace detrás de una protesta que ha provocado problemas de disciplina y la
intervención de los militares para reprimir conatos de rebelión.
La senadora ha recordado a la Casa Blanca que tras su visita al penal militar
de Guantánamo a principios de este mes, el Comité Internacional de la Cruz Roja
indicó que la desesperación entre los detenidos “no tiene precedentes”. Un
portavoz de la base naval en territorio cubano ha confirmado hoy que hay 94 reclusos que se niegan a comer y que 17 de ellos están
siendo alimentados a través de vías por la nariz para evitar su
deshidratación y peligrosa pérdida de peso.
Un portavoz de la base naval en territorio cubano ha confirmado que hay 94
reclusos que se niegan a comer y que 17 de ellos están siendo alimentados a
través de vías por la nariz
Feinstein recuerda en su carta al consejero de seguridad de Obama que cuando
sucedió el intento de atentado el día de Navidad ella misma pidió al presidente
que se paralizaran las transferencias “hasta que la situación en Yemen se
estabilizase”. Sin embargo, la senadora –presidenta del Comité de Inteligencia
de la Cámara Alta- considera que ha llegado el momento de examinar si el
presidente yemení, Abdu Rabbu Mansur Hadi –declarado enemigo de Al Qaeda desde
que llegó al poder el año pasado- puede garantizar que “los 56 yemenís que
tienen carta blanca para ser transferidos” no serán un peligro para la seguridad
y proceder a su traslado desde Guantánamo.
Cuando llegó a la Casa Blanca, Obama prometió que cerraría la prisión y
acabaría con “la mancha de Guantánamo”, como denomina hoy al centro de detención
un editorial del diario The New York Times. Pero meses después, el presidente daba marcha atrás y reinstauraba las comisiones
militares y las detenciones sin juicio después de distintos reveses en el
Congreso que han bloqueado cualquier intento de que los presos sean encerrados
en cárceles de EEUU o liberados a sus países.
La Casa Blanca no ha contestado todavía a la carta de la senadora Feinstein
–que ha sido respaldada por Amnistía Internacional y Human Rights First- pero
durante la rueda de prensa de hoy, el portavoz de Obama ha declarado a preguntas
de los reporteros sobre la iniciativa de la senadora que el presidente sigue
"muy de cerca lo que sucede en el penal". Jay Carney ha insistido en que la Casa
Blanca está comprometida a cerrar Guantánamo, un mantra que se repite desde hace
años por la Administración pero sin resultados.
“Los legisladores están actuando acorde a su mejor juicio y nosotros
consideramos que hay un proceso en marcha pero hasta ahora, el principal
obstáculo para cerrar el centro está en el Congreso”, ha recordado Carney.
Tras su reelección el año pasado, Obama no hizo mención a Guantánamo ni es su
discurso inaugural de enero ni en el del estado de la Unión en febrero, que fue
visto por algunos presos de Guantánamo por televisión. Además, en enero, la
oficina del Departamento de Estado encargada de la reubicación de los presos de
Guantánamo fue cerrada. Dan Fried, cuyo trabajo era transferir a esos presos fue
asignado por la Casa Blanca a un nuevo destino en el extranjero. Fried no ha
sido reemplazado ni parece que vaya a serlo en un tiempo cercano.
El año pasado en septiembre, un preso yemení de 36 años, Adnan Latif,
presumiblemente se suicidaba tras pasar casi 11 años en la prisión y después de
que un juez dictara su libertad en 2010. Hasta su muerte, Latif llevó a cabo
varias huelgas de hambre.
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