Se desestiman los cargos contra 7 manifestantes
anti-reclutamiento
04 Noviembre de 2009 Elaine Brower
El lunes, 2 de noviembre, siete acusados, acompañados por testigos oculares y
amigos, se presentaron en la Corte Municipal de Filadelfia para un juicio a raíz
de los arrestos del 2 de mayo de este año en el “Centro de Experiencia Militar”
[AEC, según sus siglas en inglés].
Los cargos contra nosotros se originaron en nuestra participación en una
había comenzado en la Iglesia de St. Stevens y continuado con una marcha
enérgica y estridente al centro comercial Franklin Mills donde se ubica el
“AEC”. “Escoltados” por la policía de la División de Asuntos Civiles de
Filadelfia y unos policías locales, cientos de personas nos juntamos a la salida
del centro de videojuegos violentos, que tiene como misión el reclutamiento
militar de preadolescentes, para expresar nuestra disconformidad con su
presencia.
Los cientos reunidos allí gritaban y coreaban “¡CIERREN EL AEC!” y “¡LA
GUERRA NO ES UN JUEGO!” mientras se empeñaban en impedir que ninguno de los más
chicos tratara de entrar al centro para jugar a juegos de guerra pagados por
nuestros impuestos. La ironía es que aquellos de nosotros que fuimos arrestados
estábamos llevando a cabo una vigilia silenciosa frente al AEC portando máscaras
de muerte, vestidos totalmente de negro, y colgando de nuestros cuellos los
nombres de soldados e iraquíes muertos desde la invasión ilegal e inmoral a ese
país.
Los oficiales de la División de Asuntos Civiles estaban entre nosotros y
observaban. Por supuesto, la policía nos filmaba y fotografiaba durante toda una
hora, el tiempo que duró nuestra manifestación. Alrededor de 10 de nosotros
estábamos en vigilia silenciosa de cara al resto de la gente en el centro
comercial, de espaldas a la policía y al AEC. Supongo que la policía decidió que
habíamos alcanzado los límites de nuestro tiempo de libertad de expresión,
porque luego anunció que iba a comenzar los arrestos.
El capitán al mando se colocó entre la multitud que gritaba y señaló
directamente a nosotros diciendo: “¡Vamos a comenzar con ellos!”
Estuvimos todo el tiempo tranquilos y silenciosos, mientras cientos de
personas cantaban, tocaban tambores, gritaban, portaban pancartas y hacían
ruido. Asuntos Civiles a agarrarnos por los brazos y detener nos uno por uno. En
total arrestaron a 6 personas que hacían vigilia y a otra persona que
simplemente preguntó: “¿Por qué los están deteniendo, si no están haciendo
nada?” Lo arrestaron al instante por hacer una pregunta.
Pasamos casi 6 horas en una celda acusados de conducta desordenada, gritar,
chillar, perturbar la paz en el centro comercial y portar pancartas. ¿Eh? ¿Te
extraña? Bien, así es como nos sentimos nosotros y ¡eso exactamente fue lo que
nuestro abogado defensor muy hábil expuso en la corte!
Nuestro abogado anunció, tan pronto como el secretario judicial pronunciara
nuestros nombres, que estábamos “listos para ir a juicio”. El fiscal dijo que su
testigo, el capitán Fisher de la División de Asuntos Civiles de Filadelfia, que
era la persona al mando de los arrestos, estaba de vacaciones y que por eso no
tenía otros testigos para presentar. Así que el juez preguntó qué tenía
preparado la defensa. “Su señoría, estamos preparados para continuar. Tenemos
casi 15 testigos oculares que presentar, como sabe el fiscal, y todos los
acusados están presentes”.
“Estamos preparados para afrontar los cargos ya que los acusados estaban
llevando a cabo una “vigilia silenciosa” frente al local, sin bloquear la
entrada, y fueron arrestados de forma indebida mientras se expresaban de acuerdo
a sus derechos de Primera Enmienda, como los testigos oculares afirmarán y como
también se verá en el video que presentaré a la corte”. Y así continuó. El
fiscal no sólo se quedó perplejo, sino molesto. El juez le preguntó como le
gustaría proceder y dijo “para que quede registro, no nos opondremos a
desestimar el caso.” “¡Desestimado!”, dijo el juez. “¡Bien!” dijimos nosotros.
¡Hurra para nosotros!
Yo estaba sentada en la fila justo detrás de los abogados y alcancé a oír a
uno de los fiscales preguntar: “¿Es este el lugar del ejército en el centro
comercial? Ah sí, he oído algo sobre eso”.
Después de 8 meses de campaña contra el “Centro de Experiencia Militar”, los
activistas no sólo ganamos el caso en parte porque mantuvimos que éramos
inocentes, que teníamos el derecho a la libertad de expresión y el derecho de
asamblea, sino que le dimos mala fama al AEC para que los demás puedan ver por
sí mismos el escándalo que significa atraer a preadolescentes a los centros de
reclutamiento militar ofreciéndoles jugar gratis a los videojuegos más violentos
que hay.
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