Ante el lastre de la impunidad, hay familias que buscan justicia fuera de España
Robo de bebés en el franquismo: madres que mueren sin
llegar a la verdad
La investigadora Carolina Escudero analiza el plan sistemático de robo de niños desde 1940 hasta avanzada la democracia
española y la hendija que recién se abrió para juzgar ese crimen. Señala
que se silenció a las mujeres con medicación y manipulación.
Sonia Santoro
Página|12
03 de julio de 2020
Carolina Escudero y Baltasar Garzón.
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A mediados de junio el Tribunal Supremo español dejó abierta la puerta a la investigación de los casos
de bebés robados en España desde la dictadura franquista hasta avanzada la
democracia. Una investigadora que trabajo con organizaciones sociales que piden
justicia por sus hijos desaparecidos explica cómo fue el plan sistemático para
el robo de bebés y cuál es la situación actual. “Hay que hacer un gran trabajo
de reconstrucción de la memoria histórica interdisciplinaria (no nos podemos
quedar solo con lo que dice la ley de lo que han vivido esas familias) para que
los contemporáneos sepan que esto no puede volver a pasar”, dice.
El fallo del alto tribunal español revisó una sentencia de 2018 que absolvió al médico retirado Eduardo
Vela de los delitos de detención ilegal, suposición de parto y falsedad
documental en el caso denunciado por Inés Madrigal, por considerar que estaban
prescritos. La nueva sentencia dictamina que la detención ilegal no está
probada, pero confirma la falsedad documental y la ilegalidad de la adopción de
Madrigal, la primera víctima en llegar a juicio, quien denunció haber sido
sustraída de sus padres biológicos en el sanatorio San Ramón de Madrid, en
1969. Frente a esto las familias están expectantes pero tampoco están súper
crédulas, dice la doctora en Psicología Social Carolina Escudero, que acompaña
a familiares e investiga el tema desde hace cuatro años.
La campaña “SOS te estamos buscando” denuncia que desde 1940 hasta bien avanzada la democracia, se robaron
sistemáticamente bebés a lo largo y ancho de España. Se trató de una red
integrada por profesionales de medicina, enfermería y por curas y monjas, entre
otros. Desde la Asociación SOS Bebés Robados de Catalunya se estima que son
300.000. “Empezó como un proyecto eugenista, mejorar la raza española y
eliminar los genes rojos de la izquierda (1940 -1960) pero luego a partir de
1960 y hasta 1999 se observó que era un negocio, a esos bebés se los podía vender
a familias españolas o extranjeras. Entonces España se convirtió en un mercado
de bebés”, explicó Escudero, quien acaba de publicar dos papers en revistas
científicas sobre el tema: “Dándole voz al evento traumático. Madres españolas
de bebés robados. Tres estrategias para silenciar a las madres durante y después de la dictadura"
y "Bebés robados en España. Historia mediatizadas para la recuperación. El activismo de las madres a través de las campañas online".
Desde Barcelona, respondió a PaginaI12.
-Una de sus investigaciones corrobora tres formas de silenciar a las madres durante la dictadura
franquista, ¿en qué consisten?
El paper “Darle voz al efecto traumático…” se basa en entrevistas en profundidad a SOS bebés robados
en Catalunya. Empecé en 2016. Me interesaba trabajar desde un lugar de
investigación-acción donde la investigación en su acción le da un aporte concreto
a su objeto de estudio. Este paper representa eso: se creó la campaña “SOS te
estamos buscando”, se generó confianza y las personas mostraron interés en
contar sus casos y fue así que pude profundizar más en aquel evento
traumático. De estas entrevistas sale como resultado el robo sistemático
de los bebés, pero también la trastienda, este cuerpo, esta memoria que queda
tapada por los años, por el franquismo, por una democracia donde no se evalúa,
no se juzga el pasado y nos obligan a cambiar de página y a olvidar;
y ninguna madre olvidó esto. Entonces son los recuerdos de cómo fueron silenciadas.
Vamos a tener madres que van a decir que las silenciaron con mucha medicación y con las recomendaciones
de los médicos a la familia: “saquen todo lo que haya del bebé en la casa para
cuando ella vuelva”, “no se habla del bebé”, “cuando esté un poco más repuesta
sigan con la medicación”. “van a tener que hacer un viaje con el marido”; “lo
mejor es reemplazar la muerte de un bebé con otro”. Muchas de ellas estaban
paralizadas con la medicación, en su cabeza estaba la conciencia de que no
estaba el bebé pero eran incapaces de decir algo o moverse. Entonces, de las
tres maneras de silenciar a las madres, estas tres categorías, la primera
es a través de la medicación, la segunda, a través de la manipulación (“eres
joven y para cuando te quieras acordar ya pasó”; “tenés que tener otro bebe”) y
la tercera conjuga las dos: medicación y manipulación. Cuando a la madre no se
la podía manipular a través de consignas, esta manipulación llegaba a través de
familiares o del compañero. Fue una manipulación que duró muchos años.
-¿Qué pasó después del franquismo?
Las madres que les robaron sus bebés durante el franquismo, cuando llega la democracia, el gobierno de
transición, siguen pensando que su bebé ha muerto. Y hasta fines de los años 90
van a seguir robando bebés. Lo que pasa que estas nuevas madres no saben que
hay madres de los años 60 y 70 a las que les pasó lo mismo. ¿Por qué sigue
sucediendo? Porque el gobierno de transición dice “lo que pasó durante el
franquismo quedó atrás”, no son juzgados los funcionarios de la época y tampoco
tienen voz ni votos las familias de personas desaparecidas… no pasa nada. Es un
cambio de página e impera el “no necesitamos volver atrás, no queremos más
enfrentamientos entre los nuestros, no queremos una guerra civil”. Entonces se
configuran unas dinámicas y acuerdos de no volver atrás. Y el que quiere volver
atrás es un ser de conflicto.
En este no juzgar al pasado quedan historias silenciadas. Estas familias de bebes robados descubrieron
que no eran las únicas a través de un programa de televisión en 2010 en que se
difunden investigaciones especiales con relatos de mujeres. Y ahí las que
miraban se decían “pero si a mí me pasó lo mismo”. Se colapsan las líneas de
teléfono del programa. Así se empezaron a juntar.
-¿Qué hicieron frente a la falta de justicia todos estos años?
Entre 2011 y 2012 van a ir formándose las organizaciones de bebés robados a lo largo de toda España. Y van
a ir juntando sus casos y moviéndose solas sin apoyos del gobierno. Y así
van a ir creando informes en cada organización. Y así se van sumando más casos.
Hicieron mucho pero es una población que está envejeciendo. Se están muriendo muchas madres sin haber
llegado a la verdad, y sin haber visto una predisposición de los
gobiernos. De cara a la justicia las madres que tienen pruebas de que el bebe
fue robado y en muchos casos certeza de que está vivo, no son consideradas
víctimas. Los funcionarios hablan de supuestos casos, siempre está la
duda. Esto también genera un cansancio. Nunca recibieron un tratamiento
específico por el evento traumático. Se hace muy difícil cuando no hay apoyo
institucional, lo tienen que subvencionar todo de su bolsillo, los casos
prescriben. Buscar justicia fuera de España es uno de los caminos que han
ido escogiendo las familias.
Se hace necesario que los gobiernos tomen nota. La reparación es una acción, es un resultado también
empático por parte del gobierno, de ponerse en el lugar de y de difundir esos
casos. Es una espera que se ha dilatado muchísimo. En esta nueva normalidad nos
preguntamos dónde quedan los casos de bebés robados.
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