Republicanos buscan abolir ciudadanía automática
Washington, 16 de Febrero (EFE).- Una iniciativa republicana que busca abolir
la ciudadanía automática para niños nacidos en EE.UU. de padres indocumentados
enfrenta ahora a quienes la consideran una buena medida para desincentivar la
inmigración ilegal y a los que la califican como una violación de la
Constitución.
No es la primera vez que algunos republicanos, y grupos conservadores afines,
quieren abolir la ciudadanía automática a niños nacidos en Estados Unidos de
inmigrantes sin papeles.
La idea cobró fuerza durante la década de 1990 y, de hecho, fue incluida en
la plataforma del Partido Republicano en 1996, pero no prosperó porque se
consideró que iba en contra de la 14 enmienda de la Constitución del país.
Sólo que ahora, frente a la crisis económica que sigue golpeando a las clases
media y trabajadora en EE.UU., sus promotores insisten en que es urgente
eliminar los resquicios e incentivos de la inmigración ilegal.
La iniciativa que promueve el republicano Gary Miller se conoce en inglés
como “LEAVE Act” y, según el legislador, es la “mejor solución” a los problemas
que aquejan al país, en unos momentos en que más de 15 millones de
estadounidenses están desempleados mientras “siete millones de indocumentados”
sí tienen trabajo.
Miller asegura que su medida reduciría en más de la mitad la población
indocumentada en cinco años y crearía siete millones de puestos de trabajo para
los ciudadanos y residentes legales, al cerrar el grifo en el mercado laboral a
los indocumentados.
Quienes apoyan el proyecto de ley señalan que sólo buscan modificar una ley
federal de inmigración y así “esclarecer” la interpretación de la 14
enmienda.
Sin embargo, esa enmienda, ratificada en 1868, establece que “todas las
personas nacidas o naturalizadas en Estados Unidos, y por tanto sujetas a su
jurisdicción, son ciudadanas de Estados Unidos y del estado en que residen".
Esa enmienda fue ratificada precisamente para resguardar los derechos civiles
de los esclavos que obtuvieron su libertad tras la Guerra Civil. Desde entonces,
EE.UU. concede la ciudadanía automática a quienes nacen en este país, sin
importar el estatus migratorio de sus padres.
La medida de Miller, de ser aprobada, sólo concedería la ciudadanía si al
menos uno de los padres del niño es ciudadano, residente legal o miembro de las
Fuerzas Armadas de Estados Unidos. La legislación no afectaría a los niños
que nacieron antes de su puesta en marcha.
El Congreso también sigue dividido sobre el futuro de una reforma migratoria
integral, complicado también por el reciente activismo del llamado “Tea Party”,
que aglutina a los sectores más conservadores de EE.UU y que se opone a una
“inmerecida amnistía" para los indocumentados.
La comunidad inmigrante saldrá a las calles en una manifestación nacional el
próximo 21 de marzo para recordarle al mandatario de EE.UU., Barack Obama, la
promesa que hizo en 2008, cuando era candidato a la Presidencia, y a los
demócratas en el Congreso su compromiso con la reforma migratoria.
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