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Un republicano "bromea" con matar a indocumentados como "cerdos salvajes"

Agencia EFE
16 de marzo de 2011

Washington - El legislador republicano estatal de Kansas Virgil Peck ha alimentado la xenofobia con consignas que llaman a matar a los indocumentados como "cerdos salvajes" y, aunque asegura que lo dijo en "broma", es un asunto que trae graves consecuencias para la comunidad inmigrante.

"Me parece que si el disparar contra estos cerdos salvajes inmigrantes funciona, entonces quizá hemos encontrado una (solución) a nuestro problema de inmigración ilegal", dijo Peck el lunes, durante una audiencia del Comité de Asignaciones de la asamblea estatal de Kansas.

Según recoge un artículo del diario Lawrence World Journal, Peck hizo esas declaraciones durante un debate sobre cómo contener la población porcina desde el aire.

Peck explicó que "simplemente hablaba como una persona del sureste de Kansas".

Agregó que, de todas maneras, sus votantes en Kansas están descontentos con la respuesta de los gobiernos estatales y el federal para combatir la inmigración ilegal.

A raíz del furor que provocó, Peck dijo hoy que las declaraciones eran "lamentables" pero que "sólo estaba bromeando".

Si Peck pensó que sus comentarios no irían lejos, se equivocó.

Esa "broma" de inmediato suscitó la repulsa de los congresistas hispanos y de grupos como el Consejo Nacional de La Raza (NCLR), que la tacharon de "profundamente ofensiva" y que es parte de una retórica que deshumaniza a los inmigrantes.

El problema de la inmigración ilegal es un asunto complejo ya que, digan lo que digan, el Congreso no tiene apetito para buscarle soluciones.

En ese sentido, la presidenta de NCLR, Janet Murguía, señaló que la hostilidad en torno a los inmigrantes "tiene consecuencias muy reales y pone en peligro" muchas vidas.

Para Murguía y los demás activistas de la comunidad inmigrante, es vergonzoso que Peck se escude detrás de su herencia cultural como ciudadano de Kansas para justificar su retórica anti-inmigrante.

Da la casualidad de que Murguía nació y creció en Kansas, donde la gente "no cree que es chistoso cazar a seres humanos" como animales.

Ya antes de las declaraciones de Peck, la blogósfera cundía con diatribas contra los inmigrantes, como la de un joven de 22 años que colocó un vídeo en internet, con lenguaje vulgar, en el que exigía que los mexicanos se regresen a su país.

"Compra un arma y mata a un indocumentado", decía en el vídeo.

Este ambiente nocivo, sin duda, ha ido en aumento desde que Arizona puso en marcha la ley SB1070, que criminaliza la presencia ilegal en ese estado.

Aunque un tribunal federal frenó las partes más controvertidas de la ley, ésta alimentó el ambiente tóxico contra los inmigrantes indocumentados.

Tampoco ayuda que el propio Gobierno del presidente Barack Obama, con los fondos que le da el Congreso cada año, continúe sus planes de deportación masiva.

El lunes, el titular de la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE), John Morton, dejó en claro en el programa "Washington Journal" de la cadena televisiva C-Span, que el Gobierno continuará las redadas en los sitios de trabajo.

Las autoridades de Inmigración deportan a los indocumentados a un ritmo de unos 400.000 al año, y probablemente el número sería mayor si el Congreso le diese más fondos.

Los ataques de legisladores como Peck, y la "guerra de desgaste" contra los indocumentados, sólo hacen temer que la ola xenofóbica en Estados Unidos no tenga fin.

Los hispanos, en particular, están en la diana de grupos que, con o sin excusas, quieren echarlos del país.

Estados Unidos se precia de ser un país con libertades, donde los ciudadanos pueden expresar libremente sus ideas y hasta sus desacuerdos.

Pero la retórica antiinmigrante puede contribuir a actos de violencia contra los extranjeros, desde hace tiempo convertidos en chivos expiatorios. Y eso no debe tener cabida en una democracia.


 

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