Llevar a los “Seis de Bush” ante la
justicia
Michael Ratner Tomado de The Guardian Traducido del
pogreso-semanal.com 12 de enero de 2011
El Centro para los Derechos Constitucionales (CCR) presentó documentos
solicitando al juez Eloy Velasco y al tribunal nacional español que haga lo que
no hará Estados Unidos: procesar judicialmente a los “Seis de Bush”. Estos son
ex altos asesores legales de la administración, encabezados por el entonces
Fiscal General Alberto Gonzáles, que violaron el derecho internacional al crear
el marco legal que materialmente contribuyó a la tortura de sospechosos de
terrorismo en Guantánamo y otras instalaciones en el extranjero, operadas por
EE.UU.
La solicitud del viernes suministra a Velasco el marco legal para el
procesamiento de los abogados gubernamentales –un proceso que tuvo lugar por
última vez durante los juicios de Núremberg, cuando se responsabilizó como
cómplices a los abogados nazis que brindaron cobertura a los crímenes de guerra
y contra la humanidad del Tercer Reich.
El CCR preferiría que los casos de norteamericanos se procesaran en
tribunales norteamericanos, pero hemos unido nuestros esfuerzos para procesar a
los Seis de Bush en el exterior porque dos presidentes norteamericanos en
sucesión han dejado en claro que no habrá justicia en suelo norteamericano para
los arquitectos del programa norteamericano de tortura, ni para ninguno de sus
cómplices.
Gracias a los cables diplomáticos norteamericanos publicados recientemente
por WikiLeaks, ahora sabemos por qué ha estado tan llena de dificultades la
búsqueda de justicia en el exterior –por qué ha habido tantas demoras y tantos
sobreseimientos. El mismo gobierno de EE.UU. que no buscará justicia en el país,
ni siquiera cuando la CIA destruye 92 cintas de video que muestra la tortura de
detenidos, ha manipulado también la escala de la justicia en otros países.
Durante la presidencia de Bush, EE.UU. intervino para descarrilar el caso del
ciudadano alemán Khaled
el-Masri, quien fue secuestrado por la CIA en 2003, llevado en avión a
Afganistán para ser interrogado como parte del programa norteamericano de
“interpretación extraordinaria” –hasta que se dieron cuenta que habían
secuestrado al hombre equivocado y abandonaron a el-Masri en la cuneta de un
camino de Albania. Un cable de 2007 que ha sido filtrado revela hasta donde han
llegado tanto la presión de EE.UU. como la colusión alemana. En público, los
fiscales de Munich emitieron órdenes de arresto contra 13 operativos de la CIA,
mientras que la oficina de Angela Merkel pedía una investigación. En privado,
el Ministerio de Justicia de Alemania y el de Relaciones Exteriores dejaron en
claro a EE.UU. que no estaban interesados en procesar el caso. Más tarde, en ese
mismo año, la entonces ministra de Justicia Brigitte Zypries hizo pública su
decisión de no intentar la extradición, aduciendo la negativa de EE.UU. de
arrestar o entregar a los agentes.
¿Descarrilará también la justicia esta tóxica combinación de presión
norteamericana y la aquiescencia de un aliado europeo?
Este cable del 1 de abril de 2009, publicado el 1 de diciembre de 2010,
muestra como funcionarios de la administración Obama hacen todo lo posible por
detener el procesamiento de los Seis de Bush. Se preocupan de que “el hecho de
que esta reclamación contra ex funcionarios legales de la administración pudiera
reflejar una estrategia de ‘precedente’ destinada a preparar el terreno para
procesos contra funcionarios mucho más altos” y se quejan de la “reputación (de
España) de invocar liberalmente la jurisdicción universal”. El Fiscal General
Javier Zaragoza confirmó a EE.UU. que aunque “probablemente no le quedaría más
remedio que abrir el caso”, él no “vislumbra cargos u órdenes de arresto en el
futuro cercano”, y “se opondrá a que el caso sea asignado a Garzón” (un juez
notoriamente estricto que posteriormente fue sacado del caso).
El juez Velasco, al que le ha sido asignado el caso, ha sido escrupuloso en
su supervisión. Siguiendo los procedimientos del derecho internacional, el
tribunal español ha solicitado tres veces a EE.UU. “si los actos a que se
refiere esta reclamación no están siendo investigados o procesados”, y si es
así, “identificar la autoridad procesal e informar a este tribunal el proceso
específico por el cual se deben referir las reclamaciones para la acumulación de
partes”. Por supuesto, no se ha recibido respuesta alguna a estas solicitudes,
porque la administración Obama no tiene ninguna intención de hacer justicia en
este caso.
La democracia exige un sistema legal totalmente funcional –un sistema que no
ceda ante presiones ocultas o agendas políticas. Confiamos en que el juez
Velasco convencerá a los funcionarios de EE.UU. de lo infundado de sus
preocupaciones acerca de la judicatura independiente de España, y su respeto por
el derecho internacional, y que prosiga con el caso de los Seis de Bush.
Michael Ratner es presidente del Centro para los Derechos
Constitucionales.
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