Publicación del análisis interno preliminar de Médicos Sin Fronteras
Carta abierta de la doctora Joanne Liu, presidenta internacional de Médicos Sin Fronteras.
5 de noviembre de 2015
© Victor J. Blue
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Según las leyes de la guerra, los hospitales son emplazamientos protegidos. Sin
embargo, en las primeras horas del 3 de octubre, el hospital de MSF en Kunduz
sufrió un ataque aéreo brutal e implacable por parte de las fuerzas estadounidenses.
Algunos pacientes perecieron quemados vivos en sus camas; trabajadores sanitarios
sufrieron amputaciones o fueron decapitados; y desde el avión de combate
AC-130, que volaba en círculos sobre la zona, se disparó contra personas que
salían huyendo del hospital en llamas. Murieron al menos 30 personas, entre
personal de MSF y pacientes.
Esta semana, MSF finalizó un análisis preliminar de los hechos acaecidos antes,
durante y después del ataque aéreo. Aunque el proceso de análisis interno aún
no ha concluido, hemos decidido hacer públicos estos primeros resultados, para
contrarrestar las especulaciones y actuar con transparencia. Los detalles que
pudieran identificar a personas concretas han sido omitidos. El lector externo
que pueda necesitar aclaraciones adicionales las encontrará en las notas a pie
de página.
Esto es lo que ocurrió tal y como se vivió en el interior del hospital. Lo que falta
es el punto de vista desde el exterior: lo que ocurrió en las cadenas militares
de mando.
Los hechos recogidos en este análisis confirman nuestras primeras observaciones: el
centro de traumatología de MSF trabajaba a pleno rendimiento aquella noche, con
105 pacientes ingresados y operaciones quirúrgicas en curso en el momento del
ataque aéreo de Estados Unidos; se estaban implementando y respetando las
normas de MSF, incluyendo la política que prohíbe la entrada a sus hospitales
de personas armadas; MSF tenía el control total del hospital antes y durante
los ataques aéreos; no había combatientes armados dentro del recinto del
hospital ni combates en sus inmediaciones antes del ataque.
Lo que sabemos es que estábamos dirigiendo un hospital que trataba a pacientes,
incluyendo a combatientes heridos de ambos bandos: no era una "base talibán".
Por tanto, la pregunta que queda por responder es si, a ojos de las fuerzas
militares involucradas en este ataque, nuestro hospital había perdido su
carácter de emplazamiento protegido, y de ser así, por qué. La respuesta no la
van a encontrar dentro del hospital de MSF: quienes la tienen son los
responsables de pedir, ordenar y aprobar este ataque aéreo.
Sabemos que hay muchas fuerzas diferentes que combaten en las zonas próximas a nuestro
hospital: fuerzas especiales, Ejército regular, Policía y oposición armada.
Cada una de ellas puede haber estado operando de acuerdo con diferentes
concepciones o interpretaciones de cómo se aplica el Derecho Internacional
Humanitario al trabajo médico en la guerra. Cualquier ambigüedad tiene
consecuencias mortales para nuestra capacidad de trabajar en primera línea.
Lo que exigimos es simple: un hospital funcional en el que se atiende a pacientes,
como el de Kunduz, sencillamente no puede perder su protección y ser atacado.
Los combatientes heridos son pacientes y no deben ser objeto de ataque ni
tratados de forma discriminatoria; el personal médico nunca debe ser castigado
o atacado por proporcionar tratamiento a los combatientes heridos.
El 7 de octubre de 2015, MSF pidió públicamente que la Comisión Internacional
Humanitaria de Encuesta (CIHE) inicie una investigación independiente. Aunque
la CIHE ha expresado su disponibilidad para una investigación, los Gobiernos de
Estados Unidos y Afganistán todavía tienen que dar su consentimiento a esta
solicitud. Aceptar la investigación de la CIHE es un paso crítico a la hora de
demostrar su compromiso con los Convenios de Ginebra. Hoy, hacemos público este
informe interno para la ciudadanía y para la CIHE.
El ataque contra nuestro hospital en Kunduz destruyó nuestra capacidad de tratar a
los pacientes en el momento en el que más nos necesitaban. Necesitamos el
compromiso claro de que prestar atención médica nunca nos convertirá en un
objetivo. Necesitamos saber si las reglas de la guerra siguen en vigor.
Firmado:
Dra. Joanne Liu, presidenta internacional de MSF
Lee el análisis completo aquí (en inglés).
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