23 de mayo de 2011
Protestas contra la tortura el 13 de mayo en la
graduación en el Boalt Hall
De la capítulo de Bahía de San
Francisco de El Mundo no Puede Esperar 17 de mayo de 2011
Traducido del inglés por El Mundo No Puede Esperar 28 de mayo de
2011
La gente sabe que la tortura es un crimen de guerra y, que el silencio, es
complicidad. Y a juzgar por las 500 cintas naranjas que se vieron durante la
última semana en el UC Berkeley Law (Boalt Hall), muchos de los estudiantes de
la promoción del 2011 y su comunidad, también lo saben.
John Yoo fue uno de los arquitectos legales clave del sistema de tortura
construido por el gobierno de Bush y que continúa en la actualidad con Obama.
Profesor titular de Derecho, Yoo tomó dos años sabáticos para unirse al equipo
de tortura de Bush y Cheney. Su terrible programa (piensen en Abu Ghraib o
Guantánamo) fue posible gracias al trabajo legal de Yoo y otros abogados.
Después de que Yoo volviese a Boalt, ha sido el centro de las protestas con
frecuentes e intensas manifestaciones en el campus, en las que se gritaba
“Despedid, inhabilitad y juzgad a John Yoo”. El otoño pasado, la semana de actos
de “Di NO a la tortura” de Berkeley fue aprobada por el ayuntamiento y trajo a
expertos contra la tortura de diferentes campos que se unieron a las protestas,
forums, paneles y actuaciones.
Desde el 2008, vivas protestas han saludado cada acto de graduación en Boalt.
Esta vez, a El Mundo no Puede Esperar se le unieron Code Pink,
Veterans for Peace, Demócratas Progresistas de EE.UU. y otros grupos. Alrededor
de 30 personas repartieron panfletos (ver en http://www.worldcantwait.net) y cintas
naranjas hasta que los 500 graduados y sus invitados las tuvieron puestas.
Este número superó al de cualquier año anterior. A veces teníamos que
sostener un puñado de cintas porque no podíamos entregarlas con la suficiente
rapidez. Las familias cogían las cintas juntas. Los graduados y sus familias se
colocaron junto a nuestro “prisionero” encapuchado para tomarse fotos con él.
Una y otra vez, especialmente por parte de los padres y abuelos de todas las
nacionalidades, oíamos “gracias por estar aquí”. Comparado con otros años,
encontramos poca hostilidad o enfado (por supuesto que a algunas personas no les
gustó nuestra presencia, pero la mayoría simplemente miró para otro lado).
También hubo algunos gritos de ánimo para John Yoo por parte de graduados, pero
Boalt tiene una Sociedad Federalistaa, así que no nos sorprendió.
Una vez más, el decano de Boalt (y antiguo profesor de Derecho de Obama),
Christopher Edley, rechazó recibir la cinta naranja. Edley estuvo en actos
anteriores, así que la gente le preguntó “Decano Edley, ¿ha olvidado de nuevo la
cinta naranja? ¿No está contra la tortura? ¿Cómo sabrá la gente que se opone a
la tortura si no lleva una cinta naranja? ¿Y cómo es que su alumno Obama comete
tortura? ¿No se avergüenza de él?” Pero aún así el decano rechazó ponerse la
cinta (aunque algunos de los miembros de la facultad sí que la llevaron).
Pero todavía existe un profundo silencio en Boalt y en la propia UC si es que
un criminal de guerra como John Yoo todavía está en el campus. Pero el gran
número de personas (más que nunca) dando la bienvenida y llevando la cinta en la
graduación de este año significa que algo está cambiando poco a poco. La gente
es más consciente ahora que nunca de los asquerosos actos de Yoo y sus
protectores en la UC. Hay que agradecérselo a los persistentes manifestantes.
Además, John Yoo ha aparecido en las noticias últimanente legitimando la tortura
“ya que funcionó (al llevarnos a la muerte de Bin Laden)” así que la gente que
ha estado siguiendo la historia y que aborrecen la tortura aunque estén en
silencio, estaban contentas de tener su oportunidad de hablar.
El Mundo no Puede Esperar comparte la determinación de los demás
manifestantes de no parar. Nos mantendremos trabajando para ver como John Yoo,
alos demás abogados que apoyan la tortura y los criminales de guerra, son
llevados a la justicia. Tienen que ser despedidos, inhabilitados, destituidos si
son jueces ,y perseguidos por crímenes de guerra, al igual que sus históricas
contrapartes, los jueces y abogados del Tercer Reich de Hitler, lo fueron
después de la Segunda Guerra Mundial. No olvidaremos a las víctimas de las
entregas ilegales y de la tortura, no nos callarán, y traeremos a más y más
gente para romper el silencio y apoyarnos.
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