¿Por qué le han recluido a Shaker Aamer en Guantánamo por tanto tiempo?
Democracy Now | 23 de octubre 2015
En una entrevista con Democracy Now, se le pidió a Clive Stafford Smith, el abogado de Shaker Aamer, extenderse sobre el
punto señalado por Shaker Aamer de que su prolongada detención en Guantánamo, pese
a que
su salida en libertad fue aprobada en 2007, se debe en parte al hecho de
que fue testigo de la tortura aplicada al hombre cuyo testimonio, sacado bajo
la tortura, fue citado por el régimen de Bush para justificar la guerra
devastadora contra Irak.
Trascripción parcial:
Nermeen SHAIKH: Bueno, quiero pasar a la declaración que Shaker
Aamer hizo a los detectives de la Policía Metropolitana de Londres que
investigaban el papel británico en la tortura. Hace poco se dio a conocer esa
declaración de 2013. En ella, Aamer dijo: "Yo fui testigo de la tortura a
Ibn al-Shaykh al-Libi en Bagram. Su caso me parece particularmente importante,
y mi testimonio especialmente pertinente, a mi continua detención. Él estaba allí,
y lo maltrataban allí, al mismo tiempo que estaba yo. Estaba allí siendo
maltratado cuando llegaron los británicos. Claramente, el hecho de que yo fui
testigo de todo eso hace que Estados Unidos no quiera mi liberación, por el temor
de que yo pudiera haber sido testigo de uno de los errores más colosales de
todos los errores cometidos en los últimos 11 años". Así que puede
usted hablar sobre eso: ¿cuándo presenció [Aamer] esa tortura, y en qué grado,
en su opinión, ha incidido eso en su detención prolongada?
Clive Stafford Smith: Sí, por cierto. Si nos fijamos en
las fechas, Shaykh al-Libi fue uno de los primeros detenidos. Fue detenido en noviembre de 2001. Estados
Unidos pensaba que era un gran líder de al-Qaeda en ese momento, que era el
número tres. Dios mío, ¿cuántos tipos número tres hemos tenido? En realidad no era miembro de Al-Qaeda.
Él se opuso mucho a Al-Qaeda. Y de hecho, Bin Laden intentó cerrar, con éxito, el
campamento que al-Libi dirigía para combatir, para luchar contra Gadafi. De todos modos, EE.UU. tomó el
rábano por las hojas. Se daba una gran lucha sobre qué tan rápido se podría sacar información de esas
personas. Por desgracia, la CIA ganó esa batalla.
Lo crucial acerca de Shaker es que él estaba en una de esas jaulas en la base aérea de Bagram. Lo llevaron a ver
a Ibn Sheik al-Libi, pero Shaker fue uno de los primeros cinco prisioneros en Bagram. Así que los dos se
vieron el uno al otro. Shaker lo vio. Y luego Shaker presenció
el momento increíblemente infame cuando se llevó un ataúd, al parecer lo hizo la
gente de la CIA, colocó a al-Libi dentro del ataúd, luego lo sacó del
ataúd, lo llevó a un barco, y luego lo transportó a Egipto, donde le torturaron.
Ahora, fíjese, si yo le torturo, cosa que no voy a hacer, a pesar de que no he tomado suficiente café esta mañana, si yo
le torturo y usted llega a confesar que es un malvado, una persona mala, pues es
una lástima. Pero si yo le torturo y me dice algo que cambia todo el
panorama internacional y resulta en la muerte de más de 100.000 personas en
Irak, y luego causa que el Medio Oriente se hunda en el caos, ése es un asunto
enorme. Y cuando uno se fija en el informe de Senado sobre de la tortura, ese
asunto sale en una sola frase en la nota 868, sin ninguna referencia concreta. Si vamos a
aprender las lecciones de la historia, pues ésa es la clase de cosa sobre la cual tenemos que saber su historia.
AMY GOODMAN: Pero explique lo que está diciendo, ¿qué resultó de la información que él dijo bajo tortura?
Clive Stafford Smith: Entonces, al-Libi, cuando le pegan con picanas eléctricas, dice,
"Sí, Saddam Hussein trabaja con Al-Qaeda en las armas de destrucción
masiva, en..."
AMY GOODMAN: A pesar de que eran enemigos, al-Qaeda y Saddam Hussein.
CLIVE STAFFORD SMITH: Bueno, pero la gente creería todas esas tonterías.
AMY GOODMAN: Correcto.
CLIVE STAFFORD SMITH: Y como resultado,
aunque creo que había gente en los servicios de inteligencia en ese tiempo que
dijera: "¡Ah, ya sabes, todo esto es un poco ridículo", por
desgracia, tal era la presión para encontrar un motivo por atacar a Saddam que
el propio presidente se basó en eso. Ahora, cuando se piensa en las cosas terribles
que ponen a nuestros dirigentes políticos en una situación difícil, la idea de
confiar en una declaración sacada por medio de la tortura, que ahora ha
demostrado ser categóricamente falsa, para persuadir al mundo a ir a la guerra,
fíjese, pocas cosas son peores que eso, ¿no?
Esta entrevista fue transmitida originalmente por Democracy
Now el 21 de octubre de 2015.
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