El aterrizaje forzoso del avión de Evo Morales
Piratería aérea
Negar el espacio aéreo al presidente boliviano fue una metáfora sobre el gangsterismo que
gobierna el mundo en la actualidad
Por John Pilger. Traducción de Ana Vallorani
5 de julio de 2013
Imagínese al avión del presidente de Francia, siendo obligado a aterrizar en América
Latina bajo la "sospecha" de que se estaba llevando a un refugiado
político a un lugar seguro; y no a cualquier refugiado, sino a alguien que les
ha proporcionado a los pueblos del mundo pruebas de actividad delictiva en una escala épica.
Imagine la respuesta de París, por no hablar de la "comunidad internacional",
como los gobiernos de Occidente se llaman a sí mismos. En un coro de ladridos
indignación desde Whitehall a Washington, Bruselas y Madrid, las fuerzas
especiales heroicas serían enviadas a rescatar a su líder y, por deporte, a
destrozar la fuente de dicho gangsterismo internacional flagrante. Los
editoriales los alentarían, tal vez recordando a los lectores que este tipo de
piratería fue exhibida por el Reich alemán en la década de 1930.
El aterrizaje forzoso de avión del presidente de Bolivia, Evo Morales – la
negación del espacio aéreo por parte de Francia, España y Portugal, seguido de
14 horas de encierro mientras las autoridades austriacas exigían
"revisar" su avión en búsqueda del "fugitivo" Edward
Snowden - fue un acto de piratería aérea y de terrorismo de Estado. Fue una
metáfora del gangsterismo que gobierna el mundo en la actualidad y de la
cobardía y la hipocresía de los espectadores que no se atreven a decir su nombre.
En Moscú, a Morales se le había preguntado por Snowden, que permanece atrapado en
el aeropuerto de la ciudad. "Si hubiera una solicitud [de asilo
político]", dijo, "por supuesto, estaríamos dispuestos a debatir y
considerar la idea." Eso fue una provocación suficientemente clara para el
Padrino. "Hemos estado en contacto con una serie de países que han tenido
la oportunidad de tener a Snowden en su territorio o viajando por su país",
dijo un funcionario del Departamento de Estado de EE.UU..
Los franceses – que se quejaron de que Washington espiara todos sus movimientos, según lo
revelado por Snowden - fueron los primeros de la marca, seguidos de los
portugueses. Los españoles pusieron su granito de arena aplicando una
prohibición de vuelo en su espacio aéreo, dando a los mercenarios vieneses del
Padrino el tiempo suficiente para averiguar si Snowden efectivamente estaba,
invocando el artículo 14 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos,
que establece: "Toda persona tiene derecho a buscar y disfrutar de asilo
en otros países contra la persecución. "
Aquellos a los que se les paga para mantener las cosas claras han desempeñado su papel
mediante un juego del gato y el ratón con los medios de comunicación, que
refuerza la mentira del Padrino de que este hombre joven heroico está huyendo
de un sistema de justicia, en vez del hecho de que está siendo condenado de
antemano a un encarcelamiento vengativo que incluye la tortura; o si no pregúntenle
a Bradley Manning y los fantasmas que viven en Guantánamo.
Los historiadores parecen coincidir en que el ascenso del fascismo en Europa podría haberse
evitado habiendo la clase política liberal o la izquierda comprendido la
verdadera naturaleza de su enemigo. Los paralelismos hoy son muy diferentes,
pero la espada de Damocles sobre Snowden, como el secuestro informal del
presidente de Bolivia, nos debe incitar a reconocer la verdadera naturaleza del enemigo.
Las revelaciones de Snowden no son simplemente acerca de la privacidad o de la
libertad civil, o incluso sobre el espionaje de las masas. Tienen que ver con
lo innombrable: que las fachadas democráticas de los EE.UU. en la actualidad
apenas ocultan un gangsterismo sistemático identificado históricamente con el
fascismo, aunque no necesariamente el mismo. El martes, un avión no tripulado
de los EE.UU. mató a 16 personas en Waziristán del Norte, "donde viven
muchos de los militantes más peligrosos del mundo", dijeron los pocos
párrafos que he leído. Por el momento que los militantes más peligrosos del
mundo habían lanzado los aviones no estaba bajo consideración. El presidente
Obama personalmente los envía todos los martes.
En su aceptación del premio Nobel 2005 de Literatura, Harold Pinter se refirió a
"un vasto tapiz de mentiras, con las que nos alimentamos". Se
preguntó por qué "la brutalidad sistemática, las atrocidades
generalizadas" de la Unión Soviética eran bien conocidas en el oeste,
mientras que los crímenes de Estados Unidos fueron "registrados superficialmente,
mucho menos documentados, y mucho menos reconocidos". El silencio más
perdurable de la era moderna cubrió la extinción y el despojo de innumerables
seres humanos por los desenfrenados EE.UU. y sus agentes. "Pero no
podríamos saberlo," dijo Pinter. "Nunca sucedió. Incluso mientras
estaba sucediendo eso nunca sucedió."
Esta historia oculta - en realidad no oculta, por supuesto, sino excluida de la
conciencia de las sociedades perforadas por los mitos y las prioridades
estadounidenses - nunca ha sido más vulnerable a la exposición. Las denuncias
de Snowden, así como las de Manning y Julian Assange y WikiLeaks, amenazan con
romper el silencio que Pinter describe. Al revelar un vasto aparato orwelliano
de policía estatal al servicio de la mayor máquina de hacer guerras de la
historia, éstas iluminan el verdadero extremismo del siglo 21. Sin precedentes,
el alemán Der Spiegel ha calificado el gobierno de Obama como un
"totalitarismo blando". Si caemos en la cuenta, todos podríamos mirar
más cerca de casa.
Fuente: The Guardian, Reino Unido
Fuente: http://www.elmensajerodiario.com.ar/contenidos/pirateria-aerea_35525.html
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