Opinión: Los nacionalistas cristianos están
entusiasmados por lo que viene
Katherine Stewart
6 de julio de 2022
SEGÚN LOS LÍDERES DEL MOVIMIENTO, EL CASO DOBBS CONTRA JACKSON ES SOLO UNA ESTACIÓN
DE PASO.
La configuración que tendrá el movimiento nacionalista cristiano en el
futuro, luego de la anulación de la sentencia del caso Roe contra Wade está
saliendo a la luz, y debería aterrar a cualquiera que se preocupe por el futuro
de la democracia constitucional.
La decisión de la Corte Suprema de anular los derechos reproductivos de los que
han gozado las mujeres estadounidenses durante el último medio siglo no hará
que los autoritarios religiosos de Estados Unidos se retiren de las guerras
culturales y disfruten de un dulce momento de triunfo. Por el contrario, los
líderes del movimiento ya se están preparando para una nueva y más brutal fase
de su asalto a los derechos individuales y al autogobierno democrático. Quebrar
la democracia estadounidense no es un efecto secundario imprevisto del
nacionalismo cristiano. Es el objetivo del proyecto.
Un buen lugar para calibrar el espíritu y las intenciones del movimiento
que nos trajo la mayoría radical en la Corte Suprema es la Conferencia Anual de
Políticas Road to Majority. En el evento de este año, celebrado el mes pasado
en Nashville, se observaron tres tendencias claras. En primer lugar, la
retórica de la violencia entre los líderes del movimiento parecía haber
aumentado de manera importante desde los niveles ya alarmantes que se habían
observado en años anteriores. En segundo lugar, la teología del dominionismo
—es decir, la creencia de que los cristianos “biempensantes” tienen la
atribución que les confiere la Biblia de tomar el control de todos los aspectos
del gobierno y la sociedad— ahora se adopta explícitamente. Y, en tercer lugar,
los principales estrategas del movimiento estaban entusiasmados con el arsenal
legal que la Corte Suprema había puesto a sus pies al anticiparse a la
anulación de la sentencia del caso Roe contra Wade.
Estos pretenden utilizar ese arsenal —junto con el armamento adicional
recogido en casos como Carson contra Makin, que exige la financiación estatal
de las escuelas religiosas si también se financian las escuelas privadas y
laicas, y Kennedy contra el Distrito Escolar Bremerton, que autoriza el
proselitismo religioso por parte de los funcionarios de las escuelas públicas—
para llevar a cabo una guerra contra los derechos individuales, no solo en las
legislaturas de los estados republicanos, sino en todo el país.
Aunque las metáforas de batalla son bastante comunes en las reuniones
políticas, la retórica de este año parecía más violenta, más gráfica y más
enfocada en los compatriotas que en los enemigos geopolíticos.
“El mayor peligro para Estados Unidos no son nuestros enemigos de fuera,
por muy poderosos que sean”, comentó el expresidente Donald Trump, que
pronunció el discurso principal del evento. “El mayor peligro para Estados
Unidos es la destrucción de nuestra nación por parte de la gente desde dentro.
Y ustedes saben a qué gente me refiero”.
Los oradores de la conferencia compitieron por superarse unos a otros en su
denigración de la gente a la que evidentemente se refería Trump. Los
demócratas, señalaron, son “malvados”, “tiranos” y “el enemigo interior”,
comprometidos con “una guerra contra la verdad”.
“Se avecina una reacción violenta”, advirtió el senador Rick Scott de
Florida. “Simplemente hay que montar y cabalgar con el sonido de las armas, y
ellos están por todo el país. Es hora de recuperar este país”.
Citando la lucha contra la Alemania nazi durante la Batalla de las Ardenas,
el vicegobernador Mark Robinson de Carolina del Norte dijo: “Nos encontramos en
una batalla campal para salvar literalmente a esta nación”. Haciendo referencia
a un pasaje de Efesios que los nacionalistas cristianos suelen usar
para señalar su militancia, agregó: “No sé ustedes, pero me puse la mochila,
las botas y mi casco; tengo puesta toda la armadura”.
No es exagerado vincular este aumento de la agresión verbal con la campaña
de desinformación para adoctrinar a la base nacionalista cristiana en la
mentira de que las elecciones de 2020 fueron robadas, junto con lo que estamos
aprendiendo de las audiencias del 6 de enero. El movimiento prepara a los
“patriotas” para continuar el asalto a la democracia en 2022 y 2024.
La intensificación de la guerra verbal está relacionada con cambios en los
mensajes y el alcance del movimiento nacionalista cristiano, que fueron muy
evidentes en la conferencia de Nashville. El Dominionismo de las Siete Montañas
—la creencia de que los cristianos “bíblicos” deben tratar de dominar las siete
“montañas” o “moldeadores” fundamentales de la sociedad estadounidense,
incluyendo el gobierno— antes se consideraba una doctrina marginal, incluso
entre los representantes de la derecha religiosa. Sin embargo, en la
conferencia Road to Majority del año pasado, hubo una sesión dedicada al tema.
Este año, hubo dos sesiones, y el lenguaje antes arcano del credo de las Siete
Montañas estuvo en boca de muchos oradores.
El hambre de dominio que parece motivar a los líderes del movimiento es el
contexto esencial para dar sentido a su estrategia e intenciones en el mundo
posterior a la anulación de la sentencia del caso Roe contra Wade. El fin del
derecho al aborto es el comienzo de un nuevo ataque mucho más personal contra
los derechos individuales.
Y de hecho es personal. Gran parte de la retórica de la derecha invoca
visiones de una justicia por mano propia. Se trata de “chicos buenos con armas”
—o vecinos con buenas habilidades de espionaje— que se enfrentan heroicamente
al comportamiento pernicioso de sus conciudadanos. Entre los principales campos
de batalla estarán las trompas de Falopio y los úteros de las mujeres.
Durante una sesión de grupo denominada “La vida está en juego: ¿Cuál es el
futuro del movimiento provida a partir de ahora?”, Chelsey Youman, directora
estatal de Texas y asesora legislativa nacional de Human Coalition Action, una
organización antiaborto con sede en Texas y un enfoque estratégico nacional,
describió la conexión entre los justicieros y el derecho al aborto.
En lugar de que el Estado regule a los proveedores de abortos, explicó, “tú
y yo, como ciudadanos de Texas o de este país o de cualquier lugar donde
podamos aprobar este proyecto de ley, podemos demandar al proveedor de
abortos”. Youman, por cierto, desempeñó un papel en la promoción de la ley de
Texas, el proyecto de ley 8 del Senado, que se aprobó en mayo de 2021 y que
permite a los ciudadanos particulares demandar a los proveedores de abortos y a
cualquiera que “ayude o instigue” un aborto. Se mostró exultante ante la
probable aprobación de leyes similares en todo el país. “Tenemos legislación
para proteger la vida lista para implementarse en cada estado en el que vivas,
independientemente de la Corte Suprema, independientemente de tu tribunal de
circuito”. Sin duda, los nacionalistas cristianos también están presionando por
una prohibición federal. Pero la lucha por el presente se enfocará en los
mecanismos de aplicación a nivel estatal.
Los líderes del movimiento también han dejado claro que el objetivo de su
ofensiva en curso no son solo los proveedores de abortos en los estados, sino
lo que ellos llaman “tráfico de abortos”, es decir, mujeres que cruzan las
fronteras estatales para acceder a abortos legales, junto con las personas que
brindan a esas mujeres esos servicios y apoyo como automóviles y taxis. Youman
elogió el desarrollo de un nuevo proyecto de ley de “jurisdicción de brazo
largo” que ofrece un mecanismo para dirigirse a los proveedores de servicios de
aborto fuera del estado. “Crea una causa de acción por muerte injusta, así que
estamos entusiasmados por eso”, aseguró.
La legislación modelo del Comité Nacional del Derecho a la Vida para la era
posterior a la anulación de la sentencia en el caso Roe contra Wade incluye una
amplia aplicación penal así como mecanismos de aplicación civil. “La ley modelo
también va mucho más allá de llevar a cabo un aborto ilegal”,
según mensajes en el sitio web de la organización. También incluye la
“ayuda o instigación de un aborto ilegal”, dirigida a las personas que dan
“instrucciones por teléfono, internet o cualquier otro medio de comunicación”.
Youman dejó claro además que los nacionalistas cristianos apuntarán a las
píldoras utilizadas para los abortos con medicamentos. “Nuestro próximo gran
proyecto de ley va a hacer que la Ley del Latido del Corazón parezca insulsa,
chicos; ¡van a enloquecer!”, agregó. “Está diseñado específicamente para
embargar estas píldoras ilegales”.
Los estadounidenses que se mantienen al margen del movimiento han
subestimado sistemáticamente su radicalismo. Pero este movimiento ha sido
explícitamente antidemocrático y antiestadounidense durante mucho tiempo.
También es un error imaginar que el nacionalismo cristiano es un movimiento
social que surge de las bases y que pretende satisfacer las necesidades reales
de su base. No lo es. Es un movimiento impulsado por líderes. Los líderes
marcan la agenda, y sus principales objetivos son el poder y el acceso al
dinero público. No están sirviendo a los intereses de su base; están explotando
su base como un medio para explotar al resto de nosotros.
El nacionalismo cristiano no es una ruta hacia el futuro. Su propósito es
vaciar la democracia hasta que no quede nada más que una delgada tapadera para
el gobierno de una élite supuestamente con buenas intenciones, envuelta en una
burbuja de mojigatería y aislada de cualquier control democrático real sobre su poder.
Este artículo apareció originalmente en The New York Times
© 2022 The New York Times Company
Fuente: https://es-us.vida-estilo.yahoo.com/opini%C3%B3n-nacionalistas-cristianos-entusiasmados-viene-214755778.html
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