Obituario en
memoria de mi amigo, Adnan Abdul Latif
Emad Hassan
De la columna 'Tras
los barrotes: Guantánamo'
10 de noviembre de 2014
Adnan Latif (arriba) era un ciudadano yemení al que habían acusado de pertenecer a Al Qaeda,
participar en la batalla de Tora Bora y formar parte de la 55 Brigada árabe de
Osama bin Laden. El Departamento de Defensa estaba convencido de que había
recibido adiestramiento en el uso de armas en el campamento al-Faruq,
perteneciente al grupo extremista islámico. Fue propuesto para su liberación de
la prisión d Guantánamo en 2006, 2008 y 2009. En 2010, un juez del tribunal de
distrito ordenó su liberación. En 2012, Latif murió entre los muros de
Guantánamo.
Incluso después de dos años,
todavía me sorprendo imaginándome que en cualquier momento voy a encontrarme a
Adnan a la vuelta de la esquina, saludando a voz en grito. Cuando hacía eso, el
bloque entero se iluminaba. Todos los hombres se ponían de pie y le devolvían
el saludo, también gritando a pleno pulmón. Por un instante, la felicidad de
esas voces resonando en nuestras pequeñas celdas y más allá de las paredes de
acero lograba que me olvidaba de dónde me encontraba.
Su presencia siempre cambiaba el
ambiente. Hablaba con quienes estaban furiosos y al minuto lograba que se
rieran. Se sentaba junto a mí cuando estaba apesadumbrado y conseguía
arrancarme una sonrisa. A pesar de todas las adversidades que lo atormentaban,
nunca perdía su carácter sociable. Todos lo queríamos porque se preocupaba por
nosotros. Allá donde iba resonaban las risas.
Su filosofía era sencilla: su
rostro reflejaba lo que sentía en lo más profundo de su fuero interno. No era
de los que analizaban las cosas hasta la saciedad. Tampoco era fácil hacerle
cambiar de opinión. Cuando se le preguntaba por su parecer en algún tema,
respondía sin rodeos. A veces, esta forma de ser provocaba airadas respuestas,
pero Adnan era un gran orador que no desperdiciaba la menor oportunidad de
defender su postura manteniéndose impertérrito.
Tras ese rostro público, no
obstante, se encontraba un hombre sereno que anhelaba volver a su hogar.
Pensaba continuamente en su hijo, cuyo nombre repetía para sí una y otra vez,
pronunciando cada sílaba lentamente, como si pensara que de ese modo lograría
estar más cerca de él.
A menudo pienso en todas las veces
que fingía estar dormido para dejarle desahogarse con su llanto sin tener que
preocuparse por que alguien lo viera.
Recuerdo que una noche colgó en la pared una fotografía de su hijo, para mirarla mientras estaba tumbado. Pasaba
horas contemplándola, hasta que un día la retiró. Emitió un susurro
imperceptible y besó la cara de su hijo. A continuación, volvió a poner la
fotografía con sumo cuidado en su pequeño sobre. Una y otra vez, comprobaba que
la imagen siguiera a buen recaudo en su sitio.
Dos presidentes estadounidenses distintos le habían prometido a Adnan que su liberación había sido autorizada,
pero esta nunca se produjo. Cuando pienso en su muerte, cosa que hago todo el
tiempo, me doy cuenta de que la vida es corta, cada vez más. Llevo 12 años quí
encerrado, un tercio de mi vida. He visto cómo envejece mi cara y empiezo a
sentir la necesidad apremiante de hacer algo, aunque sé que no hay nada que
pueda hacer. Solo soy las ascuas de una llama agonizante.
Añoro a Adnan como a un hermano.
Recuerdo una ocasión en la que un hombre había discutido con él, acusándole de
no ser consciente de la situación en la que nos encontramos. Sonrió
apesadumbrado y me dijo que no hay mal que por bien no venga y que incluso las
amistad podría causar dolor. Sin embargo, su amistad solo me hizo bien. Por
eso, continuaré luchando por un trato digno en su memoria.
Sobre Emad Hassan:
Nacido en 1979 y natural de Yemen, Emad Hassan fue capturado mientras estudiaba en Pakistán.
Asegura que, durante el interrogatorio, le preguntaron si conocía Al Qaeda, a
lo que respondió que sí, pensando que se referían a la pequeña localidad de
Yemen con ese nombre. Esa respuesta marcó su destino durante los siguientes 12
años de su vida y hasta la fecha, tiempo durante el cual ha permanecido
encerrado en Guantánamo. Desde 2007, Emad ha mantenido una huelga de hambre más
o menos permanente. Hasta ahora, el Gobierno de los EUA no ha cumplido con el
compromiso de liberar a los presos yemeníes bajo el pretexto de que el país
sigue considerándose peligroso. Actualmente, el Gobierno estadounidense afirma
estar revisando los casos de los presos yemeníes.
¡Hazte voluntario para traducir al español otros artículos como este! manda un correo electrónico a espagnol@worldcantwait.net y escribe "voluntario para traducción" en la línea de memo.
E-mail:
espagnol@worldcantwait.net
|