Obama y Bush, más de lo mismo
“Locos son aquellos que haciendo siempre lo mismo pretenden obtener
resultados diferentes”. —Albert Einstein.
Después de tres meses de promesas de cambios y el “comienzo del nuevo camino”
que el presidente Barack Obama no se cansa de repetir a diario, la política
norteamericana tanto interna como externa, empieza a ser la continuación del
segundo gobierno de George W. Bush, así lo sostienen pensadores como Noam
Chomsky, Paul Krugman y Joseph Stiglitz.
Obama prometió rescatar la economía pero todo lo hace a medias. Dio trillones
de dólares a los bancos y a las aseguradoras para que salgan a flote pero sin
atreverse de nacionalizarlos.
El llamado “Examen de Estrés’ al que fueron sometidos 19 principales bancos
no dio ninguna seguridad para que el sector financiero diera un impulso decisivo
a la economía, los que posiblemente necesiten más dinero para mantenerse a
flote. ¿Entonces de qué “nuevo camino” habla el presidente, si los bancos no
ofrecen préstamos al sector productivo y al pueblo? Las medidas del gobierno de
recompensar a los autores de la recesión garantizan solamente el crecimiento del
desempleo, que oficialmente ya alcanzó 8.5 % y extraoficialmente está cerca del
15%. Para millones de los que perdieron el trabajo ya se acaba las 39 semanas de
cobertura del desempleo, y sin posibilidad de encontrar uno nuevo.
El empobrecimiento crece, y en el mismo Washington el 17.1 % de los
habitantes sobreviven por cupones de alimentación. Este año el número de los que
recurren a los cupones, incrementó en 32 %. En Nevada, Utah y Florida en 29%. De
acuerdo a la ONG Feeding America, el hambre amenaza a más de 3,500,000 de niños
menores de cinco años, en 11 estados. Aquí en Nueva York, las municipalidades
empezaron a cobrar a los desamparados que viven en refugios.
La Casa Blanca no quiere ver la realidad, y en vez de atender las necesidades
de su pueblo, derrocha el dinero contra un enemigo que recrea permanentemente.
Tanto padre como hijo Bush destruyeron a Irak y después a Afganistán. Para Obama
esto es insuficiente -- ya involucró a Pakistán en la guerra contra Afganistán
aprovechando el levantamiento popular contra los caudillos locales , en el valle
de Swat y en Balochstán.
Por supuesto, los insurgentes fueron llamados “talibanes y al-qaidistas’
dando pretexto al Gran Patrón a expandir más su guerra sin fin. Pero para no
manchar sus manos como lo hizo recientemente en tres aldeas bombardeadas en
Afganistán, asesinando a unos 120 niños y mujeres, la Casa Blanca esta vez
ordenó al presidente de Pakistán bombardear a su propio pueblo. Y éste
obedeció.
Lo que no dice Obama y los medios de comunicación al servicio de la causa de
la “guerra prolongada contra el terrorismo”, que según los especialistas durará
no menos de 50 años, es que su meta principal no es el Medio Oriente sino Rusia
Y China. Norteamérica necesita balcanizar Pakistán para sacar a China del puerto
Gwadar en Balochistán construido para el oleoducto Irán-Pakistán- China –India.
Los norteamericanos están interesados en el oleoducto
Turkmenistán-Afganistán-Pakistán-India, para aislar Turkmenistán de Rusia e Irán
de China. ¿Qué sangriento y complicado, no?
Blanco, negro, amarillo o café, todos siguen los planes del Gran Patrón.
Vicky.pelaez@eldiariony.com
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