Obama enseña los colmillos
Larry Jones 4 de diciembre 2009
Esta noche, Barack Obama anunció en la Academia Militar Estadounidense en
West Point que él está intensificando la guerra en Afganistán al ordenar 30,000
tropas más a ese país ya asediada. Dijo que este es un plan para sacar a Estados
Unidos fuera de Afganistán.
¡Qué genio! Su plan para salir de Afganistán es involucrarnos más. Eso es lo
mismo que pasaba cuando algunos de nosotros los viejos salimos a las calles a
protestar contra la guerra en Vietnam – excepto que esta guerra ha estado en pie
por más de ocho años y el aumento de tropas ostenta el hecho de que seguirá por
muchos años más. El paralelo con Vietnam es tan evidente que Obama pasó mucho
tiempo en tratar de demostrar que tal paralelo no existe.
Pero tengo que confesar que me siento abrumado y asqueado por el sentido
triste de haber escuchado a un líder elocuente pero siniestro, que proclamaba
palabras de elogio para una nación que dice que es “perfeccionada por encima de
otras naciones” y que nos llamaba a reconocer y celebrar su gloria. Mantuvo la
cara seria durante todo ese tiempo, dando la apariencia que no iba a aceptar
ningún disentimiento. “Dios mío,” gritó este ateísta; "¿Qué es esto que estoy
viendo?".
Fue como si estuviéramos entrando en una era nueva y peligrosa en nuestra
historia, una en la que todos la gente de pie vigila la pantalla electrónica tan
pronto el líder pronuncia quiénes son los justos y quiénes los demoníacos. El
discurso fue claramente diseñado para dar justificación a una guerra
intensificada que no es popular ni aquí ni en Afganistán, ni tampoco en grandes
partes del globo.
Al hablar con cadetes militares en el fondo, envió dramáticamente el mensaje
de que el Comandante en Jefe intenta apoyarse principalmente en la fuerza
militar como su nueva estrategia para Afganistán, incluso cuando dice lo
contrario. El Washington Post lo sintetizó, diciendo: “Los nuevos
despliegues, junto con los 22,000 soldados que autorizó enviar a principios del
año, resultará en un total de más de 100,000 soldados estadounidenses en
Afganistán, más de la mitad de ellos mandados a la zona de guerra por Obama.”
Obama ya no puede decir que heredó esta guerra. Esta guerra asesina e impopular
es ahora toda suya.
El gobierno de Obama había esperado que las recientes elecciones afganas por
lo menos aparecieran justas y que ganara alguien menos corrupto que el
Presidente Hamid Karzai pero, como él, amistoso con los Estados Unidos. Ese no
fue el caso y Obama todavía tiene que lidiar con Karzai. Al quedar con este
horrible problema de relaciones públicas, Obama ha insistido que Karzai limpie
la corrupción rampante, algo que Karzai, siempre el embustero, ha prometido
hacer. Por supuesto, tendrá que comenzar con su hermano, el notorio
narcotraficante Ahmed Wal Karzai, y relevarlo de su posición como Jefe del
Consejo Provincial de Kandahar. No esperen que eso suceda muy pronto.
“Creo que la corrupción y los fracasos en el sistema y el gobierno no pueden
arreglarse solamente por medio de la destitución,”dijo Karzai el martes. “Hay
reglas y hay regulaciones y hay leyes que necesitan reformarse.” Habló de
trabajar en esto durante los próximos cinco años. Mientras dijo esto, su vice
presidente estaba a su lado. Marshal Mohammad Fahim ha sido acusado de crímenes
de guerra y se cree que tiene enlaces con el narcotráfico.
El Presidente Obama de nuevo afirmó que el asalto y la ocupación
estadounidense de Afganistán es una "guerra de necesidad,” la cual hay que
intensificar para evitar que el territorio sea atacado una vez más por Al Qaeda.
Pero el asesor de seguridad nacional de Obama, el Gen. James Jones, ha
declarado: “La presencia de Al Qaeda se ha disminuido mucho. Se calcula que al
máximo tiene menos de 100 operativos en el país, no tiene bases, no tiene la
capacidad de lanzar ataques en contra nosotros ni contra nuestros aliados.”
Así que, haciendo caso de sus propias palabras, Estados Unidos y sus socios
en el crimen imperialista (t.c.c. “aliados”) estarán utilizando más de 100,000
soldados para subyugar de una forma u otra a una fuerza que aparentemente tiene
100 combatientes armados.
Obama también se preocupa por el posible regreso al poder del Talibán,
quienes en los 80s formaron los mujahedeen que luchaban contra la ocupación rusa
del país y recibieron armas estadounidenses para esa lucha. El Talibán tiene
influencia sobre grandes áreas de Afganistán, brindando alimento y refugio
algunas veces, y puro dominio militar en otras. Pero es verdad, y Obama bien
conoce esta historia, que ningún imperio ha ganado una guerra en Afganistán. Y
que no haya duda, se trata de una guerra de un imperio que busca expandir su
hegemonía. El plan es que incluso si se retiran las tropas estadounidenses,
Afganistán tendrá un gobierno ameno a los deseos de la única superpotencia
mundial.
No es tampoco una guerra de liberación. Si alguna vez pararan las
hostilidades, se tendría que hacer concesiones al Talibán, quienes insistirán en
la ley sharia con sus restricciones extremas con respecto a la libertad humana,
incluyendo hacer que las mujeres usen la burqa. Como mi viejo amigo de Hawai'i,
Gary Leupp (ahora profesor de historia en la Universidad Tufts) ha escrito: “…
la burqa ha regresado de veras y los caudillos en quienes Estados Unidos tienen
que apoyarse para mantener el orden siempre se han burlado de las propuestas
estadounidenses para la reforma social. Ellos saben que esa no es la razón por
la que las tropas están allí.” Ellos saben, y el pueblo estadounidense debe
despertarse al hecho, de que Estados Unidos y las fuerzas aliadas están en
Afganistán para dominarlo.
Es por eso que Obama está aumentando por casi 50% la cantidad de soldados en
el país (71.000 soldados). Los países aliados han enviado a unos 42.000 soldados
a Afganistán y Obama ahora está pidiendo que estos y la OTAN envíen a otros
5.000 soldados. Esta noche Obama nos dijo que un grupo de soldados
estadounidenses saldrán para Afganistán, y probablemente a la provincia de
Helmand, a principios de 2010.
El primer ministro británico, Gordon Brown, le dijo al Parlamento aún antes
del discurso de Obama que el objetivo militar es "crear un espacio para que
funcione una estrategia política efectiva, que debilite al Talibán fortaleciendo
el país mismo". Dijo que durante el próximo año, se ampliará al ejército afgano
de 90.000 a 134.000 efectivos, de los cuales 10.000 se desplegarán a la
provincia de Helmand, donde los infantes de la Marina estadounidenses y tropas
británicas han centrado su lucha contra el Talibán. Se prevé que más tarde habrá
otros aumentos.
La estrategia militar de Obama prevé también transferir a los afganos,
distrito por distrito y provincia por provincia, la responsabilidad principal de
la "seguridad" (es decir, la represión de la gente y la defensa del statu quo
opresivo). Sin embargo, poner fin a una ocupación total de un país no es tan
fácil, en particular cuando los soldados y policías afganos locales muchas veces
tienen fuertes lazos al Talibán y una tenue lealtad al gobierno en el mejor de
los casos. Es posible que Estados Unidos y sus aliados permanezcan en Afganistán
por mucho tiempo, a pesar de que el presidente dio a pensar que todo se
terminará en un par de años.
Frente a duplicidad del discurso de Obama y los horrores que enfrentan el
pueblo de Afganistán y sus vecinos cercanos de Pakistán, está claro que nuestra
respuesta tiene que tomar lugar en las calles, en la lucha por construir un
movimiento de resistencia política resuelto e independiente. Vean los
llamamientos a la acción de la primera página de este sitio.
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