Obama después de París: ¿una respuesta sensata y moral?
Alan Goodman | 25 de noviembre de 2015 | Periódico Revolución | revcom.us
El 16 de noviembre, Barack Obama realizó una conferencia de prensa en Antalya,
Turquía, donde asistía a la “G-20” Cumbre, una reunión de las potencias
económicas mundiales. Los terribles ataques del 13 de noviembre en París por el
Estado Islámico / EIIL —el movimiento armado islamista reaccionario que ahora
domina partes de Siria e Irak— no estaba un tema de la Cumbre. No obstante, era
lo único de que se hablaba. Como Revolución enfatizó inmediatamente después de los
ataques, “El ataque en París tenía como objetivo impulsar un programa
reaccionario sembrando el terror. Fue cruel, injusto y horroroso.”. (Vea “Un ataque
terrorista en París, un mundo de horrores y la NECESIDAD DE OTRO CAMINO”).
Cuando Obama terminó su discurso de apertura, los representantes de los medios de
comunicación de las clases gobernantes embistieron, como pirañas, a Obama con
“preguntas”, como pedirle responder a aquellos que dicen “[s]u preferencia por
la diplomacia antes del uso de la fuerza militar hace que Estados Unidos sea
más débil y envalentona a nuestros enemigos”. O, ya que “Estados Unidos tiene
la mayor fuerza militar en el mundo... ¿por qué no podemos eliminar a estos bastardos?”
Casi parecía como déjà vu de nuevo, un regreso a los días inmediatamente después del
11 de septiembre de 2001, cuando a cualquiera que dijera otra cosa que “a
matarlos todos y dejar que Dios los disponga”, le condenaban de traidor.
En la conferencia de prensa, Obama devolvió los puñetazos, visiblemente molesto.
Sostuvo que no era posible o necesario que Estados Unidos enviara a 50.000
tropas a Siria y todo país de donde se lanzara un ataque terrorista. Defendió
su política de permitir entrar a 10.000 refugiados sirios (de un total de más
de 11 millones de personas desplazadas por la guerra).
Después, todos los candidatos presidenciales republicanos denunciaron a Obama. Lo
acusaron de débil y exigieron ataques militares más agresivas, más represión
fascista, y competían entre sí para satanizar a los inmigrantes y declarar
abiertamente una guerra religiosa contra el Islam. Jeb Bush, el supuesto
“moderado” en el pelotón, no iba a “quedar atrás” en la carrera para incitar a
los fascistas cristianos y enmarcar esto como un choque de “mi dios es más
grande que su dios”. Jeb Bush pidió que Estados Unidos hiciera que los
criterios para ser aceptado como refugiado incluyeran “dar pruebas de que eres
un cristiano”.
En comparación con los aullidos de la prensa, y con los republicanos que exigen
más agresión militar que lo que Obama prometería, y después de las masacres
terribles por parte del EIIL en París, la postura de Obama podría parecer
moderada. Pero examinémoslo.
En primer lugar, en la conferencia de prensa Obama recordó a los que pensaron que
era reacio a llevar a cabo una masacre en masa que durante su administración él
ha lanzado más de 8.000 ataques aéreos. Obama no fue específico acerca de los
blancos de esos ataques, pero nadie (él incluido) mencionó el deliberado
bombardeo estadounidense de un hospital de Médicos sin Fronteras en Kunduz,
Afganistán el 3 de octubre de este año que masacró a una docena de médicos
junto con pacientes y personal y destruyó el único hospital quirúrgico en una
ciudad importante de Afganistán. Así que, aunque abogó por seguir maniobrando
diplomáticamente y prestar atención a las consideraciones de relaciones
públicas, su mensaje básico era el de insistir en que una estrategia
“sostenida” fue la mejor y única alternativa — lo que significa una guerra
brutal, incesante e infernal.
Por un MOMENTO, póngase en el lugar de la clase dominante
Los intercambios tensos y mordaces durante y después de la conferencia de prensa de
Obama en Turquía y en sus consecuencias reflejan crisis y peligros reales para
el imperio de Estados Unidos en el mundo de hoy.
Póngase, por un momento, y por repugnante que sea hacerlo, en el lugar de aquellos cuyo
papel en este mundo es salvaguardar, mantener y proyectar el imperio
estadounidense. Ocupan el puesto superior en un mundo de implacable
explotación. En todo el mundo, se alinean con socios menores criminales en Asia,
África y América Latina que dirigen las cámaras de tortura y escuadrones de la
muerte. El funcionamiento de su sistema, y sus guerras, obligan a millones de
personas a abandonar sus hogares. Destruyen el medio ambiente. En su “casa”,
Estados Unidos, libran un reinado de terror contra la gente negra, latina y
otros de color, y toman acciones para obligar a las mujeres a tener hijos
contra su voluntad por medio de hacer inaccesibles para millones de mujeres el
aborto, y toda forma de control de la natalidad.
Al considerar el panorama más amplio, se puede ver que lo que pasa ahora mismo con
el EIIL, sus ataques brutales y reprensibles en París, en Beirut (la capital de
Líbano, donde el EIIL asesinó a 43 personas e hirieron a más de 200 otros un
día antes de los ataques en Paris) y, por lo visto, en el avión de pasajeros
ruso el 31 de octubre —y la reacción actual de las potencias imperialistas— son
parte de toda una dinámica en la que estos dos polos llevan a cabo crímenes
cada hora de cada día.
Si usted sacara el imperialismo mundial de esta dinámica, las yihadistas
fundamentalistas estarían relativamente inactivos. Pero el funcionamiento de
este sistema en todo el mundo ha generado y dado vida concretamente a continuas encarnaciones
del Islam fundamentalista. En parte, esto se debe a la forma en que
el capitalismo-imperialismo desgarra a las sociedades tradicionales “desde
arriba”, desarraigando las formas tradicionales de vida mientras que impone
nuevas normas opresivas (para un análisis sustancial de este fenómeno y cómo
forjar una VERDADERA alternativa, vea “¿Por qué está
creciendo el fundamentalismo religioso en el mundo actual?” de Bob Avakian). Y las invasiones, las cámaras de
tortura y los aviones sin tripulación que imponen todo esto han alimentado el
auge de la Yihad fundamentalista.
En esta situación, uno de los argumentos dentro de las filas de la clase dominante
de Estados Unidos insiste en que cualquier señal de debilidad, cualquier
posibilidad de que Estados Unidos dude en invadir en cualquier lugar, en
cualquier momento y por cualquier motivo, se abrirá la puerta a que el imperio
estadounidense se desenrede. Así que, por tan loco que parezca, sostienen que
hace falta intensificar los ataques y responder al máximo sin restricciones.
El otro lado sostiene que si Estados Unidos golpeara a sus enemigos yihadistas con
invasiones sin cuartel —tal como hicieron después del 11 de septiembre de
2001—, impulsará innecesariamente a cada vez más gente hacia los brazos de
yihadistas cada vez más virulentos. De hecho, las yihadistas reaccionarias
cuentan abiertamente con eso y quieren provocar a Estados Unidos y sus aliados
a hacer precisamente eso. En muchas acciones como la voladura del avión de
pasajeros ruso en Egipto, o los ataques en París y Beirut (donde el EIIL
masacró a civiles en un barrio pobre que era una base para una fuerzas
islamistas que luchaban en contra del EIIL), son programadas para
obtener una reacción más fuerte del “Occidente”.
Además, el envío de una gran cantidad de tropas estadounidenses a la región, y las bajas como
consecuencia, seguramente desencadenaría un conflicto interno dentro de Estados
Unidos que pudiera convertirse en un peligro real para su dominio. Obama aboga
por mantener el rumbo. Para presionar a otras potencias y fuerzas a hacer más
en el conflicto; mantener un reinado de terror sin fin de bombas y aviones no
tripulados; intensificar la represión del Gran Hermano; y seguir librando una
guerra para “corazones y mentes” mediante una fachada de “tolerancia” y
diciendo que el motivo de las guerras por el imperio es “llevar la democracia”
al mundo, aunque ese cuento esté tan trillado y gastado.
“La lógica de la lógica” horrorosa de Estados Unidos y “las potencias mundiales”
Nadie en el “debate” dentro de la clase dominante de Estados Unidos descarta el uso
de la horrorosa masacre en masa. Un artículo verdaderamente escalofriante en el New York Times del 17 de
noviembre —del punto de vista de los liberales en la clase dominante— exploró
las diversas estrategias con las cuales las potencias mundiales pudieran
aplastar al EIIL. Una de estas era lo que los rusos hicieron en Chechenia, que
el artículo describe explícitamente como “una política de tierra quemada” en
que Rusia secuestró y mantuvo como rehenes a civiles inocentes, demolió o quemó
las casas de familiares de presuntos combatientes antigubernamentales, devastó
la capital de Grozny, y hasta tomó como rehenes a las familias de yihadistas.
Y el artículo incluye un llamamiento del ex jefe de “inteligencia” de Israel que
exigió, “Con este enemigo, tenemos que poner a un lado los argumentos sobre la
ley, la moral y las comparaciones entre la seguridad y los derechos del
individuo. Eso significa hacer lo que hicieron en la Segunda Guerra Mundial a
Dresde, cual ciudad borraron del mapa. Eso es lo que se debe hacer a todos los
enclaves territoriales del EIIL”.
No hay cifras exactas, pero hubo al menos decenas de miles de muertes de civiles en
Dresde, Alemania — civiles inocentes. No había ningún valor militar por cual
motivo Estados Unidos bombardeara a Dresde. La ciudad estaba atestada de
refugiados de la guerra a quienes el bombardeó “borró del mapa” junto con la propia
ciudad. El bombardeo fue un acto de terror masivo en una escala monstruosa.
El artículo del Times fue una exploración obscenamente desapasionada de las posibilidades de copiar estos
crímenes de guerra espantosos para aplastar al EIIL. De hecho, el bombardeo
lanzado por Francia en los últimos días en esencia ha comenzado a poner en
práctica una estrategia de borrar no sólo al EIIL, sino también a la población
civil en las zonas que EIIL domina. Según el artículo del Times, cuando Obama comenzó
el bombardeo del Estado Islámico en Irak y Siria el año pasado, no se lo
dirigió a los blancos conocidos en Al Raqa, Siria, la capital proclamada del
Estado Islámico, donde viven cientos de miles de personas. Pero a raíz de las
masacres del EIIL en París, Francia hace precisamente eso: bombardear a Al Raqa
con el apoyo de Estados Unidos.
En resumen, la clase dominante de Estados Unidos, por la lógica de su sistema de
matar-o-morir, se encuentra en una situación en la que no tiene buenas
opciones. Y cualesquier opciones que sí escojan traen nada más que
sufrimiento y muerte para millones y millones de personas.
El papel, y el historial, de Obama
Que quede claro: Barack Obama no ha mitigado el círculo vicioso que se intensifica
entre la yihad islámica y “el Occidente” — precisamente lo contrario. En las
acciones que ha realizado como jefe ejecutivo y comandante en jefe de todo
esto, ha contribuido concretamente a esta dinámica de formas muy brutales.
- Obama ha proporcionado apoyo ilimitado al régimen de apartheid de Israel y en
particular a sus dos guerras genocidas contra Gaza durante su mandato, y ha
continuado a armar a nuevos niveles a Israel (y sí, esto es cierto aunque tiene
sus riñas con Netanyahu sobre CÓMO Israel debería desempeñar su papel como
“policía para el Occidente” en el Medio Oriente).
- Obama ha proporcionado apoyo ilimitado al régimen brutalmente represiva de Arabia
Saudita y sus guerras en la región, incluida la actual guerra en Yemen la que
ha tomado a miles de vidas, entre ellas centenares de niños, y en la que los
saudíes han utilizado bombas de racimo suministradas por Estados Unidos (y,
para repetir, esto es cierto a pesar de las diferencias con los saudíes sobre
la política de Obama de tratar de atraer al régimen reaccionario iraní para
cooperar con la dominación estadounidense de la región).
- Bajo Obama, Estados Unidos participó en el bombardeo de Libia y el derrocamiento de
Muammar al-Gaddafi, acciones que contribuyeron directamente al fortalecimiento
de EIIL y otras fuerzas similares.
- La estrategia de Obama de depender de cualquier fuerza que se pueda utilizar para
servir a los intereses estadounidenses en Siria, incluyendo por medio de Arabia
Saudita, ha llevado al auge de fuerzas yihadistas fundamentalistas aparte de
EIIL y a su armamento (al mismo tiempo que Obama ha buscado e intentado
adiestrar a fuerzas no islamistas que Estados Unidos pudiera apoyar
militarmente de modo más abierto).
- Obama continúa su apoyo militar al régimen afgano, lo que incluye el bombardeo por
cazas estadounidenses del hospital en Kunduz.
- La guerra de aviones no tripulados, desde Afganistán a Yemen, aplasta a fiestas de
bodas, asesina a civiles, y crea un estado de tensión y terror constante para
millones de personas a quienes son sinónimos Estados Unidos y la-muerte-del-cielo.
¡Y esta es sólo una lista parcial!
Otro camino no sólo es necesario, es posible
Los cálculos de los gobernantes estadounidenses son los de defensores de un imperio construido sobre la base
del genocidio y la esclavitud, impuesto alrededor del mundo por interminables
guerras injustas. En el otro lado del conflicto son reaccionarios más pequeños
que aspiran a una posición más alta dentro de ese mundo horrible y que han
impuesto una ignorancia de la Edad Oscura, la intolerancia brutal, y la
opresión violenta y extrema de las mujeres donde están en control.
Los intereses de la humanidad descansan completamente fuera de estas “alternativas”.
Aquí, a los lectores nos referiremos a una declaración posteada
permanentemente en revcom.us y en cada edición impresa de Revolución,
la que hemos citado en “Un ataque terrorista en París, un mundo de horrores y
la NECESIDAD DE OTRO CAMINO”:
“Este sistema es lo que nos ha metido en la situación en que
nos encontramos hoy y que nos mantiene ahí. Y es por medio de la revolución que se
acabe con este sistema que nosotros mismos podríamos dar origen a un
sistema mucho mejor. El objetivo final de esta revolución es el comunismo:
un mundo en que las personas trabajen y luchen juntas por el bien común... en
que todos contribuyan a la sociedad lo que puedan y reciban lo que necesitan
para tener una vida digna de un ser humano... en que ya no haya divisiones
entre las personas en que algunas gobiernan y oprimen a otras, arrebatándoles
no sólo los medios para obtener una vida digna sino también el conocimiento y
un medio para entender bien el mundo y tomar acciones para cambiarlo.
“Esta revolución es necesaria y posible a la vez”.
Y, como también decimos,
“Por Bob Avakian y el trabajo que ha hecho durante varias décadas, de
sintetizar las experiencias positivas y negativas de la revolución comunista
hasta hoy y de aprender de una amplia gama de experiencias de la humanidad, se
ha desarrollado una nueva síntesis del comunismo — existen en realidad una
visión y estrategia viables para una sociedad y mundo radicalmente nuevos y
mucho mejores, y existe la dirección crucial que se necesita para hacer avanzar
la lucha hacia ese objetivo”.
Esto realmente ES un camino para salir de la locura, y todo el mundo lo
debe a sí mismo, a todos los seres humanos, y al futuro, para explorar esto en
serio. Y divulgarlo al mismo tiempo.
Y en vez del autoengaño, de cegarse a sí mismo frente a las consecuencias
concretas de lo que traerá toda acción de Estados Unidos en el mundo, o de
tragarse la inmoralidad de escoger entre males, y en oposición a todo ello, se necesita
la oposición visible y resuelta por parte de nosotros en Estados Unidos, Francia y otros países imperialistas
contra la guerra y la represión que “su gobierno” lleva a cabo y ahora intensifica.
Abrir paso a otro mundo, y romper con el círculo vicioso actual requiere que
gente alrededor del mundo vea que los gobernantes no hablan por nosotros. Y que tomamos
partido con los intereses de la humanidad.
Leer, compartir en línea, e imprimir y distribuir “Un ataque terrorista en París, un mundo de horrores y la
NECESIDAD DE OTRO CAMINO”.
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