Obama, demócratas del Congreso: ¿Dónde está el cambio?
MARIBEL HASTINGS (*) Columnista 17 de julio de 2009
Los pasados días fueron como una montaña rusa de desarrollos migratorios
positivos y negativos: algunos celebrados y otros cuestionados, pero la pregunta
que muchos nos hacemos es ¿qué pasó? ¿Dónde está el cambio? ¿Por qué se sigue
echando mano de las mismas tácticas baratas de pretender que están haciendo algo
aunque ese algo no solucione el problema de fondo?
La administración de Barack Obama primero anunció que rescindió de la regla
de las cartas de discrepancia que se envían a empresas cuando los datos de un
empleado no coinciden con los del Seguro Social. Pero al mismo tiempo anunció
que reforzará el uso del programa E-Verify, que se basa en datos del Seguro
Social para determinar la elegibilidad de los trabajadores.
Grupos de derechos civiles y pro inmigrantes han denunciado el programa
porque el banco de datos está lleno de errores y porque puede prestarse a
prácticas discriminatorias y a que muchos ciudadanos y residentes legales
pierdan sus trabajos injustamente. Pero ahora el gobierno dice que las empresas
con contratos federales tienen que usar el programa.
Después vino la ola de enmiendas al plan de gastos del Departamento de
Seguridad Interna (DHS), sometidas por republicanos del Senado, pero aprobadas
con apoyo demócrata, entre ellas, una para completar las 700 millas de barda en
la frontera con México, y otra para que el programa E-Verify se haga
permanente.
Y para cerrar la semana con broche de oro, el DHS anunció el reforzamiento
del desacreditado programa 287(g) que incluso jefes de policía han denunciado
por sus efectos nefastos sobre individuos y comunidades y por afectar la forma
en que ellos conducen sus labores al generar la desconfianza de la comunidad en
las autoridades.
La Sección 287(g) básicamente permite que policías locales actúen como
agentes de inmigración.
La administración dice que las 66 jurisdicciones que lo aplican y las 11
nuevas jurisdicciones que lo implementarán deberán regirse por nuevas reglas y
no usarlo indiscriminadamente para determinar la situación legal de una persona,
sino que deberá emplearse sólo contra criminales que cometan delitos graves.
¿Funcionará? Que le pregunten a la comunidad hispana de Arizona donde hispanos
ciudadanos, residentes, legales e indocumentados han sentido de primera mano los
efectos de los perfiles raciales cuando el programa se ha aplicado al estilo del
alguacil Joe Arpaio.
Siempre se argumentará que para ganar votos en el público y por ende en el
Congreso se necesitan estas medidas de mano dura. Pero raya en lo absurdo que se
quieran perpetuar medidas que ya han demostrado su inefectividad y que no
solucionan el problema de más de 12 millones de indocumentados en el país.
Pueden aplicar todos los E-Verify del mundo y seguirán habiendo millones de
indocumentados entre nosotros.
Ojo. Nadie está abogando para que no se implementen las leyes, pero debería
hacerse de manera inteligente y no ampliando un programa que hasta la Police
Foundation catalogó de problemático a diversos niveles.
Nunca he sido persona de impresionarme con promesas de políticos y de confiar
en que algún partido demuestre de una vez y por todas el coraje de agarrar al
toro por los cuernos y de enfrentar este asunto sin tener que recurrir a medidas
mediocres o a llamar indocumentados “ilegales”, o a ponderar una potencial
tarjeta nacional de identidad.
Varios grupos pro inmigrantes siguen dando a la administración Obama y al
Congreso de mayoría demócrata el beneficio de la duda sobre sus buenas
intenciones en el frente migratorio. Veremos hasta cuándo.
Maribel Hastings es Senior Advisor de America’s Voice, organización dedicada
a promover una reforma migratoria en los medios de comunicación. Su sitio de
internet es: www.americasvoiceonline.org
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